domingo, 10 de noviembre de 2019

Barbaridad en el monumento de Navarra en Pamplona, barbaridad en Cuelgamuros

ENTREVISTA
Según el historiador de los EE.UU. Stanley G. Payne: "Oponerse a la Ley de Memoria Histórica es un deber moral"
La Razón, 9-XI-2019, Sección Cultura, Jesús Palacios

Tomamos la última pregunta realizada al historiador y su respuesta, redactada por el periodista.

–¿Y acerca de la mal llamada Ley de Memoria Histórica?
–Su objetivo es controlar el discurso político de la historia y del pasado. Crear una historia de la opresión, ser víctimas, el discurso por el victimismo. Significa presentar la historia con una sola cara, sin libertad de expresión, de crítica, anular la investigación, salvo la que supuestamente sirva para dichos fines con todo tipo de ilegalidades. No se ha inventado en España, pero Sánchez está yendo más lejos que Zapatero y mucho más que otras leyes en Europa. En España se ha convertido en un arma sectaria para controlar a los partidos de la oposición. Por un temor enorme de ser tachados de franquistas. Oponerse a ella es un deber moral. Hace falta vigor e independencia para ello.

La exhumación de Franco, «una profanación»

Respecto a la actualidad política española, explica Stanley Payne que «sacar a Francisco Franco del Valle de los Caídos no ha sido el problema, incluso había un argumento a su favor. Cuelgamuros se erigió como monumento y reposo para los caídos y las víctimas de la Guerra Civil. El problema más grave cometido por el Estado ha sido la profanación de una iglesia en contra de las leyes del propio Estado y del Vaticano. Y sin el permiso de los familiares. Se han violado sus derechos civiles y políticos. Y violar la ley para un Estado es un hecho muy grave.La comisión creada por Zapatero en 2011 hizo un informe en que señalaba que si bien exhumar al dictador de ese lugar sería deseable, tal acto no se podría llevar a cabo sin el consentimiento de la Iglesia, de la orden benedictina y de la propia familia», continúa, «y que, por lo tanto, lo mejor era dejar las cosas como estaban. Pedro Sánchez ha ido mucho más lejos al ir en contra de la propia Ley de Memoria Histórica, que dice que los restos se deben entregar a la familia para que ella decidiera donde volver a enterrarlos donde quisiera. El acto ha tenido un claro objetivo político, como lo es el traer a Franco y el franquismo al debate político del momento, para presentar a Sánchez como el gran «justiciero» de la historia. Una absoluta barbaridad», concluye.

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