Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada, SEDE de la Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz.
De la BASÍLICA de la Santa Cruz a su SANTA
CRIPTA.
José Fermín Garralda
Dr. en Historia
19 de enero de 2017
1. Introducción
VARIAS PUBLICACIONES (1) explican la Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de la Cruz desde su origen, haciéndonos ahora
y de nuevo eco de su archivo histórico.
La Hermandad fue erigida por mons.
Olaechea Loizaga en el monasterio de Irache, a los pies del encrespado
Montejurra, el 26-XII-1939. Esta era su sede provisional.
El proyecto de edificación del monumento
se presentó el 14-II-1942 y en principio fue aceptado por la Diputación Foral
mientras animaba a finalizarlo (2). El 23 de junio de dicho año se presentó el
proyecto de Basílica y Cripta, que la Diputación finalmente aceptó. El
monumento de Navarra fue construido a expensas de los fondos de la Diputación
Foral del viejo Reino, pues no en vano la Diputación fue “Nuestro Primer Voluntario”.
La primera piedra del monumento se colocó
el 15-VIII-1942. Fue inaugurado por el jefe de Estado el 4-XII-1952, aunque la Hermandad no consideró
dicho acto multitudinario como una inauguración propiamente dicha. En efecto, cinco
años después, en 1957, buscó la inauguración a través del ministro Iturmendi, y
lo hizo sin éxito por considerar éste que ya era suficiente el acto realizado
en 1952.
El primer acto religioso en el monumento fue del 7-XII-1958, y no fue solicitado por la Hermandad sino por los Alféreces Provisionales. El 17-VII-1961 se trasladaron siete restos mortales a la Cripta en representación de todos los muertos por Dios y por España, siendo trasladado el octavo en 1964. El 1-II-1963 la Diputación Foral donó gratuitamente el Monumento al Obispado de Pamplona, reiterando el carácter votivo a perpetuidad, a la vez que el solar, edificios y jardín. En sus altares no debía situarse imagen alguna, salvo el Santo Cristo que lo presidía en el Altar Mayor o Central.
2.
La Sedes provisionales
La Hermandad
de Caballeros Voluntarios de la Cruz tuvo varias Sedes provisionales hasta
que gozó del monumento de Navarra como
Sede fija a partir del 13-I-1960.
La primera Sede provisional fue en el
lugar de su erección como Hermandad el 26-XII-1939, esto es, el monasterio de
Irache próximo a la ciudad de Estella, regentado entonces por los PP.
Escolapios
En alguna ocasión en sus primeros pasos de
vida -ignoramos cuántas veces-, la Hermandad utilizó la capilla del palacio
episcopal para sus actos religiosos.
Luego, al menos de 1944 a 1950, realizó sus actos de piedad en la
capilla barroca de San Ignacio de los PP. Redentoristas (de cuya iglesia sólo quedaba su cabecera) y, posteriormente,
en la pequeña capilla de San Martín situada en la calle Calderería de Pamplona.
Ambas capillas eran de igual tamaño, aunque la de San Ignacio era más suntuosa
y quedaba en el centro de la ciudad.
En la Crónica de la Hermandad de 1956 a 1959, presentada por el cronista José María Echarri Loidi, se indica que la Hermandad había dejado la capilla de San Martín y se había trasladado a la Catedral. La Santa Misa de la catedral se dedicaba a la Fundación de Misas de la Hermandad y además ésta celebraba el Via Crucis en el templo:
"Durante mucho tiempo se celebraron (nota: las Misas de los segundos domingos de mes) en la Basílica de San Martín de la calle de Calderería, pero como teníamos que contribuir a los gastos de capilla con la cantidad de veinticinco pesetas cada mes que se celebraba el Santo Sacrificio y, además, convenia darle continuidad a este acto, el Capítulo Supremo de la Hermandad se dirigió al Excmo. Cabildo Catedral Metropolitano suplicándole que la Misa que todos los días festivos se celebra en dicho templo catedralicio a las doce del medio día, los segundos Domingos de mes se aplicase en sufragio de las almas de los Muertos en la Cruzada y fallecidos de la Hermandad y que el Vía Crucis nos permitieran rezarlo en el interior del templo.
El Excmo. Cabildo, con una generosidad y distinción especial accedió a nuestro deseo y ahí se han celebrado los actos mensuales hasta que, bendecido el Monumento de Navarra a los Muertos en la Cruzada, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo, Limosnero Supremo de la Hermandad, autirizó (sic.) establecer en él, definitivamente, la Fundación Perpetua de Misas y la Sede de la Hermandad, si bién la Excma. Diputación Foral sólo ha autorizado, por ahora, el establecimiento de dicha Fundación perpetua y los Via Crucis de los viernes de todo el año.
