lunes, 30 de noviembre de 2020

Tienen muy mala fe contra lo que significa la Hermandad de Caballeros

Opinión 

Tienen muy mala fe contra lo que significa la Hermandad de Caballeros. Que se vuelvan a celebrar los sufragios.

POR LA PRENSA nos enteramos que el sr. arzobispo de Pamplona-Tudela ha suspendido la celebración de la Santa Misa, que la Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de la Cruz celebra mensualmente en la cripta del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada situado en Pamplona. Estos fieles y Hermandad llevan sufriendo esta situación durante tres celebraciones mensuales. Es seguro que esto les duele mucho, y que sienten un enorme perjuicio sin haber hecho absolutamente nada para merecerlo. 

La parte superior del edificio, la antigua basílica de la Santa Cruz, hoy es una sala de usos culturales, desde que el arzobispado regaló con condiciones el monumento al Excmo. Ayuntamiento de Pamplona en 1997-98. Desde entonces su cripta fue reservada para el culto divino, culto que se ha practicado sin casi interrupción, y es la sede de dicha Hermandad, que desde 1962 atendía espiritual y materialmente la basílica, la cripta de enterramiento (no era un cementerio sin más) y el resto del monumento. La cripta, monumento y su plaza poco o nada tienen que ver con el Valle de los Caídos, que sí es un enterramiento colectivo. La Santa Misa que se reza en la cripta es en sufragio por los que murieron en defensa de Dios y España, y por todos.  Y claro, esto algunos no lo pueden consentir, por lo que entonces comienzan la caza de brujas. 

Hasta aquí los hechos de hoy. 

¿Hay otros hechos recientes dignos de mencionar? Recordamos las inicuas exhumaciones de ocho restos mortales, realizadas por la alcaldía de EH Bildu con la inconcebible flojera del arzobispado en 2016. En seis casos fue en contra de las familias de ayer y hoy, mientras que la familia de dos exhumados estaba dividida entre los de ayer -favorables a la inhumación- y los de hoy que actúan en contra del sentir familiar originario.  Para las exhumaciones, los agitadores, que tienen las espaldas muy bien cubiertas, empezaron con Mola, luego por arrastre y sin venir a cuento entre lo que decían, añadieron la memoria de Sanjurjo, y enseguida -sin duda esto es lo que más les irritaba- la de los seis voluntarios navarros, pertenecientes en gran medida al pueblo de alpargata, aunque todo pueblo sea muy respetable. 

También recordamos la posterior exposición blasfema de Abel Azcona, que no fue retirada por EH Bildu a pesar de las protestas, la  eclesiástica en la catedral -y no sólo-, y las civiles en la plaza consistorial y otros lugares. Más se tenía que haber protestado, y  sinceramente diremos que nos aturdió que alguien frenase la protesta civil de los católicos. Más se tenía que haber exigido: el cese de la blasfemia de Azcona desde luego así como la devolución del monumento por incumplimiento del acuerdo de donación. Más se tenía que haber evitado y conseguido. Imaginen que su madre o padre son continuamente vejados en público. ¿Qué no haríamos? Pero, claro es que EH Bildu tenía sus compañeros de viaje y el sistema tenía sus compromisos con EH Bildu. 

También recordamos otras agresiones de muy triste recorrido. 

Pero volvamos al hoy inmediato. Decíamos que nos hemos enterado de la decisión del arzobispo -que esperamos sea temporal- con mucha pena y hasta con un profundo desasosiego. No sabemos hasta donde llegan las presiones si es que las hay, y no está bien que la Hermandad sufra esto. No está bien que ella tenga que soportar las injerencias y mentiras, insultos y menosprecio público, provocados por determinadas ideologías y partitocracia, por chulerías y prepotencias, y por las indebidas intromisiones contra la libertad de la Iglesia y los fieles. 

Hoy es la cripta y la Santa Misa en ella que sus enemigos tienen la tontería y desfachatez de llamar Misa franquista. Lógicamente otra cosa es que lo sea, pero eso les importa tres pepinos: el tema es que se diga y que la gente se lo crea gracias a la repetición, la amenaza verbal, y el silencio de los buenos. Pues bien, mañana será la catedral, la Santa Misa y la predicación -esto último ya empezó-. Paso a paso actúan los insaciables: como decía Lenin, dos pasos adelante y uno atrás. Y la burguesía separatista se frota las manos. Podrían seguir erre que erre con la inmatriculación de los bienes de la Iglesia. Si la arremetida no es por una cosa lo será por otra. La Sede de San Fermín va a ser permanentemente "contestada": hay que asumirlo de una vez como ocurre en el resto del mundo, incluida la maoísta China. Por lo visto, en esta vida los que menos tienen que ver con los líos pagan por los que los provocan. 

