Sabían por qué, por Quién y por quiénes luchaban en medio de su pobreza
Los casi 43.000 navarros que salieron al Frente de 1936 a 1939 sabrían y sabían por qué luchaban. Han dejado constancia de ello en monumentos, en abundantes testimonios, en el espíritu de sus numerosas milicias voluntarias, en cartas particulares de entonces conservadas en archivos privados, en hemerotecas, y en los estupendos libros de testimonios e imágenes de Pablo Larraz y Víctor Sierra, entre otros. Hay mucha historia oral recogida y más historia escrita en las cartas y testimonios que se conservan de aquellas fechas.
La
Diputación Foral, como primer voluntario,
llamó con éxito a todos los navarros de todas las clases que se movilizaron desde
todos pueblos.
No
se puede vaciar de sentido su tremendo y heroico esfuerzo, ni filtrar ni
“superar” los testimonios del pasado con testimonios del presente. ¿Es que sus
jefes eran malos y ellos ignorantes y un poco tontos?
Toda
o gran parte del pueblo navarro de
alpargata –o de botín- que ofreció su vida en el frente de batalla en
1936-1939, sabía por qué luchaba. Tras la victoria volvieron a sus casas como
se fueron pero con la labor cumplida, no se repartieron cargos ni prebendas, y
siguieron su vida sencilla y con los achaques propios de cada época.
Los
campos de España se llenaron de amapolas jóvenes y no tan jóvenes en defensa de
Dios Jaungoikoa y los derechos de la
Iglesia, de la libertad de los católicos frente a la persecución religiosa, de
las libertades legítimas frente a la revolución, de la propiedad frente a la ruina
a corto plazo, y la misma existencia de España y de Navarra en ella. Los casi
12.000 requetés, más los carlistas que estaban en otras unidades militares, así
como los muchos otros navarros en el frente, estaban muy lejos de los
totalitarismos nacionalistas –aquí separatistas- de ayer y de hoy, que son
quienes merecen los epítetos que sus agentes precisamente cuelgan a otros –el
más suave es el de facha-. También
sabemos que Stalin y Hitler se repartieron Polonia, y que el primero fue ministro
marxista de nacionalidades en la URSS.
Para
celebrar el 25 aniversario de la Victoria, en 1961 la Diputación Foral de Navarra envió una hermosa medalla a todas las
familias de los voluntarios. Lo hizo a través de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz (hermandad canónica,
HCVC), que a su vez hacía una campaña de inscripciones en dicha Hermandad.
A
continuación recogemos algunos casos de navarros con un comportamiento dignísimo
en medio de la pobreza, y aunque 25 años eran muchos, no habían perdido la
memoria y seguía doliéndose de lo ocurrido en 1936.
Por
el primero, cierta viuda de la Ribera -Asunción
Saciñena- agradecía a la HCVC la
medalla de reconocimiento concedida por la Diputación, pero creía que no podía inscribirse
en la Hermandad, como deseaba, por ser materialmente pobre como lo fue su
familia. Decía así (respeto la grafía):
“A.M.
+ A. Z.// Villafranca 7 3 63 / Contestada 4-4-63/ Estimados Sres / Recibi la
carta de Vds. y no me benia bien el contestar, primero por mis ocupaciones
después por no recordar tiempos pasados desgraciadamentes tan afectados para
nosotros. // En pimer lugar les dire que soy viuda hace 3 Años quede con 4
hijos 2 he casado y tengo 2 jobenes comprenderan la carestía de la vida para
salir adelante // Con mucho gusto me inscribiría tenía que hacerlo en poca
cantidad y no merece la pena. // Aquí en este pueblo hay personas que cobran
cantidades que la mayoría no necesitan, esas están mas llamadas hacello. // Mi
pobre hermano D.G.D. era cabo le hiban hacer sargento con la Cruz de hierro por
que había estado 3 veces herido la segunda vez perdio un dedo después lo
//(debajo: Asuncion Saciñena Vda. de Angel Leon / Villafranca Navarra)/ mataron.
