ENTREVISTA
Según el historiador
de los EE.UU. Stanley G. Payne: "Oponerse a la Ley de Memoria Histórica es
un deber moral"
La Razón, 9-XI-2019, Sección
Cultura, Jesús Palacios
Tomamos la última pregunta realizada
al historiador y su respuesta, redactada por el periodista.
–¿Y acerca de la mal llamada
Ley de Memoria Histórica?
–Su objetivo es controlar el discurso político de la
historia y del pasado. Crear una historia de la opresión, ser víctimas, el
discurso por el victimismo. Significa presentar la historia con una sola cara,
sin libertad de expresión, de crítica, anular la investigación, salvo la que
supuestamente sirva para dichos fines con todo tipo de ilegalidades. No se ha
inventado en España, pero Sánchez está yendo más lejos que Zapatero y mucho más
que otras leyes en Europa. En España se ha convertido en un arma sectaria para
controlar a los partidos de la oposición. Por un temor enorme de ser tachados
de franquistas. Oponerse a ella es un deber moral. Hace falta vigor e
independencia para ello.
La exhumación de Franco, «una profanación»
Respecto a la actualidad política española, explica
Stanley Payne que «sacar a Francisco Franco del Valle de los Caídos no ha sido
el problema, incluso había un argumento a su favor. Cuelgamuros se erigió como
monumento y reposo para los caídos y las víctimas de la Guerra Civil. El problema
más grave cometido por el Estado ha sido la profanación de una iglesia en
contra de las leyes del propio Estado y del Vaticano. Y sin el permiso de los
familiares. Se han violado sus derechos civiles y políticos. Y violar la ley
para un Estado es un hecho muy grave.La comisión creada por Zapatero en 2011
hizo un informe en que señalaba que si bien exhumar al dictador de ese lugar
sería deseable, tal acto no se podría llevar a cabo sin el consentimiento de la
Iglesia, de la orden benedictina y de la propia familia», continúa, «y que, por
lo tanto, lo mejor era dejar las cosas como estaban. Pedro Sánchez ha ido mucho
más lejos al ir en contra de la propia Ley de Memoria Histórica, que dice que
los restos se deben entregar a la familia para que ella decidiera donde volver
a enterrarlos donde quisiera. El acto ha tenido un claro objetivo político,
como lo es el traer a Franco y el franquismo al debate político del momento,
para presentar a Sánchez como el gran «justiciero» de la historia. Una absoluta
barbaridad», concluye.
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