jueves, 13 de noviembre de 2025

Las inscripciones

Hay más de 4.500 inscripciones de navarros muertos en el frente de batalla o en los hospitales a consecuencia de sus heridas. Entre ellos hay requetés, miembros del ejército regular, falangistas y nacionalistas vascos que lucharon con los primeros, porque no podían consentir que los nacionalistas se fuesen con los comunistas. Así lo dijeron en Navarra y Álava, tanto las autoridades del partido nacionalista vasco como, sobre todo, la gente de a pie. Arturo Campión es un ejemplo en Navarra, que recordamos lejanamente en la historia como diputado integrista junto con Nocedal, luego rompiendo con él, y después lo vemos en sucesos más trágicos pero mucho más recientes como los de 1936, aunque ya haya transcurrido la friolera de casi un siglo y algunos está dale que te pego con el tema. 

Se sabe el número exacto de los nombres inscritos en los muros del monumento, y lo diremos otro día siguiendo el trabajo de Javier Baleztena Abarrategui sobre la construcción del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. Las inscripciones se hicieron a conciencia, y quizás por eso hubo algunas correcciones en los nombres. Es tema era más difícil de lo que parece.

También se sabe que el número de carlistas y requetés en el Frente es mucho mayor del que se dice, porque muchos fueron alistados a las banderas falangistas para equilibrar ambas milicias, otros estaban en el Ejército, además de los no contabilizados.

Por último, se está investigando el tema, y los que lo hacen afirman que las cifras de los navarros que fueron al Frente de batalla son bastante mayores de las que se ha dicho, y, sobre todo lo son los muertos en dicho Frente. 

Advertimos que el monumento está dedicado al recuerdo de los muertos en el Frente, que los carlistas se alzaron a las órdenes de Alfonso Carlos I, y que la Diputación quiso que no hubiese en el monumento otros elementos que no fuesen la religión y España. El monumento no está dedicado a quienes regresaron a sus hogares después de estar dispuestos a entregar voluntariamente su vida para que otros viviesen por ellos. Tampoco a los navarros eliminados en las retaguardias revolucionarias, tan olvidados por todos. El mismo dolor nos produce los que sufrieron persecuciones injustas en Navarra. Pues bien, el monumento sólo se dedica a  quienes sellaron con su vida el dirigirse "a liberar Madrid". 

Adjuntamos cuatro piezas murales, para nosotros cuasi sagradas, con los nombres de los muertos en el Frente por pueblos, que se encuentran en la cripta el monumento. 

Si los navarros callan en el caso que el Ayuntamiento EH Bildu, y sus ingenuos aliados del corrupto PSOE, arranquen las inscripciones, no sólo serían indignos, sino que pondríamos un colofón diciendo: "He aquí un pueblo muerto por la vergüenza". 

Y si el arzobispado, que tiene la capacidad para hacer que se respete la escritura de donación de 1997, y que tiene el usufructo de la cripta mientras el edificio se mantenga en pie, cede, calla, colabora material e indirectamente (cuánto más si es formal y directamente) a que desaparezcan las inscripciones etc., le diremos lo mismo como Administración eclesiástica que es y a los que la dirigen.

José Gil Borja 




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