Estos Via Crucis se hacen en la cripta del Monumento por deseo vehemente del Excmo. Sr. Arzobispo, recogido por la Hermandad y que se reza a las ocho de la noche, todos los viernes como se ha indicado" (Crónica de los años 1956-1959, 15-III-1959, cronista José María Echarri Loidi, 6 pp., pág. 4)
En la Crónica de la Hermandad de 1956 a 1959, presentada por el cronista José María Echarri Loidi, se indica que la Hermandad había dejado la capilla de San Martín y se había trasladado a la Catedral. La Santa Misa de la catedral se dedicaba a la Fundación de Misas de la Hermandad y además ésta celebraba el Via Crucis en el templo:
"Durante mucho tiempo se celebraron (nota: las Misas de los segundos domingos de mes) en la Basílica de San Martín de la calle de Calderería, pero como teníamos que contribuir a los gastos de capilla con la cantidad de veinticinco pesetas cada mes que se celebraba el Santo Sacrificio y, además, convenia darle continuidad a este acto, el Capítulo Supremo de la Hermandad se dirigió al Excmo. Cabildo Catedral Metropolitano suplicándole que la Misa que todos los días festivos se celebra en dicho templo catedralicio a las doce del medio día, los segundos Domingos de mes se aplicase en sufragio de las almas de los Muertos en la Cruzada y fallecidos de la Hermandad y que el Vía Crucis nos permitieran rezarlo en el interior del templo.
El Excmo. Cabildo, con una generosidad y distinción especial accedió a nuestro deseo y ahí se han celebrado los actos mensuales hasta que, bendecido el Monumento de Navarra a los Muertos en la Cruzada, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo, Limosnero Supremo de la Hermandad, autirizó (sic.) establecer en él, definitivamente, la Fundación Perpetua de Misas y la Sede de la Hermandad, si bién la Excma. Diputación Foral sólo ha autorizado, por ahora, el establecimiento de dicha Fundación perpetua y los Via Crucis de los viernes de todo el año.
Estos Via Crucis se hacen en la cripta del Monumento por deseo vehemente del Excmo. Sr. Arzobispo, recogido por la Hermandad y que se reza a las ocho de la noche, todos los viernes como se ha indicado" (Crónica de los años 1956-1959, 15-III-1959, cronista José María Echarri Loidi, 6 pp., pág. 4)
3.
La Sede definitiva
Las Reglas de la Hermandad anteriores a
1950, que no eran definitivas, algo dicen al respecto. El fin de la Hermandad
era precisamente “Procurar que se erija el mejor Monumento a la memoria de los
Muertos en la Cruzada”, además de mantener el genuino espíritu religioso y
patriótico en la Navarra de la Cruzada, trabajar sin cobardía ni descanso
contra la irreligión y malas costumbres, evitar todo lo que pueda desvirtuar
dicha Cruzada, respetar y mantener la memoria de sus muertos en el frente, y
sufragar sus almas.
Lo cierto es que mucho antes de 1950 hubo una
clara intención de construir un monumento votivo a los navarros muertos en el
frente. Impulsar dicha construcción fue uno de los objetivos principales de la
Hermandad, darle vida y contenido religioso, lograr la inhumación de los ocho
restos mortales, mantener el edificio abierto al culto, y ocuparse materialmente
de él. Es más, la Hermandad tratará de incorporar la escultura de La Piedad de José López-Furió en la
capilla derecha a la entrada del monumento, lo que no pudo ser por oposición de
la Diputación Foral que deseaba mantener el carácter votivo del monumento dedicándolo
a la Santa Cruz.
Mientras las obras del monumento avanzaban
después de poner la primera piedra en 1942, la Hermandad se sentía llamada a
trasladar a él su Sede. Así lo explica en su memorial a la Diputación del
28-XI-1953, aportando numerosas razones, a la vez que proponía un vasto plan de
actuación para el Monumento, la Hermandad y la piedad religiosa popular. Dicho memorial, que merece ser recogido aquí, dice
así:
“Mientras así hemos vivido nuestros ojos
se extasiaban a la vista del suntuoso Monumento, de la magnífica Iglesia que en
memoria de los Muertos Navarros en la Cruzada levantaba nuestra querida
Diputación Foral, interpretando como siempre, con justeza, los anhelos del
pueblo que gobierna.
