sábado, 18 de octubre de 2025

Edificio religioso y hermandad canónica

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El monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada fue y es servido por la Hermandad  de Caballeros Voluntarios de la Cruz desde su apertura al culto el 7-XII-1958 hasta 1998, y su cripta hasta hoy. Y desea seguir cuidándola y atendiendo religiosamente mientras el monumento se mantenga en pie. 

Adjuntamos un recorte muy ilustrativo de prensa de 1937, que transcribimos, en cuyas cuestiones incidiremos a continuación. Es la carta de Mons. Marcelino Olaechea al director de los Salesianos de Pamplona.

"Rvdo. Sr. Director de los PP. Salesianos.- Ciudad 

Mi muy querido don Ramón: Recibí su carta, con el articulito que pensaba mandar a la prensa, y que con tanto afecto fué recibido por toda ella.

Me pedía la bendición a su idea.

Se la di de palabra. Hoy quiero dársela por escrito, y se la doy con todo mi afecto para que se animen las almas buenas a ayudarle en esa empresa de levantar una gran iglesia en Pamplona a la memoria de los mártires navarros, caídos por Dios y por España en esta santa Cruzada, la más santa que han visto los siglos. ¿Cómo no bendecir con todo mi corazón esa idea, que creo una verdadera inspiración de Dios? 

Todos los días en la santa misa tendré un recuerdo especial para que el Señor la haga prosperar.           

Es verdad que no dejará Navarra levantar un gigantesco monumento que perpetúe el heroísmo y el sacrificio de sus hijos en esta lucha por el Altar y por la Patria, y que no dejará de tener un sencillo monumento cada pueblo. Así lo han hecho las Naciones que tomaron parte en la Gran Guerra, para que así los nombres de los soldados muertos (...)  siempre frescos en el recuerdo de todas las generaciones, y pensando en ellos se animen los niños y los jóvenes a ser siempre dignos de su Patria. 

Ningún pueblo ha llevado a la guerra más alto ideal que el pueblo navarro, que ha ido a la guerra por DIOS; y ninguno ha manifestado mayor valentía y sacrificio que él en el curso de la Historia. 

Pero los monumentos son un recordatorio; son cosa fría.

Sólo la Iglesia es vida. En ella nos unimos a los muertos que viven en Dios; en ella los sentimos cerca de nosotros; en ella nos damos mayor cuenta de su valiosa intercesión. ESE ES EL GRAN MONUMENTO QUE ESPERAN; pues es el monumento de la Gloria de Dios, en el que se le tributarán perpetuas alabanzas. 

Y ese templo, junto a los talleres en que se forman los futuros obreros de Navarra y de España; esos obreros libres de toda ponzoña de irreligión; esos obreros hijos de una Religión sacrosanta, de una Patria incomparable; esos obreros, que buscando dignamente su elevación en la vida presente, no olvidarán que es un valle de lágrimas la tierra. 

Con todo mi corazón bendigo la idea y a cuantos le ayuden en ella. 

¡Que nuestra buena Madre María Auxiliadora toque el corazón de todos los buenos y Ella se edifique su casa!

La paz del Señor sea con todos nosotros.

Pamplona. Pascua de Resurrección de 1937. + MARCELINO, Obispo" (EPN 30-III-1937 n. 12.294).


Este recorte de prensa muestra varias cuestiones. 

Primera: la Hermandad no era política sino religiosa

1. La idea del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada surgió para honrar a Dios y en Él a los que sacrificaron su vida en legítima defensa por la religión perseguida. "Es el monumento de la gloria de Dios, en el que se le tributarán perpetuas alabanzas" (Mons. Olaechea).

2. La idea del monumento es anterior a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, creada por Mons. Olaechea  el 26-XII-1939, que es canónica.

3.  La Hermandad fue creada, en todo o en parte, en función del monumento (véanse las Reglas fundacionales), al que lógicamente y de alguna manera sobrepasa porque tiene que darle vida. El edificio material se distingue del espiritual como la materia y la forma, siendo el espíritu en su contenido religioso y católico el que da sentido y sobre eleva las mismas piedras. "Sólo la Iglesia es vida" (Olaechea)Por eso la Hermandad, que es canónica, debía  estar en el monumento.

Así pues, primero se ideó el monumento, y después, como tenía que ser un monumento vivo,  se creó una Hermandad y se asoció a aquel como espíritu da sentido a la materia.

Las actuales tensiones provocadas artificialmente por posiciones aberrantes sobre el monumento, reflejan lo mucho que significa el monumento para estas, comprometiendo a toda Navarra, por lo que es comprensible que la Hermandad haga todo lo posible, contra viento y marea, para seguir al menos en su cripta donde está.

4. La finalidad del edificio o monumento fue Religiosa, y religiosa era la Hermandad, garantizada por la constitución canónica de la Hermandad. "En esta santa Cruzada, la más santa que han visto los siglos" (Olaechea). El núcleo religioso es el reinado de Cristo en las almas que desean acogerlo (persona, familia, parroquia), y la legítima defensa de éstas frente a la Revolución impuesta, a lo que se añade sus innegables desarrollos necesarios en la Iglesia, la sociedad organizada, e instituciones. 

