Crónica
En efecto, en estos tiempos de llamada pandemia, la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz ha peregrinado con entusiasmo juvenil al castillo y cuna de San Francisco Javier, como lo hizo el 7-XII-1939, a petición de mons. Olaechea en marzo de 1940 y desde marzo de 1941 como parte de la Javierada Diocesana. Ellos fueron los creadores de la Javierada, y siguen en camino.
El tiempo ha sido soleado, pero oscurece rápidamente. Los peregrinos han llegado cansados pero muy alegres. La noche era cerrada.
Ojalá muchos de los que mantienen el ánimo, vean en dicha Hermandad un ejemplo al que sumarse, una compañía sana y sabia de la que gustar en el camino de la vida, y un norte en la actual oscuridad.
Los de la Hermandad se encontraron con jóvenes de la conocida asociación tradicionalista Cruz de Borgoña, a la que se sumaron para escuchar la Santa Misa a las ocho de la tarde en la basílica del castillo.
Pues bien, no sólo fueron ellos, sino más del millar de personas las que anduvieron por los caminos hasta el castillo de Javier, manteniendo las medidas de prudencia frente al covid-19, pero sin asustarse de él y sin achantarse ante las negras noticias que se esparcen todos los días.
El ánimo de la Hermandad argumenta al señor arzobispo mons. Pérez González, para que les siga permitiendo -pues ahora extrañamente no lo permite- celebrar la Santa Misa en la cripta del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, al que nadie puede afear si no quiere caer en el discursito interesado e ideológico de comunistas y separatistas, los mayores enemigos de la defensa de la Religión y de España hace más de 80 años. Miren, señores: que estamos en el presente preparando el futuro, mal que pese a quienes quieren hundirnos en la desesperanza.
"Vivir una Cuaresma con esperanza significa sentir que, en Jesucristo, somos testigos del tiempo nuevo, en el que Dios "hace nuevas todas las cosas" (S.S. Francisco I, Roma, 11-XI-2020).
Fermín de Musquilda
Foto:JFG2021
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