Tomamos el siguiente artículo de historia de la prensa local, el quincenal "Siempre P'alante" nº 826 (16-IV-2019), pág. 14. Dice así:
En
la última Cruzada del s. XX, no hubo hombre sin una mujer a su lado, madre o
hermana, novia, esposa o hija. La Hermandad de la Cruz (HCVC), que cuidaba la
basílica del monumento de Navarra a sus
muertos en la Cruzada, y hoy su cripta, se percató del dolorido silencio de
muchas mujeres navarras. Por ello encargó el conjunto escultórico y paso
procesional “La Piedad” a José López
Furió.
El
25-IV-1961, la Hermandad decía a la Diputación Foral que en el rostro de la Dolorosa
está inscrito el de la mujer navarra: “Sentimos admiración por otros héroes
callados que merecen nuestra gratitud: las madres y esposas de los gloriosos
muertos por Dios y por España, crisol donde se forjan las virtudes de esta
tierra, guardian permanente de las mismas.
“Su
heroísmo se muestra en el desprendimiento, verdaderamente Heróico que hacían de
sus hijos y esposos, cuando de defender la Religión Católica se trataba. Y
entre los innumerables hechos acaecidos, sólo presentamos el siguiente, que rubrica
todo cuanto se pueda decir en exaltación de su desprendimiento y abnegación.
“Llega
a un pueblo el ataúd que contiene el cadáver del segundo hijo que acaba de
morir en el frente. Paróse el cortejo fúnebre y se abrió despacio la caja. El
mozo parecía de cera. Una bala roja le había partido el corazón. Su madre,
presente, erguida, sorbiendo su dolor, reza un Padre Nuestro, con unción,
ensimismada en la presencia de Dios. Una vez rezado, se dirige a su hijo y con
voz fuerte le dice, entre la admiración y la emoción, malcontenida, de los
presentes: “AL MORIR, HIJO MÍO, NO PUDISTE GRITAR COMO TU HERMANO, VIVA CRISTO
REY!, YO SE QUE ME OYES. CONTESTA, PUES, A TU MADRE: VIVA CRISTO REY! VIVA
CRISTO REY! VIVA CRISTO REY!” Y sin sollozar estampó un beso en el cadáver y cerró
la caja”. Este relato “se debiera escucharlo de pié (…). Sublime! Inconcebible,
si no hubiésemos luchado por Dios y por España” (Moción de la HCVC, 14-I-1961).
Y la mujer, “aceptando este sacrificio con una admirable resignación y
conformidad cristiana, dando una formidable lección y ejemplo. Este hecho
histórico, hace vibrar de emoción y denota la grandeza de ánimo de las madres
que así reaccionaban ante la pérdida de los seres más queridos que morían por
tan santos ideales” (HCVC a López Furió, 19-III-1966).
Eran
madres de 4.709 navarros muertos en el frente según la “Relación nominal de los
familiares de muertos navarros en la Cruzada Nacional” (1962, inédita, HCVC).
264 Ayuntamientos navarros -incluyendo poblaciones reunidas en valles y
cendeas- recibieron el listado de la Diputación Foral, comprobaron e indicaron
los familiares a quienes condecorar. En 117 de ellos hubo alguna madre con dos
o más muertos.
4.288
madres tuvieron un muerto en el frente, y 206 más de uno (199 con dos, 5 con tres,
y 2 con cuatro varones). Estas 206 madres recibieron la triste noticia de la
muerte de 421 navarros en el frente, sólo hijos, y algún esposo e hijo. Combinemos
Ayuntamientos, madres e hijos-esposo.
En
75 ayuntamientos, una madre lloró a dos
hijos: Aibar, Allín, Ansoain, Anué, Añorbe, Aoiz, Araiz, Aranguren, Arce,
Areso, Aria, Artajona, Artazu, Azagra, Barasoain, Barbarin, Biurrun-Olcoz,
Burgui, Cabanillas, Cadreita, Caparroso, Castejón, Cortes, Desojo,
Echarri-Aranaz, Valle de Erro, Estella, Ezcurra, Cendea de Galar, Garde,
Garralda, Valle de Guesalaz, Huarte, Ituren, Izagaondoa, Izalzu, Javier, Valle
de Juslapeña, Labayen, Lacunza, Legaria, Leiza, Lesaca, Liédena, Lodosa,
Luquin, Mendavia, Mendaza, Milagro, Murchante, Murieta, Obanos, Odieta, Olejua,
Oteiza de la Solana, Pitillas, Romanzado, Sada de Sangüesa, San Adrián, San
Martín de Unx, Santacara, Sumbilla, Tafalla, Tirapu, Torralba del Río, Ulzama,
Urraul Alto, Vera de Bidasoa, Villafranca, Villanueva de Aézcoa, Villatuerta,
Villaba, Zubieta, Zugarramurdi, Zúñiga.
En
26 ayuntamientos, dos madres hubo que lloraron cada una a sus dos hijos muertos, hermanos entre sí:
Allo, Améscoa Baja, Andosilla, Arbizu, Ayegui, Berbinzana, Cascante,
Cintruénigo, Cizur, Valle de Elorz, Valle de Ezcabarte, Igúzquiza, Lanz,
Larraga, Leoz, Lerín, Lónguida, Lumbier, Monreal, Olazagutía, Cendea de Olza,
Valle de Ollo, Pueyo, Sesma, Valtierra, Viana.
En
7 pueblos hubo tres madres que lloraron cada una a dos hijos: Araquil, Buñuel,
Carcastillo, Falces, Cendea de Iza, Peralta, y Sangüesa. En 5 pueblos fueron
cuatro madres: Arguedas, Arroniz, Puente
la Reina, Tudela, Yerri. En Fitero fueron 5 madres, en Corella 8, Baztán 9 y
Pamplona 16.
Las
7 madres con 3 ó 4 más muertos son
las que siguen: la madre de Felisa, Inés y los hermanos muertos José, Pablo y
Saturnino Alonso Íñigo (Allo). Obdulia Remón Ongay, madre de Cipriano (esposa
María Osate Marticorena), Guillermo y Blas Pérez Remón (Carcastillo). Madre de Antonio,
Eustaquio (esposa Dorothy Gaunt) y Julio (esposa Amelia Azarola) Ruiz de Alda
Miqueléiz (Estella). Joaquina Cestau Sucunza (otro hijo Francisco) como madre
de Esteban y Pedro Zabaleta Cestau, y Francisca Cestau -su hermana- como madre
de Juan Zabaleta Cestau (Leiza), pues el padre casó de veces con dos hermanas. Joaquina
Arraiza Narvaiz (hija Lina), madre de Cipriano, Isidoro y Víctor Ciaurriz
Arraiza (Cendea de Olza, Orcoyen). María Arteta Goñi, madre de Andrés, Joaquín
y José, y esposa de Gregorio Sáenz de Heredia y Suárez de Agudín (Corella). Victoriana
Imas Sagredo (otro hijo Ángel), madre de Fidel, Ireneo, José y Lucio García
Imas (Larraga).
¡Oh
madre, te rendimos homenaje, los tuyos murieron para que nosotros y la Iglesia
pudiésemos vivir!
José Fermín Garralda
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