5. El templo se prolongaba en los talleres para obreros, libres de la ponzoña de la irreligión, y hoy, lo que queda de religión debiera prolongarse en lo que queda de dicho edificio, por justicia en la verdad y para que no se convierta en el talón e Aquiles de la nueva evangelización.


Segunda. La Hermandad no era requeté aunque de hecho llamase inicial y principalmente a quienes habían estado en los Tercios de requetés en el frente de batalla. 

1. El Obispo abrió la Hermandad a todos los navarros, la creó para conservar el espíritu de la Cruzada en legítima defensa, el que principalmente estaba expresado y mantenido en toda su pureza en los Tercios de requetés, descendientes y como punta de lanza de los voluntarios carlistas a lo largo de la historia. Olaechea tomó de los requetés la parte religiosa que es el principalísimo aspecto de la Cruzada defensiva. 

Ello explica que al núcleo central y universal de la Hermandad, se añadiesen ciertos detalles espirituales (el 10 de marzo u otras fiestas), a comodidad de los carlistas. Además que tales detalles expresaban algo absolutamente peculiar suyo, los carlistas veían en ello cierto reconocimiento y universalización al acompañar como materia la elevación de la Hermandad al rango canónico. 

Estos detalles espirituales o de aparente "concesión a concreciones temporales", se explican fácil. Como las Reglas de la Hermandad son espirituales, y, en el hombre, el espíritu actúa como una unidad -a su vez encarnada y profundamente vivida en momentos de conflicto-, había que satisfacer plenamente el espíritu de los Tercios requetés, no sólo en su parte directamente  religiosa y universal, sino también en algunos detalles secundarios (el 10 de marzo u otras fiestas) o concreciones históricas, que no obstante podían ser vividas con facilidad y agradecimiento por el resto de los navarros no requetés que fueron al frente. 

Repetimos que con estas Reglas de la Hermandad los requetés estaban muy cómodos, aunque lógicamente aquellas no expresasen todos sus planteamientos, pues entre ellos los había temporales como los Fueros y el rey

Resultaba  imposible separar el espíritu al espíritu, pero sí era posible identificar en él la parte exclusiva, directamente religiosa y universal -la más importante y la que decidió la Cruzada-, de la concreción histórica temporal. Ahí están las semejanzas entre el voluntario requeté y la catolicidad, y ahí las diferencias. 

Así pues, la Hermandad no fue, nunca ha sido y no es política ni requeté

¿Qué dirá un materialista, para el que sólo importa vivir lo mejor y más placenteramente posible, satisfacer los sentidos como el que más, viajar y llenar sus arcas y despensa, es decir que sólo se preocupa de las necesidades y gustos materiales suyos y -esto ya es más  infrecuente- también de los demás? Diremos que el materialista, el acomplejado y el ignorante de hoy, no tienen capacidad para entender por qué miles y miles de navarros y españoles, salieron a defenderse para evitar cara a cara que arrancasen la fe católica a los españoles que querían conservarla, y para evitar que España se convirtiese en el moderno Gulag comunista en el que había caído la vieja Rusia imperial. 

¿Qué dirá el ignorante que desconoce la verdad del presente y del pasado, y etiqueta a quien se la puede develar? Hace casi un siglo hubo en España una Cruzada religiosa, que hoy debe recordarse porque, entre otras cosas, quienes  mandan imponen el olvido, el silencio, y una realidad contraria a la que fue. 

¿Qué dirá el acomplejado para quien el qué dirán le hipoteca como persona y cristiano católico, sobre todo quiere quedar bien con los que tienen el poder, y se deja llevar por la propaganda de los que vociferan y hasta dan miedo ? Aquí hay muchas cosas extrañas, como que unos -los frentepopulistas- pudiesen hacer la Revolución, y otros -la media España que se resistía morir- no se pudiesen defender de ella También lo es tratar a todos por igual con independencia de qué hiciesen en el conflicto, confundiendo la inmensa mayoría social en Navarra con realidades que nunca debieron ocurrir, hablando sólo de lo pésimo de unos mientras se calla lo pésimo de los otros, por ejemplo, lo que ocurrió en Guipúzcoa y Vizcaya en 1936-1937.  Otro ejemplo es que los nacionalistas de hoy quieran ignorar a los nacionalistas vascos de la Navarra y Álava de entonces -muchos otros de Guipúzcoa y Vizcaya se hubieran sumado si no fuese por sus jefes jelkides-, porque se defendieron del comunismo, ingresando para ello en el requeté. Los nombres de los que murieron en el frente, están inscritos en el monumento que los herederos de Aguirre e Irujo  hoy desean aniquilar. Nacionalistas contra nacionalistas... por pasiones indignas de quienes se alían con los marxistas, tomando el bando de Irujo y Aguirre, en contra de Campión, Landáburu, Ibarrondo...

Si la Hermandad saliese del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, su espíritu fecundará otras piedras o lugar físico, expresando así la indignidad de quienes se reparten como presa el Ayuntamiento de Pamplona en un sistema que no es verdaderamente representativo. Indignidad ésta que se suma a indignidades mucho peores. Y expresando también -no lo permitan los nombres inscritos en el monumento- la enorme perplejidad que  causaría la decisión y dejación de quien rige el palacio episcopal.

En conclusión: no seamos cómplices del gran pecado del silencio.


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