Criterio
Quien no quiera enterarse de la persecución actual, es no quiere abrir los ojos, y quien crea que tanto el hombre de hoy como el de ayer, es incapaz de perseguir a los católicos, debiera alarmarnos y preguntar hasta cuándo tenemos que seguir hurtando la mirada al pasado y a lo que ocurre a nuestro alrededor.
Dicho esto se comprenderá que quienes rebajan de esta manera la actual persecución religiosa en España, es fácil que se engañen sobre el pasado histórico, y que incluso crean que no hubo tal persecución desde 1931. Para tales, el autoengaño está servido.
No reconocer la realidad actual, nos incapacita para entender el ayer. Es estar ciegos. Así mismo, vivir cobardemente hoy, también nos incapacita para entender por qué y cómo entonces se reaccionó ante la persecución. Añadamos, como interrogante de fácil respuesta, qué va a entender una sociedad que da carta de ciudadanía a cualquier barrabasada... Digamos que nada va a entender, pues el materialismo nos ciega.
3- Pongamos dos ejemplos que son noticia, y que conectamos con lo que diremos a continuación. La persecución religiosa es un hecho, sea declarada u oculta. Es increíble hasta qué extremos de descristianización se está llegando en España. Hoy, ciertas élites y oligarquías tienen una verdadera aversión a todo lo que signifique cristiano. El primero que ofrecemos es el caso del P. Custodio, coadjutor en Barcelona.
El segundo ejemplo también es de la ciudad condal. Acabamos de conocer la reciente agresión al padre Aguilera-Pich, también de Barcelona, aunque no es el único sacerdote víctima el fanatismo de una izquierda amiga de la violencia. Quien nos informa dice que cabe preguntarse hasta cuándo y hasta dónde llegarán estas recurrentes amenazas de muerte a quien pacíficamente se dedica a anunciar la Verdad, en este caso el significado asesino de un aborto voluntario.
Ambos ejemplos, que de hecho se dan en Barcelona, aportan luces a la conclusión a la que llegó don Fernando Sebastián Aguilar: "El independentismo descristianiza y la descristianización favorece el independentismo. No valen las argumentaciones ideológicas. Hay que atenerse a la realidad" ("Id y evangelizad", nº 107, I-II-2018, 48 pp. pág. 4-6).
4- Constatar esta persecución nos conduce a tratar sobre la actual persecución que sufre el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada (Pamplona, Navarra). No es a las personas vivas, sino a las muertas, a las que nadie defiende.
El significado de dicho monumento no es una respuesta a los separatismos -de apariencia tan fuertes en España-, ni a las peores aficiones de uno u otro partido político o sindicato..., sino que significó la legítima defensa de gran parte de los católicos frente a la persecución religiosa. De ahí que, la resistencia activa del hombre de alpargata y de ciudad, el "echarse al monte" aquel entonces, fue una Cruzada, mientras que hoy, el no querer enterarse de la realidad, pero también la cobardía ante el atrevimiento de quien tan mal nos quiere, anuncian tiempos de catacumbas.
Si la antigua y actual persecución a todo lo cristiano es algo real, el monumento de Navarra tiene la señal indeleble -lo derriben o no- de la Navarra que frenó y venció la persecución religiosa. Si lo derriban los talibanes occidentales, el hecho quedará grabado en la memoria de la sociedad más profundamente. En efecto, Navarra se lanzó en general a frenar y vencer al comunismo, como ateísmo militante y totalitario, y... le venció con el resto de España. Se trataba del marxismo de 1848, de su historia posterior, del comunismo leninista y luego estalinista, cuyos propósitos reales se ocultan siempre con engaño bajo el manto protector de la igualdad entre todos los hombres, defensa del débil, y una marea de propaganda.
Subrayamos esto para no entrar en discusiones y trampas con los actuales perseguidores que anuncian la llegada del nuevo Diocleciano en el caso que la Iglesia no se someta a él, o no tolere con el silencio sus desmanes. Aquí está el quid de la cuestión. En ceder o no a las pretensiones de los revanchistas y guerracivilistas, ocultos tras una máscara justiciera, nos va la libertad religiosa de los católicos.
La pregunta central la presentaba Juan Pablo II en el año internacional de la juventud de 1989: ¿Quién es vuestro Dios?: la ideología de clase, el vientre, la soberanía individual y nacional -que pueden ser contradictorias-, la raza, la lengua por un lado... o Cristo. Nor Jaungoikoa aña? ¿Quién como Dios?: nadie como Él.
El monumento Navarra a sus muertos en la Cruzada tiene un significado objetivo, como lo indican las tres cruces en altura de la fachada, las leyendas e inscripciones de su interior, los nombres de sus muros, el precioso fresco narrativo de la historia de Navarra en su cúpula -y ésta última, la segunda de España-, su linterna y la dedicación del edificio en su día. Lo que está en el monumento, no es el Carlismo como tal, ni los Propagandistas (ACNdP), ni Renovación española, ni el Falangismo, ni el cedismo o japismo, ni el franquismo, ni... sino la defensa de la religión católica perseguida, y de una sociedad de veras cristiana con los derechos inherentes a ella y su significado.
5- El monumento como tal se identificó con la Cruz, con la Cruzada... y nadie le podrá quitar ese signo. Todo lo demás -que si golpismo, que si franquismo...-, son meros pretextos. Díganselo a la Diputación Foral de entonces, y a los que dijeron "no así", "hasta aquí hemos llegado", o "devuélvannos nuestra libertad".
6- Todo lo que sea conservar la propia personalidad católica y humana, la propia libertad, ante el poder civil, hoy convertido en ídolo a fuerza de subvenciones o el temor, sea bienvenido. De ahí la importancia de la objeción de conciencia frente a las intromisiones totalitarias del Estado en la familia, los hijos, el matrimonio, la educación, la ciencia, la cultura y hasta la predicación religiosa. De ahí la defensa de todo lo que tenga una significación religiosa, sin permitir que la desvirtúen.
F. de M.
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