Siempre fue nuestra ilusión el que algún
día pudiese la Hermandad a que pertenecemos tener su sede en ese Monumento,
junto a los simbólicos cadáveres que representarán a todos los muertos “por Dios y por España”
En vida del Sr. Conde de Rodezno (que D. h.) y cuando
presidía la Corporación Foral, una representación de nuestra Hermandad le
visitó en su despacho oficial para exponerle ese vehemente deseo; que fue
recibido con entusiasmo por el Sr. presidente, añadiéndonos que, en su nombre,
visitáramos al Excmo. Sr. Obispo, Don Enrique Delgado, para indicarle su
interés, ya que recientemente la Excma. Diputación le había remitido una
comunicación sobre la solución religiosa del Templo-monumento.
La misma representación de la Hermandad visitó al
prelado Diocesano y una vez que oyó nuestra petición, nos prometió que por lo
que a él respectaba nuestra Sede estaría en el Monumento; promesa que,
posteriormente, confirmó.
En una y otra visita pudimos oir lo mismo, que era
natural nuestro deseo y totalmente comprensible. ¿Quién mejor -permítasenos
decirlo- que los que fuímos compañeros de los que murieron, los que nos vimos
salpicados con la sangre brotada de su cuerpo, para conservar su memoria?
No pretendemos ser los únicos guardadores del
Monumento. Nuestro enclave en él no es incompatible con la solución que V.E.
piense darle; al contrario, nuestra presencia sería un acicate y la mejor garantía de que el
espíritu fundacional de V.E. no se desvirtuaría en la práctica diaria.
Nuestro deseo es el que la Hermandad de Caballeros Voluntarios
de la Cruz tenga su Sede, sus cultos -anuales y mensuales- en el Monumento a
los Muertos.
Así, en general, ésta es nuestra petición a V.E.: Que
seamos el alma de ese gran cuerpo edificado. La concreción de nuestra situación
en el Monumento -si es que V.E. en principio la estima- podría ser objeto de
ulteriores conversaciones.
Mas nuestra petición no queda ahí; precísamente la
razón de formularla ahora, cuando todavía tardarán en acabarse las obras
interiores, se explica con esta otra idea que vamos a exponer seguidamente.
Nuestro propio interés por cuanto se refiere al
Monumento nos ha hecho enterarnos de que V.E. proyecta dedicar el altar central
al culto de la Santa Cruz, hasta el punto de que nuestra propia salutación, el
AVE CRUX SPES UNICA, está inscrita en el mismo.
Los demás altares de la rotonda, según nuestras
noticias, llevan solamente, junto a la sobria Cruz, inscripciones lapidarias.
Quedan libres otros dos altares, a derecha e izquierda
de la gran puerta de entrada; más bien son dos Capillas. Si V.E. nos concediese
nuestra primera petición de que nuestra Sede fuese el Monumento, aparte de la
adscripción que la Hermandad pudiese tener a la cripta mortuoria, teniendo en
cuenta el gran fervor mariano de nuestro pueblo y la especial protección que
bajo múltiples advocaciones locales la Santísima Virgen nos dispensó en la
guerra -testigos son varios Sres. Diputados que en sus Tercios rezarían diariamente
el Santo Rosario- quisiéramos rendirle devoción en la figura de la Piedad, de
María con su Hijo muerto en sus brazos.
En el homenaje a la Santísima Virgen recogeríamos el
que es obligado tributar a las madres navarras, tan sufridas y heróicas, que
hicieron posible nuestra aportación a la Cruzada por la educación cristiana que
nos dieron. Mucho se ha hablado de nosotros y poco de ellas, queremos subsanar
es(te) trágico olvido.
La presencia de la Santísima Virgen en el Templo
contribuiría a atraer la devoción de los fieles, la cual aumentaría si, como es
nuestro propósito, la Imagen saliese procesionalmente por las calles de
Pamplona en las solemnidades de la Semana Santa, a hombros de los Voluntarios
de la guerra”. (Se respeta la grafía original. Escrito inserto en el dossier
titulado: “Grupo escultorico de la Piedad. Traslado restos…”)
Además de solicitar a la Diputación que su Sede fuese
el Monumento, la Hermandad le pedía un generoso donativo para abrir así con
eficacia una suscripción popular con la que sufragar los gastos de una imagen
procesional de La Piedad. El presupuesto de Juan Bautista Adsuara para una
talla policromada de dos metros de desarrollo, tamaño impuesto por la
proporción de la capilla de entrada al monumento, ascendía a 170.000 pesetas de
entonces.