// Comprenderan para mi pobre padre lo que significaba siendo hijo unico y que
se encontraba inbalido para trabajar murió el pobre hace 14 Años desde entonces
se quito la paga de mi pobre hermano. // Creo estaran enterados cuanto le daban
90 ptas al mes con la enfermedad que el tenia no le daban ni para la limpieza
lo tuve que recluir en un asilo de Ancianos con mucho dolor para mí pero la
cuestion economica me lo impedía. // Yo fui quien anime a salir voluntario a mi
pobre hermano con 17 Años siempre con el General (Mola y: tachado) Beorlegui
por el cual tenia gran simpatía por su eroismo prueba de que en cuanto murio el
mismo Comandante nos mando a Pitillas un parte. Aunque vivo aquí, somos de
Pitillas quedamos 9 hermanas. Les agradecí mucho la Medalla. // Tambien les
agradezco se acuerden de ellos Dios ya los tendra en su gloria les saluda
atentamente esta serbidora Asunción Saciñena”. Al responder el prior
eximiéndole de la limosna, Asunción se inscribió “con mucho gusto” en la
Hermandad, quiso aportar una pequeña limosna y
buscar otras personas que la pudiesen aportar, pues “Dios se bale
siempre de personas agradables a el para hacer fuerte en los momentos difíciles
que hoy atravesamos”. Y añade: “Siempre que sean engrandecer nuestra querida
Patria todabía parece que siento aquellos gritos de Viva Cristo Rey cuando en
mi juventud en encontraba en Pitillas” (Villafranca, 8-4-63).
El
segundo caso que presentamos fue el siguiente. Juan Ariza de Pablo escribía desde Tudela a la Hermandad
(9-III-1963) solicitando una ayuda económica, pues “en uno de los papeles dicen
que esta Hermandad una de las cosas es para ayudarnos todos como Hermanos”.
Luego cuenta brevemente su historia:”(…) yo soy
un padre que tuvo tres hijos en la santa Cruzada uno de ellos lo
cojieron preso los rojos en Guadalajara se llamaba Cecilio Ariza y se paso a
las filas Nacionales por el Frente de Talavera de la Reina con otro chico de
Murchante y otro de ellos llamado Carmelo Ariza Jimenez murió a consecuencia de
una enfermeda que cojio en el Frente segun certificado medico este sirvio en el
Regimiento America 23 Pamplona y murio de sargento en las Hermanicas de los
pobres de Zaragoza el dia 15 de Agosto 1938 y es por lo que les escrivo pues de
este hijo no me a quedado ninguna perra y yo creo tengo perfecto derecho a
ello. // Les agradecería y cieran lo que pudieran por este padre pues decian
que tenia derecho pero asta la fecha nadie se acordado de mi gracias
anticipadas. // Firma del padre // P. O. // Juan Ariza de Pablo”. Si Ariza era
analfabeto, quien escribía por él tenía buena caligrafia pero sin ortografía.
¿El
pueblo?: sacrificado y en parte olvidado, dejando sin lamentos a sus pobres
padres para defender a todos, y sin buscar ganancias por su victoria. Salir al
Campo fue un deber sagrado, nada más.
Cuando
el prior admitió a Eulalia Egaña
(Villava) en calidad de Dama de Honor de la Hermandad por ser madre del requeté
de Tercio de Navarra Antonio Olóriz Egaña, el
prior le reconocía “que si hoy podemos gozar de paz en España y practicar
la religión católica sin trabas de ninguna clase, en gran parte lo debemos al
sacrificio generoso y heroico que las madres hicieron de sus hijos” (carta,
1-IV-1963). Esta era una de las muchas madres “que entregó a su hijo en
holocausto a la muerte para que
tri(u)nfase la Cruz de Cristo en España y no cayera en las garras del
comunismo” (palabras del prior al director de Radio Popular de Pamplona,
15-II-1961), en “una época aciaga, durante la que se perseguía a todo lo
católico, si bién en Navarra no se permitían tales desmanes ni nada que
atentara contra la religión católica” (el prior a mons. Marcelino Olaechea,
28-X-1960).
La
persecución religiosa, la necesaria defensa de Dios y de España, la gesta
heroica de Navarra que dio sus mejores hijos para no caer en las garras del
comunismo, están presentes en toda la documentación de la Hermandad (Archivo
HCVC). Sabían por qué luchaban –hay otras muchas cartas bien expresivas- y
sabían no cobrar a Dios ni a los hombres por el deber cumplido.
Actuar
austero, pocas palabras y largos hechos, heroicos todos en su sencillez tanto
de vida como de muerte. Por algo se popularizó el “Ante Dios no serás héroe
anónimo”.
José Fermín Garralda
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