Tomado de "El Debate", 27/11/2024
Francisco Javier Vives
Sobre el Monumento de Navarra a sus muertos
En el edificio hay nombres de vecinos de todos los pueblos de Navarra y, con seguridad, hay de muchos familiares de todos los que hoy en día quieren borrarlos de la memoria colectiva.
Detalle de la lista de los caídos en el monumento de Navarra
Entre esos hay
nombres de vecinos de todos los pueblos de Navarra y, con seguridad, hay de
muchos familiares de todos los que hoy en día quieren borrarlos de la
memoria colectiva y de las paredes del Monumento de Navarra a sus
muertos, pues de la suya propia ya lo deben haber hecho hace tiempo.
Desde la
Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, que también tenemos nombres de
familiares inscritos en las mencionadas placas, no queremos olvidarnos de
ellos. Por eso, seguimos reuniéndonos para rezar por los muertos de la
guerra, y lo hacemos por todos, por los que murieron defendiendo a Dios y a
la Patria, que salieron al frente con un trasfondo religioso buscando el orden
en las familias y en las tradiciones y tratando de poner freno a los atropellos
que la República hacía de sus libertades, y pedimos por los que murieron en el
otro campo, por ser hermanos e hijos de Dios. Por unos y por otros pedimos al
Altísimo para que Su infinita Misericordia actúe sobre todos ellos, les dé la
paz y el descanso eterno.
Resulta curioso
ver ahora a Comisiones Obreras reivindicando y demandando «justicia» (¿y venganza?) a la hora de solicitar la demolición de un «Templo
franquista» que, dicen, daña «su sensibilidad democrática». Sería bueno que
antes de hablar se miraran a sí mismos, porque la sede que habitan en Pamplona
está en la Avenida de Zaragoza, N.º 12, el edificio de la antigua Casa Sindical,
que fue construido en 1953 por el franquismo como sede del Sindicato Único
Vertical de la época. Mientras, esto es así, el Monumento de Navarra a sus
muertos fue erigido por suscripción popular y por la Diputación Foral de
Navarra.
Por eso, ya que está presta a demandar «justicia», animamos a Comisiones Obreras a que, bien sola o junto a la Unión General de Trabajadores, con la que se reparte dicho edificio dictatorial, solicite inmediatamente su demolición, por ser un «Templo franquista», e inicie los trámites para trasladarse a unas instalaciones que tengan unas connotaciones «democráticas», porque la actual, además de tener ese tufillo de la dictadura que el tiempo no puede hacer desaparecer, seguro que estará en estado de ruina, pues, como dicen ellos, el franquismo todo lo hacía mal.
Francisco Javier Vives. Prior de la Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz
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