La Regla 2ª “De la sede de la Hermandad”
en las Reglas definitivas de 1950, dice así:
“Constituída en la iglesia del Monasterio
de Irache, de tan recio sabor en la Historia de NAVARRA, tendrá en ella su
SEDE, hasta el momento en que pueda trasladarse a la iglesia Panteón de los
Mártires de la Cruzada”
De nuevo el 22-IV-1959, el Capítulo
Supremo, y en su nombre el prior José Mª Echarri Loydi, solicitaba a la Diputación
el Monumento como Sede con el objeto de mantener el espíritu de la Cruzada y
realizar los actos religiosos propios de la Hermandad:
“La Hermandad, erigida Canónicamente, en
el Monasterio de Irache, tiene su sede provisional en la Capital. En sus reglas
se estatuye que, levantado el Monumento, se estableciera en él aquella sede.
Pero esto no puede llevarse a cabo sin la expresa autorización de la Excma.
Diputación Foral de Navarra” (Carta 22-IV-1959)
Como contestación, el 16-V-1959 la
Diputación aconsejaba a la Hermandad dirigirse al Sr. Arzobispo, dado que “el
desemboque final previsto que ha de tener la situación del Monumento” iba a ser
la cesión del mismo a la Iglesia diocesana.
El Obispo admitió el Monumento como Sede
de la Hermandad, de modo que el 17-IX-1961 su Capítulo Supremo realizó un
sencillo Acto de despedida en su Sede provisional del monasterio de Irache. En
el escrito leído en dicha despedida se dice lo siguiente:
“Inaugurado, o mejor dicho, abierto al
culto el Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada, el Capítulo Supremo
rogó a nuestro Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo, decretara el traslado definitivo
de la Hermandad, desde el Monasterio de Irache donde radicaba provisionalmente,
a dicho Monumento y para siempre, dignándose extender al correspondiente
Decreto, previa autorización de la Excma. Diputación Foral de Navarra”
(“Escrito leído en el Capítulo celebrado por…”, 17-IX-1961, 6 pp.).
En efecto, durante 22 años la Hermandad
había peregrinado al monasterio de Irache para rezar el Via Crucis de septiembre, una vez celebrado entre sus
muros los Capítulos Generales en los que se elegía al prior
“con la solemnidad y protocolo exigidos
por el Ceremonial de la Hermandad. Por esos claustros desfilaron las comitivas
de los excombatientes vestidos con sus hábitos pardos de campaña que marchaban
a la Iglesia para dar posesión quieta al electo del Priorato al que había sido
elevado y tomarle juramento de cumplir fielmente las Reglas con la mano puesta
sobre los santos Evangelios” (id.)
El objetivo central de la Hermandad era
sufragar debidamente a los muertos en el frente durante la Cruzada. Desde luego, no se trataba de homenajes a un
régimen político (“Diario de Navarra”, 25-X-2016), sino de un culto puramente
religioso rezando en sufragio por las almas de los muertos. Tanto el
Ayuntamiento de Pamplona como la Diputación apoyaban económicamente a la
Hermandad cada año.
No cabe duda que la Hermandad estuvo muy vinculada
al Monumento y a lo que éste significaba, y que rezaba en primer lugar por los
muertos por Dios y por España, aunque
en toda Santa Misa se pida por todos los difuntos.
Parece increíble pero así es: los que ahora
aclaman a los vencidos del bando comunista y estalinista en la guerra de 1936 quieren
ensalzar -y además únicamente- a estos, exigiendo simultáneamente la
prohibición a los católicos de rezar explícitamente por el eterno descanso de
los muertos por Dios y por España. Los
revanchistas son excluyentes y de una oratoria arrebatada que expulsa bilis, mientras
que todo cristiano reza por todos los difuntos, y si principalmente o en primer
lugar reza por los propios o más próximos, también ora por sus perseguidores.
En 1997-1998 la Diócesis pastoreada por
Mons. Fernando Sebastián entregó o donó gratuitamente el Monumento al
Ayuntamiento, aunque lo hizo con
importantes condiciones. Hay un acta notarial de la predonación del 4-VII-1997
y otra de la donación. En el infausto año de 2015, la condición del uso digno
del edificio fue violentada por una escandalosa profanación realizada por una
exposición sin que el arzobispado exigiera por incumplimiento la devolución del
edificio. Otra de las condiciones era el usufructo de la Cripta a beneficio del
arzobispado, reflejada en la tercera estipulación:
“No obstante la donación que se presente
llevar a cabo, la Parroquia donante se reservaría para sí y, en todo caso, para
el Arzobispado de Pamplona, el uso y disfrute a perpetuidad y mientras el
edificio donado se mantenga en pie, de la Cripta central en la que podrá
celebrar los actos de culto que tenga por conveniente así como el uso y disfrute
de la totalidad de las dependencias ubicadas bajo el arquerío lateral izquierdo
del edificio donado, visto el mismo desde su frente o Plaza de Conde de
Rodezno.
