domingo, 20 de octubre de 2024

Talibanes por Pamplona

 Noticia



     El hecho es que "registran una solicitud formal para exigir el derribo de Los Caídos" de Pamplona (Diario de Navarra, 17-X-2024). Este tipo de solicitudes puede dar pie a que cualquier asociación, individuo o partido solicite lo que le plazca, y a que, con una mayoría de conveniencias y presión "en contra" o para "reparto de botín", haga lo que le de la real gana. 
     Está visto que, los dirigentes de las asociaciones que exigen el derribo del histórico monumento de "Navarra a sus muertos en la Cruzada" -y no "los Caídos"-, disfrutan lanzando sus "machadas", y buscan asustar y acochinar "al otro", aprovechando que la tendencia natural de la sociedad es la paz social. Miren: hagan lo que les plazca y quedarán nominalmente y para siempre como lo que Vds. son.
     Tales dirigentes aparentan que tienen muchas asociaciones, aunque se manifiesten cuatro gatos, y que lo suyo es un clamor social espontáneo y masivo.  Nunca tan pocos han manipulado a tantos, incluso a instituciones del saber y la misma Iglesia, por deseo de paz social, ingenuidad e imprudente retraimiento.
     Me refiero a los talibanes occidentales, pues en esta tierra de garbanzos nos nos privamos de nada. Ayer se aterrorizaba de una manera, y hoy se asusta con la prepotencia y la saña. Aparentan y hacen muy bien su propaganda. 
     Si no hay motivos de conflicto en la actualidad, los buscan hasta hace casi un siglo atrás, pues es un terreno fértil y además porque los de aquel entonces no se pueden "defender". Campean libérrimos, sin oposición alguna aunque como dijo Antonio Escohotado, el comunismo sea la religión del no ser, de la nada. Sin duda, lo que permiten hoy, no lo toleraran mañana.      
     Amigos de la lucha social -siempre estarán "en lucha" contra los demás y nunca cada cuál consigo mismo-, buscan un nuevo programa para el avance de la Historia hecha a su medida, aunque la sociedad no les siga. Sueñan pero no ven, mientras muchos sólo siguen a lo que se mueve. Pues bien, que no se olviden de poner sus nombres para así pasar a la posteridad.
     Un grupo de muchos brazos jalea, utiliza a los políticos sin programa político, mientras la sociedad y la Iglesia calla para no entrar -quizás se equivoquen porque se impone una sola versión- en el juego guerracivilista. Los que debieran recordar las verdades del ayer histórico -historiadores y clero vapuleado-, se callan como muermosEn Pamplona, ya en Sanfermines ya en sede parlamentaria, se promovió y consintió agresiones públicas contra el monumento de Navarra, que pueden ser tipificadas como delitos de odio según buena parte de la ciudadanía. Y hubo un casi total silencio. Entre la agresión y el silencio, mal vamos. Ahora bien, hubo reacción popular, equilibrada y ordenada pero contundente, ante los horribles sucesos cometidos por A.A., pero desde arriba del mundo clerical se sugirió no continuar. 
     Lo peor es que los talibanes occidentales tienen medios más que suficientes, reciben apoyos inadmisibles del Gobierno y de los medios de comunicación subvencionados, y de hasta quienes quieren quedar bien con los que llevan décadas excitando los ánimos. No, ellos no quieren la paz social. Apoyándose en una partitocracia activista y del "todos contra uno", tales tienen todo a su merced para tergiversar y enredar. 
     Pues si, de aquellos polvos estos lodos, y de aquellos odios estas miserias. 
     Estos talibanes occidentales se parecen a los talibanes orientales, integristas islámicos, que han dejado una amplia huella en las hemerotecas, con sus nombres, barba y turbante. Un caso es entorno al año 2001, que refrescamos al lector.
 
