Siete propuestas para la revancha ideológica y el blanqueo de ETA. Blanqueo y revancha van de la mano
Nos ha sorprendido la prensa con la noticia de siete propuestas para el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada (DdN, sábado 9-II-2019). Una es de derribo total y el triunfo de la nada. Y la nada no durará entre nosotros. Seis proyectos ofrecen nuevos usos, transformando el edificio y además su entorno en lo que no fue desde su erección. Y además transformándolo una barbaridad, como signo de un orgulloso dominio sobre la realidad recibida.
Nosotros queremos que el monumento no se toque y sí que se arregle, y no se modifique, conforme a las escrituras de donación del arzobispado al Ayuntamiento de Pamplona de 1997-1998. ¿Quién ha dicho que estas no valen? Son de lo más justo.
Muchos queremos que el monumento siga siendo el que fue y básicamente para lo que fue concebido. Con sus arquerías, su estanque, el tranquilo lugar de solaz y recreo.
Ciertamente, no hay que estar siempre con el tema de la guerra, pero son otros los que lo sacan, ¡y de qué manera! Miren: la guerra queda afortunadamente muy lejos, los españoles se habían reconciliado hace mucho tiempo, y no hay otro remedio que seguir construyendo -y no destruyendo- el presente y el futuro.
Represaliados, yo tengo varios en mi familia, por lo que sé qué significa esta dolorosa e injusta realidad. Es lamentable que parientes de los represaliados en Navarra hayan podido sufrir una utilización ideológica cuando ésta cae fuera de contexto. Nadie puede confundir a los represaliados con los muertos en el frente. Ni puede olvidarse, con el motivo de recordar aquellos, el heroísmo de los más de 40.000 navarros en el frente de batalla, o los más de 4.700 navarros muertos en combate. El heroismo de Navarra fue destacado por todos, y de ahí la laureada de su escudo, que como tal nada tiene que ver con el franquismo, salvo para los que se dejen caer en el engaño por dejación de sus acomplejados políticos. Tampoco se debe guardar un sistemático SILENCIO -hoy dicen que es menosprecio- a los navarros represaliados en otras provincias españolas, en Guipúzcoa, Vizcaya y un largo etcétera. Ya me dirán por qué. Pero lo más lamentable es confundir el heroismo con terribles bajezas que todos sabemos y sufrimos.
Seguimos con las siete propuestas y su cascada de palabras. ¿Se imaginan qué dirían si fuese a la inversa, esto es, un monumento a los gudaris, brigadistas o milicianos del otro bando, y que se permitiese a alguien proponer su destrucción y/o deformación? ¿Se imaginan qué se diría si fuese un monumento a los suyos y si otros quisieran derribarlo, modificarlo, y arrebatarle el carácter para el que se construyó?
Otra cosa: ¿Y qué ocurre con la parroquia de Cristo Rey en varias de esas propuestas? ¿Es comprensible poder pensar en su derribo como una posibilidad real? En qué poco consideran a los católicos, a la Iglesia, a los ciudadanos.
Todo por el prurito de "cambio" -de una superficial "ley del cansancio"-, del arrasar el pasado, de mostrar el dominio sobre una época de paz y progreso precisamente por los que enfrentan a todos, fastidian y fastidian a los vecinos, arruinan la economía y quieren quitar los hijos a los padres.
Otra cosa. Lo que dicen Bernad y Martínez en su entrevista en Público.es (18-XII-2018) sobre el monumento y la Hermandad que lo cuidó siempre, no tiene ni pies ni cabeza. Es una pena que nadie puede contestarles dentro de su feudo ideológico. Lo que parecen aspirar es a ocultar su error y para ello, abiertamente apoyados por el entrevistador, no les importa echar porquería a otros. Pues bien: ellos saben que hicieron mal con las escuchas y cámaras. Mira, majo: si te pillan te aguantas.
Todo esto sí que es la "democracia" del Imperio, esto sí es DOMINIO sobre la realidad, un DOMINIO mucho más poderoso que el Imperio descrito por Michael Hardt y Antonio Negri (Imperio, 2000). Esto nada tiene que ver con la democracia de la multitud, pues aquí ni hay multitudes ni verdadera democracia y representación (Multitud, 2004). En sus farragosos libros, Hardt y Negri se han quedado cortos, sobrepasados por la sinrazón, el revanchismo, y el talibanismo ideológico occidental.
Mantengamos la tesis. Los talibanes de aquí quieren mostrar su PODER, y que pueden ARRASAR la memoria del ayer vencedor y hoy vencido. Eso sí, sus mañas de ayer y también de hoy se muestran absurdamente TOTALITARIAS.
Los JACOBINOS de ahora se envuelven en el manto del pueblo, pero saben muy bien que no tienen su apoyo, a pesar de la manipulación de la historia y de copar los medios de comunicación. Son minorías muy hábiles, nada más, que ahora tienen -con el porcentaje que les da el "cuatripartito"- el dinero público y el BON para hacer sus trastadas.
Fermín de Musquilda
La sencillez y generosidad de esta silueta
es la del pueblo que no quería el
triunfo revolucionario del comunismo.
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