Esta reserva tendrá, en favor del donante
y del Arzobispado de Pamplona, el carácter de derecho real inscribible en el
Registro de la Propiedad”
En la segunda mitad de 2016, los
revanchistas o guerracivilistas se
aplicaron contra el Monumento, la Cripta y los ocho enterramientos de héroes y
mártires en ella. El pretexto: primero que Mola estuviese enterrado ahí, luego
añadieron a Sanjurjo aunque muriese justo al iniciarse la guerra, y por último
a los cinco voluntarios del pueblo llano incluso hasta el pater que también fue
voluntario. Pues bien, querían todo alegando un motivo: ¿cómo el Sr. arzobispo
va a consentir que se siga celebrando Misa donde están enterrados unos
“golpistas”? Tales soslayan que muchos no piensan como ellos. No saben ni
quieren saber que el pronunciamiento militar se prolongó en un alzamiento
popular, y qué éste fue una verdadera Cruzada. Omiten los motivos que tuvieron
en aquella época, la persecución religiosa mayor de la historia de la Iglesia, qué
hacían y quería hacer las milicias izquierdistas que al final ocuparon el poder
republicano, y tantas otras cosas. Sin restos mortales en la Cripta, ¿seguirán
rebuscando? Pues sí, quieren todo y para ejercer sus gustos y preferencias de
naturaleza talibán. Todo indica que el tema de los desgraciadamente
represaliados era un pretexto, máxime cuando se les han levantado monumentos
exclusivos y excluyentes por toda Navarra.
En las Reglas actualizadas de la Hermandad,
con fecha del 9-I-2006, el Artículo 2 dice así relativo al domicilio social:
“La HERMANDAD, constituida en la iglesia
del Monasterio de Irache, tiene actualmente su sede en la cripta del Monumento
de Navarra a sus Muertos en la Cruzada de Pamplona (c/ Aoiz, s/n).
Cualquier cambio de domicilio deberá ser
notificado al Arzobispado de Pamplona”
En el reciente acuerdo
entre mons. Pérez González y el Alcalde Joseba
Asirón EH Bildu del 8-XI-2016, el primero legitima civilmente las exhumaciones -lo
que es vergonzoso- a pesar que inicialmente presentó unas sólidas alegaciones.
En él se afirma también que el arzobispado va a mantener el usufructo de la
cripta, de manera que “Diario de Navarra” dice: “El Ayuntamiento reconoce al
Arzobispado el uso y disfrute del espacio donde se podrá seguir haciendo misas”
(Miércoles, 9-XI-2016 p. 28).
Esta Santa Cripta es acogedora, encantadora para rezar, no tiene humedades, está mantenida y atendida, y es la SEDE de la HCVC. |
Documentos históricos
PRIMERO. Decreto de mons. Olaechea erigiendo la Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz en el monasterio de Irache el 26-XII-1939.
Original en el Archivo, y texto inserto en las Reglas y Ceremonial de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la
Cruz Navarra, 1959, 50 pp., pág. 5-6
“(Escudo de Mons. Olaechea. Pamplona)
En el nombre de la Sma. Trinidad, tres
personas distintas y un solo Dios verdadero, para exaltación de la Santa Cruz,
honra de Santa María y del glorioso arcangel San Miguel, para mejor defensa y
mayor grandeza de España nuestra Patria por la conservación del genuino espiritu
que lanzó a Navarra a tomar las armas en la Cruzada que comenzó el 19 de Julio
de 1936; de acuerdo con la gloriosa Orden Calasancia educadora tradicional de
los mozos de España, salvos siempre la exención derechos y privilegios de la
misma, en esta su Iglesia del Monasterio de Irache, “eco perdurable de la
reconquista, viejo sillar de nuestro suelo patrio, ánfora de esencia medioeval,
faro de cultura cristiana, panteón y relicario de nuestras glorias y grandezas”
en virtud de nuestras facultades ordinarias, consignadas en el Titulo XVIII
Can. 685 y 686 & 1º y 2º del Código de Derecho Can. Entendemos erigir y de
hecho por el presente acto erigimos en el día de hoy, segundo de Pascua de la
Navidad del Señor del año de gracia 1939 y primero de nuestra victoria, la
Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, cuyas Reglas acabamos de
aprobar después de maduro estudio y asesoramiento y de elevar fervorosas
oraciones a Dios.
