Hoy, día de Todos los Santos.
Mañana, día de los fieles difuntos.
La gente, las familias, los amigos y quienes recuerdan a los difuntos, van al cementerio o Campo Santo de Pamplona, de todas las ciudades y pueblos de Navarra, para rezar por los difuntos y encomendarse a ellos.
Más de 430 tumbas de los casi 5.000 navarros muertos en combate por Dios y por España se agrupan en el cementerio de San José, allá en Berichitos, situado en las afueras de nuestra ciudad. Alguien las mantiene limpias a pesar que la vegetación crezca con fuerza durante todo el año. Otros adornan las tumbas, este año han encendido bastantes velas, y algunas familias cuidan especialmente aquel trocito de tierra en el que reposa su familiar.
Un veterano, que todos los años acudía a rezar por los difuntos, acompañado de una joven margarita. |
Dos niños entre los presentes juegan a pillar entre las tumbas de los soldados. Sí, cosa de niños: que Dios les conserve la alegría. |
La Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de la Cruz tiene la costumbre, dispuesta en sus Reglas, de rezar por los muertos por Dios y por España. Esta leyenda se recogía en la parte izquierda del monolito de la imagen adjunta: Por Dios y por la Patria, hasta que una mano airada no tuvo escrúpulo alguno en arrancar esta gran e íntima verdad para cerrar así los ojos de quien visita el Campo Santo. Tal mano no pertenecía a los Bildu sino a un Ayuntamiento de mayoría conservadora.
Alguien declamó el famoso soneto del carlista burgalés Martín Garrido -tergiversado muchas veces sin permiso de la familia su heredera- que dice así:
Los demandó el
Honor y obedecieron,
los requirió
el Deber y lo acataron,
con su sangre
la empresa rubricaron,
con su arrojo
la Patria redimieron.
Fueron grandes
y fuertes, porque fueron
fieles al
juramento que empeñaron.
Por eso como
púgiles lucharon,
por eso como
mártires murieron,
Inmolarse por
Dios fue su destino,
salvar a
España su pasión entera,
servir al Rey
su vocación y sino.
¡No supieron
querer otra Bandera!
¡No supieron
andar otro camino!
¡No supieron
morir de otra manera!
Martín Garrido
Requiescant in pace
Fermín de Musquilda1-XI-2017
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