Opinión y reportaje
(Texto
redactado antes de saber lo que ha dicho Su Excia. Mons. Osoro sobre el Valle
de Los Caídos)
Ante
la acometida que está sufriendo el Valle de los Caídos, cementerio y panteón,
monasterio y basílica, presidido todo ello por la Santa Cruz, imponente y
que acoge a todos rasgando el cielo azul hacia la eternidad, sólo tenemos
palabras de admiración por la buenísima obra hecha ayer, y de rechazo hacia el
odio y la revancha, y la barbarie Talibán de los atrevidos de hoy (1).
Todo
se ha ido preparando para que lo que podamos hacer sea…: nada. ¿Es esta “nada”
verdad?
La
cara ajada y amarga de la viceministra Calvo, que siempre transmite tristes
noticias, muestra de nuevo que los talibanes occidentales han entrado
definitivamente en acción.
Nuestros
educadores nos avisaron hace más de 40 años qué iba a ocurrir. Y ha ocurrido.
Pero se quedaron cortos respecto a la profundidad, al radio de acción y su
rapidez. Aún y todo, tenían mucha razón y nos encomendamos a ellos.
¿Cómo
se ha llegado a esto, a la acometida que está sufriendo el Valle de los Caídos? Las
cosas han ido en cadena. Primero, la verdadera tradición de España y los
tradicionalistas que la mantenían, fue perseguida por los católico-liberales de
un católico Régimen -otra cosa es la representatividad de “su” democracia
orgánica-.
Luego,
en 1976, arrancaron la Cruz de los despachos oficiales: ¿se acuerdan del
difunto presidente de las Cortes Sr. Hernández Gil? –tempus fugit-. Dios
encarnado fue expulsado de la Constitución de 1978, y se abandonó como
“antidemocrático” -siempre la manipulación de las palabras, modas y reflejos-
el reconocimiento expreso de la verdadera religión, la católica, en los poderes
civiles de eso que llaman Estado: ¿se acuerdan de don Aldolfo y sus auxiliares
nacionales e internacionales? Este fue el gran engaño y la gran mentira
sobe Dios y la verdad católica en el que gran parte de los políticos y buena
parte del alto clero cayó y nos hizo caer. También se dijo que
con la izquierda la Iglesia iba a vivir mejor: ¿se acuerdan de esa gran
inteligencia que fue Mons. Tarancón?
Se dejó
hacer todo y se dejó pasar todo –pero siempre al mal y los malvados-, lema
básico del liberalismo más puro y vulgar, con el falso
pretexto clerical de que al mal se le ahoga con abundancia de bien: por lo
visto no se enteraban qué es vivir en sociedad, la necesidad del “no todo
vale”, ni lo inadecuado que es extrapolar el trato personal dejando libre el
camino a los lobos que acosan al rebaño… De hecho se fue silenciando la verdad
y enalteciendo cada vez más el error, lo que ha provocado el silencioso
abandono de la Iglesia por muchos. ¿De qué se extrañan ahora? Dios quiera que
ese abandono no se prolongue por los silencios clericales de hoy. Cuando se ve
dejación en lo sagrado… la gente deja de creer en ello. Pues bien, ha
llegado el momento que, precisamente ahora, no se deje hacer al bien, y
no se deje a éste pasar ni una, e incluso que se le persiga desde el
poder civil, queriendo destruir -y destruyendo- a lo talibán monumentos
memorables y hasta santos, a veces con indignos silencios, entreguismos y
colaboraciones.
¿Qué
mentira humana apoyó la mentira sobre Dios y la verdad católica? Hablaron
de representación política en 1976 (lo carlistas la habían exigido mucho
antes y se la jugaron ante el partido único mientras los demás vivían
felices), pero hemos ido cayendo originaria y rápidamente en una cada vez
mayor falta de representación y en una total falta de medios públicos
para frenar cualquier aberración del pomposamente llamado Ejecutivo. Hablaron
de vida social, y ésta se ha ido laminando desde la partitocracia, acabando con
casi todas las instituciones libres, con función social y no subvencionadas.
Hoy, cinco atrevidos, y dos que dejan hacer casi todo (¿se acuerdan del don
Mariano que fue, cuya letrada profesión no tenía por qué convertirle en un buen
político por muy burdos que fuesen sus contrarios?), sustituyen a toda la nación,
declarada repetidamente soberana porque precisamente con la partitocracia no
iba a serlo.
El Liberalismo nos ha traído rápidamente el socialismo no democrático -si es que fué democrático alguna vez-. Y ahora, ¿qué dicen unos y otros, nuestros próceres civiles y hasta eclesiásticos, ante la secularización o laicismo, la persecución religiosa y la actual falta de representación? Cada vez recuerdo con más gozo a los OCHO señores obispos que cantaron las cuarenta al proyecto constitucional en el tema religioso y moral, pues quienes se presentaron o presentan como liberales hasta las cachas, empedernidos, nos han perdido a todos. ¿Cómo su empalagoso y buenista bla bla bla de ayer va a sacarnos del totalitarismo y persecución actual? ¿Cómo unos presumidos tan sabios van a defendernos, idear algo o apoyarnos para salir del hoyo cuando el poder civil nos ahoga y sepulta con sus continuas aberraciones? Sepan que los malos y buenos no actúan igual en las mismas circunstancias. Sepan también el error de levantar tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias. Y sepan la tontuna de enmascarar todo con una sutil inteligencia de salón. ¿Niegan la validez de Syllabus de Pío IX? Pues no se precien de doctores ni de buenos guías. Porque, ¿no es verdad que la libertad de todos a todo sin excepción alguna “conduzcan con mayor facilitad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y de las inteligencias y propaguen la peste del indiferentismo”? (Prop. 79). ¿Y luego queremos una segunda evangelización, que se está viendo que empezará desde las catacumbas a las que bien conducidos casi hemos llegado?