Y siendo de nuestra incumbencia, por esta
primera y única vez, el nombrar las Autoridades supremas de la Hermandad para
que duren en su cargo hasta el proximo Capitulo General de la misma y constandonos
claramente de las pruebas de hidalguía dadas por todos y cada uno de los
caballeros que hemos elegido, y de que por cuanto la humana fragilidad
consiente, guardarán y defenderán con viril energía, el espíritu de esta
gloriosa Hermandad, previa la (imposición de habito y presentación de imposici:
tachado) prestación del juramento de fidelidad y la imposición del habito,
venimos en nombrar y nombramos a
Narciso Ripa Obanos, CABALLERO PRIOR; José
Angel Zubiaur Alegre, CABALLERO SUBPRIOR; José Lampreave Blanco, CABALLERO CRONISTA; Miguel Castiella Ydoy,
CABALLERO CLAVERO; Cesáreo Sanz Orrio, Félix Abárzuza Murillo, Ramón Arregui,
Jaime del Burgo, Jesús Marin, Ignacio Baleztena, Tarsicio Ortiz, Juan
Echeverría; José Mª Pascual, PATER, DELEGADO CAPELLÁN SUPREMO.
Salva siempre nuestra Autoridad y la de
nuestros sucesores en esta silla de San Fermín. Dado en Irache en el dia de la
fecha y a TRES horas de su tarde, Marcelino Obispo de Pamplona (firma y
rúbrica)
SEGUNDO. Decreto de mons. Enrique Delgado Gómez aprobando
definitivamente las Reglas o Estatutos y el ceremonial de dicha Hermandad,
el 7-XII-1950. Original en el Archivo, y
texto inserto en las Reglas y Ceremonial
de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz Navarra, 1959, 50 pp.,
pág. 7-8
Antes que la Hermandad se trasladase a
dicho monumento en 1960, el culto establecido en sus Reglas era atendido por
una capellanía que celebraba sufragios por los que murieron entregando su
vida por Dios y por España, así como por los miembros fallecidos de
la Hermandad. Repetimos que en lo universal, todo cristiano debe respetar a los
difuntos y ofrecer por ellos oraciones sin acepción de personas, incluidos los
contrarios y hasta los enemigos en caso de existir. En lo particular, la
devoción comienza por los más próximos. Esto no lo deben olvidar quienes
consideran que su labor pastoral debe ir dirigida a todos los navarros, y
tampoco a quienes les hacen el juego hablando de partidismo en el caso que se
ore particularmente por los muertos en el frente de combate.
Obispado de Pamplona.
Vistas y examinadas por Nos mismo las
REGLAS por que se rige y gobierno y el CEREMONIAL que viene usando la HERMANDAD
DE CABALLEROS VOLUNTARIOS DE LA CRUZ desde su erección y aprobación provisional
hecha en el Monasterio de Irache por Nuestro venerable predecesor el Excmo. y
Revdmo. Dr. D. Marcelino Olaechea, según Decreto del mismo del año 1.939; y
teniendo en cuenta que la mencionada HERMANDAD, (que ha visto aumentar
progresivamente el número de inscritos en la misma), viene guardando estas
REGLAS y observando este CEREMONIAL, con positivo provecho espiritual de los
Hermanos; que los actos piadosos que practica en cumplimiento de las
mismas, singularmente los penitenciales con sus peregrinaciones anuales a
Montejurra y Javier, amen de otros varios en esta ciudad, sirven de edificación
y estímulo no sólamente a los Hermanos sino a los fieles que las contemplan; y
que los once años transcurridos desde su fundación, ofrecen garantia de
continuidad y supervivencia de la Hermandad; por las presentes, y en virtud de
Nuestra Autoridad Eclesiástica Ordinaria, venimos en aprobar como aprobados definitivamente
las REGLAS y CEREMONIAL presentados por la HERMANDAD de C. V. de la CRUZ
establecida en esta Nuestra Diócesis y al mismo tiempo inculcamos
encarecidamente a todos los Hermanos y particularmente al Capítulo Supremo de
la misma, las cumplan y hagan cumplir en lo sucesivo, con la misma fidelidad y
levantado espíritu que vienen cumpliendo hasta la fecha, poniendo especial
interés en aquellas que dicen particular relacion con los actos religiosos y
penitenciales ya que tanto pueden contribuir a la conservación y fomento de la
vida religiosa de los Hermanos, cuya santificación es el fin principal
de esta Hermandad, de caracter predominantemente religioso, como evidencian las
REGLAS que acabamos de aprobar definitivamente.
Dado en Pamplona a siete de Diciembre de
mil novecientos cincuenta (Sello: Obispado de Pamplona) + Enrique Delgado
Obispo de Pamplona (firma y rúbrica) Por mandato de S. Excia Revdma, el obispo
Mi Señor Dr. Teodosio Aoiz canc. (firma y rúbrica).