Los exabruptos de EH Bildu que habla de Misas franquistas y de exaltación franquista, no se lo creen ni ellos, pero sus socios de dominio y poder hacen graciosamente de eco, quizás para blanquear a los de Bildu, tan amigos del entorno de ETA.

Por su parte, la web Religión digital lanza sus errores para provocar un rechazo en la sociedad. En su noticia del 13.11.2020, Jesús Bastante dice que todos los años la Hermandad organiza misas en honor al Franco y que este año le han prohibido las exaltaciones franquistas. Esto no es verdad y nunca lo habrá escuchado de la Hermandad. ¡Pues menudo periodista de seguir su imaginación, y de fiarse de los de EH Bildu y semejante gente! 

Aquí hay mala fe. 


Nuestro sr. arzobispo
mantenía permiso para las celebraciones de la Hermandad de Caballeros, y conocía al sacerdote que con gusto las atendía. Sabe que el difunto  cardenal don Fernando Sebastián ya actualizó las Reglas de la Hermandad en 2006, luego no están desfasadas respecto al Concilio Vaticano II. Conoce que en la cripta se celebra el Via Crucis mensual y la Santa Misa reglamentaria una vez al mes, en sufragio por los que murieron en defensa de Dios y España, y por todos. La limpieza, buen hacer y rectitud de la Hermandad está fuera de duda, siendo por el contrario sumamente turbia la intencionalidad de sus opositores. 

Dicho de otra manera, la Hermandad ni es fascista ni ultracatólica, término el primero que sin duda se atribuye a sus opositores como buen nacionalismo totalitario. Al estar la Hermandad dentro de la ley civil, se inventan algo que haga que parezca de cara a la galería que no lo está. Es el truco del almendruco. Lo risorio o trágico es que los partidos marxistas (estalinistas y todo) y separatistas, tanto de ayer como de hoy, vayan dando lecciones por ahí de rectitud, defensa de los creyentes, convivencia, bien común y democracia, siguiendo las lecciones que imparte reverentemente ese EH Bildu que no condena el terrorismo -y no sólo-. Por no referirnos al ayer histórico. Quizás todos sus socios harían lo mismo que EH Bildu dice y hace, pero éste último actúa de  punta de lanza para asustar con sus exabruptos. Saben meter miedo en el cuerpo y paralizar las almas. 

Suponemos que alguna Secta, orgullosa y amiga del odio y la revancha, y que no perdona a Navarra y los navarros, tendrá que ver en todo esto. 

No quieran con mentiras separar a la Hermandad respecto del resto de fieles católicos, de nuestro señor arzobispo, de los navarros de ayer y hoy, de la ley positiva civil, y de la limpieza de ideales religiosos y patrióticos. La imposición del pensamiento único, la intromisión en la libertad religiosa y los linchamientos no se quieren en nuestra sociedad navarra. Muchas decenas de miles de vascos tuvieron que largarse de sus nobles tierras ayer bañadas de esmeralda. 

Que se vuelvan a celebrar los sufragios:

Entre el saber y la ignorancia, elegimos el saber. 

Entre la verdad y la mentira, elegimos la Verdad lisa y llanamente.

Entre la justicia y la injusticia, elegimos la Justicia.

Entre el derecho y la arbitrariedad, elegimos el Derecho. 

Entre la fortaleza cristiana y la cobardía, elegimos la firmeza aunque suponga más que incomodidades.

Entre la fortaleza del débil y el poder y astucia del fuerte, elegimos la fortaleza espiritual.

Entre el milites Christi y el entreguismo, elegimos la Milicia de San Miguel arcángel.

Entre la misericordia y el rigor injusto, elegimos la misericordia.

Entre el amor y el odio hasta el encono, elegimos el amor, y entre el perdón y las espadas sucias en alto elegimos el mismo perdón siempre que se pida. 

Entre la sencillez de la palomica y la astuta serpiente, elegimos volar al viento. 

Entre la Navarra de siempre y los que la asaltan y hollan, elegimos Navarra. 

Entre la lealtad y la claudicación, elegimos la lealtad. 

Entre las piedras vivas y el desarraigo, elegimos una vida en nuestro espacio y tiempo, con sentido y más plena.

Entre la ciudad de Dios agustiniana y la ciudad de los hombres sometidos a tantas malas pasiones, elegimos la ciudad de Dios. 

Por todo ello, pedimos con sencillez al señor Arzobispo que se vuelvan a celebrar los sufragios en la cripta. 

Fiesta de San Saturnino, 2020.

José F. Garralda

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