Ante
la acometida que está sufriendo el Valle de los Caídos, quizás queramos hacernos
perdonar por unos dictadores sin Dios y sin Patria, cuyo único dios
son ellos mismos en su vanidad y ocurrencias, buenos sueldos y buena vida,
odios y revanchas. Quizás busquemos ser simpáticos, doblegándonos -es un
ejemplo- con el seguidismo separatista, con el cierre de templos, con la
suspensión de procesiones, soportando el ser ciudadanos de segunda o tercera
categoría ante las medidas de aforos y reparto de dádivas y auxilios que nunca
llegan… ¿Se acuerdan cuando, con ocasión de Educación para la
Ciudadanía, muchas escuelas, colegios e institutos católicos dejaron -muy
“amables” pero también muy cobardes- que los padres de familia les defendiesen,
aunque todos quedaban humillados y rebajados a ciudadanos de tercera, ellos que
se enorgullecían de ser ciudadanos de primera y hasta del grupo de los
selectos?
Ante la acometida que está sufriendo el Valle de los Caídos, ¿qué medios de resistencia a la opresión nos desvelan que tengamos a mano, aquellos padres de la patria de ayer en 1978, que aún queden vivitos o coleando? ¿Votar a no se sabe quién, y cuando Talibán haya consumado su más que barrabasada? ¿Es que don Mariano cumplió con sus promesas una vez que ganó con mayoría absoluta, y luego ganó otra vez, para después ser defenestrado por su indolencia y la corrupción dentro del PP? Dicen que vayamos a los tribunales de Justicia con medidas cautelares? Dicen que nos refugiemos en la Constitución que el actual Gobierno ha jurado respetar, cumplir y hacer cumplir, y que él mismo quiebra y obliga a quebrar a las fuerzas de Seguridad del Estado como la Guardia Civil. Dicen que acudamos a los medios de comunicación públicos controlados por el Gobierno de los barrabases. ¿Repicar campanas en los medios de comunicación privados, que otros malotes compran porque poderoso caballero es don dinero? ¿Qué han hecho hasta ahora y qué han sembrado los medios de comunicación eclesiales? Dígannos qué hacer, que lo haremos. ¿Firmas y más firmas para que no hagan ni caso? ¿Opiniones y más opiniones?
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El “piadoso” Carlos III comenzó la expulsión del clero (los jesuitas), luego los liberales le imitaron, también lo hizo la IIª República que iba a venir “de la mano de los obispos” (Alcalá Zamora y Maura), y ahora a ver a quién le toca, porque nos tememos que mañana será a todos. Tiempo al tiempo. Como en la China comunista, ¿nos deberemos hacer del “partido patriótico”? |
No
quiero descorazonar, que muchos ya lo están, sino pedir, exigir a nuestros
próceres civiles y sobre todo eclesiásticos por las responsabilidades que
contrajeron ayer, que nos digan qué hacer en la actual situación. Ellos metieron
la pata hasta adentro, pues que la saquen. ¿Qué es difícil? Pues que
espabilen. Y que no nos pidan la “equis” en “la casilla”. Ya saben que el error
produce daño, muchas veces enorme e irreparable. Ojalá ahora nos den lo mejor
de ellos. (Pues no, la declaración inmisericorde de Mons. Osoro nos ha
descorazonado).
Aquí
sólo va a ser posible una cosa: la desobediencia civil en
todos los órdenes sociales, la que don Gregorio Peces-Barba (de muy católico
pasó a ser muy del PSOE y sectario a más no poder) dijo que harían
para defender la asignatura de educación para la Ciudadanía. Pues venga.
El
origen de todos los males ya por sí mismos ya sobre todo en España, ha sido la
expulsión de la misma Constitución -y expulsado casi en silencio- del Dios
encarnado. Silencio tras silencio, la situación ha devenido en el
gravísimo silencio ante los más de 25.000 ancianos abandonados y fallecidos por
el covid-19 en las residencias este 2020, por lo que sólo nos merecemos ser
perseguidos también en silencio.
¿Dónde
están los responsables de lo que ocurre? ¿Ubi sunt? Nos
referimos a los seglares laicos y eclesiásticos que guardaron y guardan
silencio ante el mal, los que aplaudieron el mal que hacían otros,
quienes con un asombroso autoengaño lo toleraron aunque veían que cada vez
estábamos mucho peor, y los que siendo individualmente buena gente se han
retirado monásticamente de la sociedad, a pesar que vivan de ella y en ella.
¿Qué sugieren que podemos hacer con éxito? Lo preguntamos porque parece que
ellos, y a quienes acompañan en su tortuoso viaje, nos han cerrado todos los
caminos. ¿Esperan quietos un milagro absolutamente inmerecido? Siempre nos
enseñaron el “a Dios rogando y con el mazo dando”, es decir, trabajando.
Sí, sí… pero ¿qué hacer? ¿Qué nos responden quienes parece que han cegado y ciegan toda posibilidad?
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