TERCERO. Decreto del Vicario general Juan Ollo Irurzun -que será pater de la Hermandad- a favor de
dicha Hermandad, aprobando una fundación o Capellanía de Misas por los muertos que
entregaron su vida por la Cruzada, a celebrar primero en la Capilla
de San Martín de Pamplona (calle Calderería) “y cuando se inagure (sic.) el
Monumento, en esta Iglesia”, es decir, en el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, el 18-I-1957.
Nos el Lic. D. Juan Ollo Irurzun,
Presbítero Dignidad de Maestrescuela de la S. I. Catedral y Vicario General de
esta Diócesis, por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Enrique Delgado Gómez, Obispo
de Pamplona
HACEMOS SABER:
Que instruido el oportuno expediente en
esta Delegación de Capellanías del Obispado de Pamplona, hemos dictado el
siguiente DECRETO:
Vista la solicitud presentada por el
Caballero Prior de la Hermandad de Voluntarios de la Cruz, por la que se pide
se erija una Fundación Memoria de Misas en la Iglesia del Monumento de los
Mártires; provisionalmente en la Capilla de San Martín de esta Ciudad, y, RESULTANDO:
Que en la solicitud de referencia se expone textualmente. = Que en cumplimiento
de la voluntad del acuerdo del Cap. de la Hermandad desea erigir una Fundación
Memoria de Misas en la Iglesia del Monumento de los Mártires de la Cruzada, con
un capital de TREINTA Y SIETE MIL 444 ptas. noms. a fin de que, a perpetuidad,
y en la referida iglesia con los intereses del mismo una Misa mensual rezada
por los muertos en la Cruzada, el segundo Domingo de cada mes, y en los meses
de Mayo y Septiembre en el Domingo más inmediato a las fiestas de la Invención
y Exaltación de la Santa Cruz: provisionalmente se levantarán las cargas en la
Capilla de S. Martín, y cuando se inagure el Monumento, en esta Iglesia: si
sobraren intereses, después de levantada esta carga, se destinarán a costear un
solemne Funeral el 19 de Julio de cada año; y si todavía sobraren, en
sufragios. /Al ladillo izquierdo: El estipendio de las Misas rezadas será el
diocesano, mejorado en 10 pesetas/
RESULTANDO (…) RESULTANDO (….)
CONSIDERANDO (…)
VENIMOS EN APROBAR Y APROBAMOS la Fundación
Memoria de Misas solicitada, la que erigimos canónicamente y a perpetuidad en
la Iglesia (Parroquial de: tachado) del Monumento a los Muertos en la Ciudad a
nombre de la Hermandad de C. Voluntarios de la Cruz y con el capital
fundacional de TREINTA Y SIETE MIL CUATROCIENTAS 44 ptas. noms. cuyos intereses
deberán ser entregados por la Administración de Capellanías del Obispado al que
es o fuere Cura Párroco o Encargado de la Iglesia (Parroquial: tachado) del
Monumento la C. a fin de que como administrador de la instituída Fundación las
invierta en la celebración de una Misa mensual por los mártires de la Cruzada,
rezada, en el segundo Domingo de cada mes,
y en los de Mayo y Septiembre, en los Domingos inmediatos a las festividades de la Santa Cruz: si sobraren
intereses, se destinarán primeramente a costear un solemne Funeral el día 19 de
Julio de cada año por la misma intención: y si todavía sobraren, se destinarán
a sufragios. Si pasado el tiempo no fueran suficientes, para celebrar las doce
Misas rezadas, se aplicarán las que permitan los intereses: el estipendio de
las Misas rezadas serán el diocesano mejorado en 10 pesetas” (…).
Firman el 18 de enero de 1957 el Vicario
General Ldo. Ollo y por mandato suyo el Ldo.
Sixto Iroz (Dos sellos sin valor postal de 1 pta. Sello Fundación de
Capellanías Obispado Pamplona)
CUARTO. Decreto del arzobispo mons. Delgado Gómez señalando el
Monumento de Navarra a sus muertos en la
Cruzada (“la Iglesia Panteón de los Mártires de la Cruzada”) como Sede de
la Hermandad y el lugar donde residirá la Fundación Perpetua “Memoria de
Misas”, 13-I-1960.
Así fue y así se hizo, quedando hoy no
pocos testigos de aquellos que en su juventud asistieron al culto religioso que
la Hermandad rendía en la basílica de la Santa Cruz ya mensualmente ya en sus
actos anuales.
(Escudo del Arzobispo)
Nos el Dr. D. Enrique Delgado Gómez, por
la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Pamplona y A. A.
de Tudela.