(Diario de Navarra, viernes 2-III-2001)

(Diario de Navarra, sábado 3-III-2001)

(Diario de Navarra, domingo 4-III-2001)

"Los talibán anuncian a la Unesco que seguirá la destrucción de estatuas" (DdN  5-III-2001).
"El régimen de los talibán busca desafiar a Occidente" (DdN 7-III-2001).
"Los talibán podrían negociar la venta de los budas con el Metropolitano de Nueva York. La ONU cree que todavía no ha comenzado la destrucción en la zona de Bamiyan" (DdN, 8-III-2001).
"Los talibán aseguran que han dinamitado la cabeza el mayor de los budas de Bamiyan. Reanudaron la destrucción tras el paréntesis de la fiesta islámica del sacrificio" (DdN, 10-III-2001).

(Diario de Navarra, lunes 12-III-2001)

Otros monumentos son el monasterio de San Elías, ruinas de Palmira etc.



     Esto es lo que no gusta a algunos: las más de 4.700 inscripciones grabadas en los muros del monumento con los nombres de los navarros que lucharon y vencieron al comunismo internacional en los años de Stalin. 
     Según se está estudiando, faltan muchos nombres en la lista. Tampoco están los navarros asesinados fuera de Navarra del lado nacional, pues el monumento se erigió a los que lucharon y murieron en el frente de batalla. También los voluntarios que salieron al frente fueron muchos más de los contabilizados hasta ahora por sesudos historiadores, que no obstante sólo revisaron parte de los fondos existentes.
     El tiempo ha pasado de forma inexorable. Los guerracivilistas han jugado bastante tiempo con ventaja, porque nadie ha querido entrar al trapo. Tampoco nosotros lo hemos hecho, salvo algunos "recuerdas". 
     Dejen el pasado en paz, respeten lo que la gran mayoría de los navarros de entonces entendió de él, y no revuelvan con presentismos que tienen una clara motivación ideológica y hasta política de blanqueo de ETA. 
    Además, ¿qué dirían ellos si el monumento estuviese dedicado a brigadistas, milicianos e incluso gudaris? Aquí se retratan. ¿Qué dirían a los muchísimos vascos de la zona central y norte del viejo Reyno de Navarra, cuyos nombres están grabados en estos muros al ofrecer su vida por Dios Jaungoikoa y por España? ¿Qué dirán a los nacionalistas vascos que en Navarra y Álava se sumaron a los sublevados contra el comunismo? Resulta fácil y traidorzuelo a los nacionalistas de hoy criticar y rechazar a los nacionalistas que ayer actuaron se opusieron al triunfo, y triunfo más que mentiroso, del  comunismo.
     No está bien escudarse en represiones arbitrarias de retaguardia, para todos absolutamente inadmisibles, dadas también en toda España, incluidas Guipúzcoa y Vizcaya durante la guerra, para justificar ante la opinión el echar por tierra el esfuerzo de la generalidad de Navarra y los navarros frente al comunismo, dirigidos por su Diputación Foral. No es de buena fé callarse por sistema lo ocurrido en la zona "republicana" o, mejor, revolucionaria. Allá ellos si "olvidan" lo que se hizo en el otro bando. Tampoco es justo aprovecharse de que los demás no quieran poner en evidencia lo que ocurrió en el pasado para volver a él. No, no está bien desviar la atención hacia otros temas de triste recuerda, ni reservarse para sí el condenar lo que todos condenamos y rechazaron los mismos del frente de batalla. 
     El "argumento" contra el monumento comenzó con unas represalias arbitraria inadmisibles para todos, y hoy culmina tomando partido a favor de los que buscaban la Revolución comunista. No se hace como quien contempla la justicia o injusticia de una situación, sino desde la praxis revolucionaria para transformar el presente desde la manipulación de sucesos de hace casi un siglo.
     A estas alturas de la historia, hay oligarquías sociales y partitocráticas que argumentan creando agravios comparativos para volver al pasado ensalzando a un bando y condenando al otro. Ni los ciudadanos ni el arzobispado deben tragar con ruedas de molino. 
     Que el monumento de Navarra tiene mucho de arte, de época, de apoyo popular y de bien urbanístico, es innegable, pero los contrarios van por otro lado, y no tienen empacho en decirlo: toman parte del camino revolucionario de febrero a julio de 1936, y demonizan a los que se resistieron a ser destruidos porque no había, según ellos, más remedio. Dejen al ayer con sus propias razones.

Ramón de Argonz

    








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