domingo, 7 de abril de 2019

Echar barro a otros para salvarse primero

OPINIÓN (7/04/19)
Ya que el Ayuntamientio se lava las manos,
abandonando a quienes creían hacerle un favor...
Imagen de la Justicia de la fachada de la casa
consistorial de Pamplona, con la mano rota
vandálicamente.
Algunos buscan esconder sus errores detrás de la ideología y la política. Y quizás también esconden su vanidad. Pero no cuela si quieren salvarse de lo que saben que han hecho mal. Quisieran que  sus enredos y el espiar a otros les saliesen gratis, pero miren: en esta vida hay cosas que claramente no se deben hacer, de modo que pasada la raya roja nadie puede quejarse de sufrir las lógicas consecuencias . Lo sentimos. Nadie más que ellos tienen la culpa de sus incomodiades, pues se deben a los desafueros o abusos que cometieron.

Su imagen externa de calculada dejadez, sus despejesfueras de juego verbales delante de sus amigos, y sus dichos recurrentes, producen aburrimiento en los demás y hasta cierto dolor de cabeza.

Actúan como creyendo que son los intocables comisarios políticos, retomando así el calendario de la historia lejana en una imposible marcha atrás.

No insistiremos en sus ideas fijas para no darles coba, a las que hace tiempo y varias veces se les podría haber contestado por suponer y decir barbaridades. 

Su estrategia sigue siendo:

1. Cambiar de perspectivas a conveniencia de lo que se dice, tergiversar los datos y plantear todo como les conviene, para así desviar la atención del verdadero problema.

2. Exhibir como soporte la mentira, aparentando información y estudios, y desde luego adobándola con mucha  hipocresía. Lo que dicen no se lo creen ni ellos, pero si los demás se lo creen... ellos han ganado.

3. Van de víctimas, como si la araña que espera fuese ella precisamente la víctima.

4. Les ayuda un amplio, diligente y endogámico equipo que abarca todos los frentes de acción. 

5. Si no pueden actuar "desde arriba" -Asirón les abandona y la justicia municipal se lava las manos-, se sienten obligados a ejercer presión "desde abajo", contra las instituciones nacionales -Justicia e Iglesia- que no les amparan ni apoyan, y hasta recurriendo a las instituciones internacionales -¡y que vivan los complejos!- .


La justicia que no dirime el Ayuntamiento EH Bildu,
debe llevarla a cabo la instancia preparada para ello por técnicos en la materia y jueces. 
Muestran la cara burguesa, cómoda y bien pagada de la "revolución proletaria" (más que proletarios tenemos parados abandonados de todas las clases...) y la "revolución cultural". Entre ellos los hay que no han trabajado con la azada, ni en la cadena de montaje, ni en condiciones duras, sino que se han preocupado por estar bien cuidados en buenos puestos. Su "revolución cultural" es tan vieja como la ORT maoísta y estudiantil de los setenta, aunque viene de atrás. Sabemos algo del sabor de esta "cultura" y no se lo deseamos a nadie. Ejercen a placer lo que hoy gusta a ciertos activistas: presentarse como unos deslenguados, de estilo procaz y agresivo, creyendo que repetir lo mismo convence a los demás, que decir la mayor machada -por inconcebible que sea- levanta convicciones y atrae adictos, y que a quienes ellos colocan enfrente suya forman parte de la masa asustadiza que se pliega a todo.

Aquí hay un diseño y una estrategia internacional. Por un lado, se manosea el género masculino y femenino, por otro se manosea a los muertos -nuestro respeto más total a quienes los han sufrido en silencio pues sabemos personalmente bastante de ello-..., todo menos estar en los problemas del presente. Huidizos hacia su pasado mental, no saben resolver el presente y sí crean problemas inexistentes en él, que sin duda les vienen muy bien como escritores aventajados, como amigos de la literatura imaginativa (aunque estén muy lejos del realismo mágico) y de convertir la vida en teatro con cada performance barata y que nadie puede criticar, como historiadores aparentemente positivistas que han abandonado la aburrida historia económica y de series por las redes clientelares a lo romano o bien familiares, como hombres de imagen y pose progre, como periodistas con una vehemencia pagada de sí misma y buen sueldo...y todo ello tanto en nuestra pobre España, como en los países hermanos hispanoamericanos. 

Para ellos, lo que hacen es un "deporte" ideológico que les justifica la existencia, y les da de comer, pues saben a quien sirven. Si hay fama y dinerillo por medio, mejor que mejor. 

José G. de B.


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