Opinión
Nuestra época es de una enorme radicalidad en todos los ámbitos, por lo que respecta a la subversión de todos los componente de la civilización. Como da igual en ámbito que se aborde, es inútil repetir cuáles son estos y poner ejemplos. Así pues, permítasenos impactar al lector por lo breve.
Para destruir una civilización, lo más eficaz ha sido nivelar hasta los opuestos, diciendo que todos tienen los mismos derechos civiles. Entre los cristianos piadosos, el engaño ha sido mayor, porque conscientemente separaron en su totalidad el ámbito ontológico del legal, que a su vez han reducido a una simple coacción administrativa y penal.
Pero esto no es más que una fachada, porque nadie en su sano juicio cree que esto deba ser realmente así, salvo para "ir tirando", para que "nadie proteste", haya "tranquilidad", y que existan unas reglas pragmáticas de juego por las que nadie se imponga por la fuerza... En realidad, éste engaño implícito ha generado un raudal de indiferentismo.
La incoherencia de lo anterior hace que el Libealismo vergonzante imponga su propios dogmas, como el señalado, para luego transmutarse en un mayor radicalismo, que no es nuevo sino que estaba implícito en su pretendida nivelación. Al Liberalismo se sucede el Socialismo.
Así, al final, se atacará lo que antes se consideraba bueno y honesto, se elevará sus opuestos al rango de ley, imponiendo finalmente lo que antes se consideraba innoble y perjudicial.
Este cambiazo ha sido imperceptible pero real, y son muchos los que se extrañan y lamentan lo ocurrido.
Cuando preguntan: ¿por qué está todo tal mal y la mayoría de los jóvenes no cree en nada? Yo suelo decir: porque no se reza. Pues sí, pero, unido a esto, porque en Liberalismo en los Estados conlleva la peste del indiferencismo, lo que hoy día se llama relativismo. Lo que surgió bajo el pretexto de convivencia, acaba con la justicia y la misma convivencia,
A lo que vamos. La radicalidad que ciertas oligarquías de poder tienen contra el monumento de "Navarra a sus muertos en la Cruzada", es parecida a la radicalidad del ejemplo que citamos a continuación.Todo parece fruto de los mismos supuestos e impulsos, formando una vasta estrategia de disolución y destucción de todo lo que contiena una huella de religión, ley natural y Derecho.
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