DOS NOVEDADES hay tras la
escandalosa agresión verbal de las reuniones de ZER del 27 a 29 de enero y su
proyecto talibán contra el Monumento. Los hechos cuajando en el impasse
del silencio, ¿harán que un nuevo asalto Talibán blanquee a ETA?
Primera
novedad. Surge una nueva posición, la del jocundo articulista
Sr. Romera (DdN, 1-III), que pretende ser sosegada, de baja intensidad, técnica
o pragmática. Quisiera él rebajar la “sobrecarga emocional” en torno al
monumento de los “Caídos”, pero ignora que la opinión pública sólo escucha una
voz y emociones de los Talibán, con su
agresividad, ruido y medios. Sr. Romera: no
vaya de moderado centrista, trampa múltiple vista en exceso. Vd. está
contra el monumento porque parte de que es igualmente válido conservar el
edificio que derribarlo. ¿Por qué no lo dice
de otros monumentos aparecidos en Navarra? Afirma que su interior no es
“decente”, y que por ello el edificio puede mantenerse “a condición de borrar
todo lo que queda de simbología explícita”. Así nadie se escandalizará si se
transforma en museo, galería comercial, invernadero o algo así. Pues bien, ojo
el lector con aquella otra posición conservadora de los Trece de la Fama (DdN, 26-I), que busca transformar el monumento -¿pleno derribo
espiritual?- pero sin decir a costa de
qué. ¿Saben que nosotros lo queremos
enterito, como y para lo que se construyó?
“Diario de Navarra” parece preferir
un monumento sin huella alguna de lo que fue, y dirige la opinión: demolición a lo bestia, o mantener el edificio sin
que lo reconozca la Navarra que lo levantó. ¿Y si fuese un monumento al gudari…?
Segunda
novedad. Sabemos que el último de los ocho exhumados de la Cripta
del Monumento de Navarra a sus Muertos en
la Cruzada, ha sido enterrado junto a sus padres en Tafalla. Consumada la iniquidad, nos alegra el entierro final (SP’,
nº 776, 16-I), pero con dolor porque, arrancado de su tumba por el
alcalde de EH Bildu y la inexplicable firma final del Sr. Arzobispo, ya no lo
devolverán.
JOAQUÍN SOTA es del que
menos noticias se tiene según el blog amigos-monumento-navarra.blogspot.com
Fue el navarro más joven de aquel 19-VII-1936.
Salió con trece años de edad por Dios-Patria-Fueros-Rey. Murió con 15 años en el frente de Balaguer (Aragón)
el 21-VII-1938. Sus restos reposaron en Tafalla. Luego, con permiso de sus
familiares directos, el 17-VII-1961 varios combatientes tafalleses lo
trasladaron en un gran acto de homenaje hasta la Cripta del Monumento: Felipe
Sota Garayoa, Florencio Aoiz Oscáriz, Nicanor Segura Pérez de Iriarte, y Jesús
Alcalde García.
La Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz daba vida religiosa
y velaba por el Monumento -incluida su Cripta- que era su Sede por decreto del
Sr. Arzobispo del 13-I-1960. En 1998 se desacralizó la basílica y el monumento se
regaló al Ayuntamiento. Qué error. La HCVC volvió a la Cripta de 2002 a 2017, como
Sede según otro decreto arzobispal del 9-I-2006. En la segunda
noche del 16-XI-2016, los restos mortales de
Sota -junto con cuatro más- fueron exhumados
por la fuerza. Fue a modo de Oficio
de tinieblas. Hubo presiones, trampas y complicidades en las altas esferas
institucionales, y en otras compromisos, medias verdades y silencios. Todos
quietos. Los restos de “Sotica” -a diferencia de los otros cuatro- no fueron
recogidos por sus familiares y pasaron a jurisdicción municipal.
"Diario de Navarra" (27-II-2017)
informa que don Emilio Tejero había solicitado al Sr. Arzobispo, mediante
una carta
abierta, que se interesase por
el entierro de los restos mortales que faltaban, los del voluntario requeté
Joaquín Sota. El Sr. Tejero expresa el ámbito del Carlismo sevillano.
Pues bien, a raíz de dicha carta, una sobrina de Joaquín Sota -con la que varios
carlistas quisimos contactar pero sin éxito- llamó a aquel para informarle que
finalmente ella había reclamado los restos mortales que luego enterró junto a sus
padres. (El 26 de febrero me enteré de ello por otra vía). Los reclamó más o
menos un mes antes de dicha llamada. Parece que los de Bildu trataron de
presionarle para que se avergonzase de su tío o algo así, pero ella se ha
mantenido firme.
“Diario de Navarra” señalaba en tres ocasiones
a Joaquín Sota como un NIÑO. ¿Quiere así adelantarse y estimular al lector?
Mejor harían con entenderlo.
Joaquín fue el navarro más joven de
la Cruzada. Fue vibrante y generoso. Con 13 años algunos eran mozos por entonces, mientras
que hoy son niños. No era un pobre chaval, ni le era lo mismo cantar el himno
republicano que cualquier otro. Según buena fuente, nada sabe “el Javier” que ante mi total extrañeza me lo decía.
“Sotica” saltó al frente con su
hermano Felipe. No debiera de ser de apariencia menudo, porque a más de uno le
enviaron a casa por no cumplir la edad reglamentaria, lo que apoya el buen
hacer de los mandos carlistas que no se aprovechaban de las almas ardorosas. El
famoso marino pamplonés don Carlos Etayo Elizondo me dijo que él no pudo
“colar” por su complexión, pero que sí lo lograron otros. Y ningún Sota era un
descerebrado. Sus almas limpias y ardientes, nada tibias, sabían lo que sufrían
Dios y España, y dieron lo mejor de sí. Toda la familia era carlista de toda la
vida, acostumbrada a la generosidad y al sacrificio. Sólo quien lleva este
bagaje humano, religioso y familiar, comprende que a los trece años se quiera
igualar a otros mártires y santos. Esto resulta hoy difícil de comprender en
nuestro ambiente materialista y traidorzuelo,
secularizado y flojeras.
José Fermín de
Musquilda
Publicado en "Siempre P'alante" nº 780 (16-III-2017)
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