Vistas las solicitudes presentadas por el
Caballero Prior de la HERMANDAD DE CABALLEROS VOLUNTARIOS DE LA CRUZ, erigida
en nuestra Diócesis, en las que solicita: Primero, que sea aprobada por
Nos la reforma de la siguiente Regla: “Si tuviera lugar (la disolución de la
Hermandad), todos los bienes de ésta, pasarán a ser propiedad de la MITRA de
Pamplona”; y Segundo, que autoricemos el traslado oficial de la
Hermandad al Monumento de los Mártires, y de la Fundación Perpetua de Misas
erigida a nombre de la Hermandad y en la sede de la misma:
Nos, de conformidad con las facultades que
nos concede el Código de Derecho Canónico, aprobamos la reforma de la Regla de
la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, acordada por el Capítulo
General, que en lo sucesivo quedará redactada de la siguiente manera:
“Si tuviere lugar, todos los bienes de
ésta, pasarán a engrosar los fondos de la FUNDACIÓN PERPETUA “MEMORIA DE MISAS”,
establecida por el Decreto eclesiástico de diez y ocho de Enero del año de
gracia de mil novecientos cincuenta y siete y que radica en el Monumento de
Navarra a sus Muertos en la Cruzada”.
Así mismo, y por lo que a nuestra
autoridad compete, trasladamos la sede de la citada Hermandad del Monasterio de
Leyre (sic. Irache) /al ladillo: (Irache)/, en la que radicaba, desde el
momento de su erección, a la Iglesia Panteón de los Mártires de la Cruzada, en
la que residirá así mismo la Fundación Memoria de Misas de referencia.
Dado en nuestro Palacio Arzobispal de
Pamplona a trece de Enero de mil novecientos sesenta.
+ Enrique (firma) Arzobispo de Pamplona
(rúbrica) (Escudo: Arzobispado Pamplona) Por mandato de S.E.R. Sixto Iroz
(firma y rúbrica)
QUINTO. La Cripta queda reconocida como Sede de la Hermandad en sus Reglas
actualizadas y aprobadas por el Sr. Arzobispo mons. Fernando Sebastián Aguilar
el 9-I-2006.
Desde el año 1960 hasta 1997 la Hermandad
celebró sus actos religiosos en la Basílica de la Santa Cruz situada en la planta noble del monumento de Navarra. Desde 1997 hasta 2002, debido a las obras en el
edificio, los celebró en la parroquia de Cristo Rey, aunque el Santo
Cristo que
veneraba en dicha basílica estaba arrinconado en la
Cripta queremos pensar que a la espera de un destino mejor.
Pues bien, desde 2002 hasta diciembre
incluido del año 2016, la Hermandad celebra el culto religioso en dicha Cripta,
que es su Sede según las Reglas aprobadas por el Arzobispo don Fernando
Sebastián a comienzos del año 2006.
La Hermandad considera que esto se
mantendrá en lo sucesivo durante muchos años y sin altercado alguno, por tener la
aprobación del Sr. Arzobispo mons. Pérez González según el acuerdo que éste ha realizado
con Asirón EH Bildu. En él, el Ayuntamiento reconoce al Arzobispado algo que
éste no obstante ya tenía desde 1997-98: el uso y disfrute del espacio donde se
podrá seguir celebrando la Santa Misa mientras -repetimos- el edificio donado
se mantenga en pie (Preacuerdo de donación del 4-VII-1997; “Diario de Navarra”,
miércoles 9-XI-2016).
Me dicen que la gran mayoría de los caballeros
asistentes y representados en una reunión aceptaron la declaración de intenciones siguiente: deseo que nuestra Sede sea la misma y en el mismo lugar que
hasta ahora, y no renuncio a ella reclamando en consecuencia su total respeto.
(1) GARRALDA, José Fermín, “El sentido de la guerra de España de 1936.
Laín Entralgo, revueltas anticomunistas, y testimonio de los “cruzados”, en
Rev. “Tradición viva” nº 1 (I Semestre 2012), 60 pp. pág. 10-33; IDEM. “Las
enseñas -Cruz y Bandera- de la Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de
la Cruz) (1939-2011)”, Rev. “Banderas. Boletín de la Sociedad Española de
Vexilología” nº 122 (marzo 2012) 122 pp., pág. 83-99; Ídem. Entradas en
historiadenavarraacuba.blogspot.com y amigos-monumento-navarra.blogspot.com
(2) BALEZTENA, Javier, “Monumento a los
muertos de Navarra en la cruzada Nacional”, inédito, 57 fols. Archivo de la
Hermandad (2004).
José Fermín Garralda Arizcun
Dr. en Historia
19 de enero de 2017
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