sábado, 16 de enero de 2021

"¡No os hemos merecido...!"

... y que Dios nos lo demande. 

¿Qué no hubieran dicho "los otros" de estar este magnífico monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, dedicado a las brigadas internacionales formadas con "lo mejorcito" de cada casa, dedicado a las milicias socialistas y anarquistas -siempre brutales-, dedicado también a los autotitulados gudaris...? 

(Aclaro que Navarra y Álava no aportaron gudaris en 1936, pues los que podían surgir ingresaron voluntariamente en el requeté; uno de ellos me dijo que a sus 19 años pensaba: no puedo consentir que los católicos se vayan con los comunistas). 

¿Qué no hubieran dicho hoy el PSOE y sus aliados, los etarras al fin dueños de la "memoria histórica", los separatistas del PNV o Geroa, los pocos anarquistas que quedan... -aunque en la oposición todos actúen como tales-? De tratarles a ellos como ellos tratan a los demás... hubieran quemado volado Pamplona.  Aquí y en este tema, todos ellos juegan con las cartas marcadas. Es lo propio en ellos, y los demás no quieren verlo. 

Lo peor es que quienes debieran ser claros y firmes para mantener el monumento de Navarra, para mantener su significado -a sus muertos en la Cruzada-, y para mantener hoy la libertad de los católicos navarros, ya como ciudadanos, ya en el ámbito de la libertad religiosa católica, ocultan su cobardía en la supuesta piedad, en buenas intenciones, y en su afán conservaduro y... creen o dicen creer a sus mayores enemigos.

Sí, cuando los pueblos mueren muchas veces es por la traición de sus élites y, por arrastre, por la consiguiente dejadez de la buena gente. ¿Ubi sunt, dónde están el comité de sabios, los historiadores, los científicos, los que tienen algún peso en la sociedad por su cargo o engolamiento, los poderosos... en todo este tema? Silencio, sólo silencio. 

¿Qué no hubieran dicho hoy el PSOE... de estar dedicado el monumento a los suyos? Lo preguntamos ante el aparente triunfo del mal. Lo preguntamos ante la más absoluta tibieza y el entreguismo de los siempre temerosos -los conservadores de hoy son los antiguos liberales- ante quienes no nos salvan ni del covid-19, ni del paro laboral y, además, después de vaciarnos los bolsillos nos vaciarán la despensa.

Por eso, si el señor arzobispo mons. Pérez González no corrige el errático camino emprendido por él desde hace unos años -2016-, de no recuperar el monumento que el arzobispado regaló al Ayuntamiento con unas condiciones incumplidas por la miserable profanación del tal A.A., de permitir a Asirón EH Bildu exhumar los ocho restos mortales depositados hace seis décadas y en gran parte exhumados contra el deseo de sus familias, de entregar casi todos sus rincones del monumento de Navarra a sus enemigos, y de prohibir la celebración de la Santa Misa reglamentaria en su cripta...: que Dios nos lo demande. Que también me lo demande a mi si me hago solidario con aquel. 

Como aquí hay ídolos -la opinión y la diosa lengua, la nación y el dios Estado, o mejor las recompensas del cargo público y la corrupción actual- que luchan contra el verdadero Dios, y como aquí hay mucho odio, algún día se perderá la catedral de Pamplona, asentada sobre el viejo solar vascón y la Pompaelo vascona, a la que junto con todo su territorio circundante tanto costó cristianizar. Ante lo que pueda venir, adelantamos que si la S. I. Catedral está ahí... no fue para fastidiar. Pero "los otros", lo que juegan con las cartas marcadas, dirán que sí. 

Malo, muy malo por errónea es la identificación de lo vasco con el paganismo, aunque sea muy propia del utilitarismo marxista de EH Bildu, y de la tibieza paganizante del burgués separatista. Malas, muy malas son las confusiones y manipulaciones políticas que crean los comunistas y sus acólitos en torno al monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada que ya quisieran para sí. Malo es reculear dejando de lado a los que más hicieron por la Iglesia, o a los católicos con derecho a la libertad religiosa. Todo este talibanismo generado por la revancha y el odio, por estos nuevos ídolos, por la conquista del poder, por esta persecución a la libertad religiosa del católico.... que quiere justificarse en la manipulación del pasado, crean una insatisfacción tan grande en sus acólitos... que seguir la actual huida hacia adelante no augura nada bueno.  

Así como el bien genera insensiblemente bien, el mal genera un estruendoso mal. ¿Y qué  genera la tibieza y la cobardía, el oportunismo y el reculear, el olvidarse de los buenos... y el sacrificar a los que dieron su vida por defender la religión en sus familias, comunidad y Diócesis de San Fermín? Claro, como están muertos, que no molesten a los vivos...  Pues miren: si vds. están vivos fue por ellos. Sí, a la larga gana el Bien, ¡pero a costa de tanto sacrificio provocado por el segundo, el mal! Como para que después se culpe a quienes lo sufren.


 
Fermín de Musquilda
Foto: de F de M. y con derechos de autor

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