Cargarse el
edificio del monumento de
Navarra
a sus muertos en la Cruzada
en la “jornada
de reflexión” del sábado 10-III-2018.
Pantomima para
apoderarse del edificio, para tirarlo
pero sin tirar (o al revés). Lo que quede, será para ellos.
El
despotismo de apariencia ilustrado de los talibanes, vivito y coleando, luce su PODER y su DOMINIO de una decisión previamente
tomada.
“Diario
de Navarra” a su servicio.
I. ¿Quién lo plantea y por qué?
Nueve
personas, incluida la moderadora, estaban en un estrado elevado, casi en medio
de la planta central del edificio que fue basílica consagrada de la Santa Cruz
del monumento de Navarra a sus muertos en
la Cruzada -hoy sala de exposiciones-, torpemente donado por la Diócesis al
Ayuntamiento -CON CONDICIONES- en 1997-1998.
Se
plantea no respetar estas CONDICIONES y, al menos por ahora, el arzobispado nada
dice. Todo acuerdo tiene su letra y su espíritu (sentido), y en este caso el
Sr. Asirón EH Bildu y los suyos hacen trampas con el acuerdo, mientras que el
arzobispado les deja hacer por ahora, no sabemos por qué. ¿Será porque tales
señores no condenan el terrorismo y porque hay que apaciguar a talibán?
La
“jornada” fue el pasado sábado 10 de marzo.
Setenta
y cinco personas en el público -no un centenar como dice la redactora M.
Munárriz de “Diario de Navarra” que tanto jalea el caso- estaban a los pies del
estrado. Son muy pocos para tan grueso tema. Todos eran de edad avanzada. A los
jóvenes y a la población activa estas “reflexiones” no les interesan. Con este aforo los promotores han hecho el
ridículo y pasarán a la historia, con nombre y apellidos, como unas personas socialmente
descolocadas, con ciertas dosis de venganza, y tan descontrolados como si dicen:
“Tu mera existencia hace que no me controle”. Pues vaya.
Unos
ocho grandes dibujos de estilo cómic, tan grandes como los paneles y de
pretensión simbólica, eran enigmáticos sobre una guerra de hace 80 años, ya con la imagen ya
con una pequeña leyenda explicativa. La leyenda o era agresiva contra "los de un lado" o bien quería apropiarse del justo lamento universal ante un conflicto civil. Por lo visto, la
senda de la verdad la marcan unos, los políticos del cuatripartito, y los demás
nada pueden decir sino ser impedidos y abucheados cuando hablan
donde puedan hacerlo aunque todas las puertas de la política y ventanas del
periodismo se les hayan cerrado casi del todo.
La
elección de los ponentes de la mesa
redonda dispuesta por el “cuatripartito” ha estado totalmente sesgada. Se han
elegido entre los que piensan de forma semejante, poniendo así el carro delante
de los bueyes. En este caso y así, cualquier reflexión entre ellos puede
producir más oscuridad que luz. Todo indica que la suerte del monumento está
echada por parte de los políticos de la revancha, pero también de la envidia
contra el edificio.
Los
siete ponentes más dos personas incluida la moderadora, afirmaron
fundamentalmente lo mismo, aunque con algunas diferencias en varias cuestiones,
pues de lo contrario la exposición sería aburrida y no daría el pego de una aparente variedad. Desde luego, esto no se
corresponde a que hoy vivamos en un régimen de opinión pública, y menos en una
ciudad compartida y vecinal, pues los que menos -o nada- hablaron fueron los
vecinos del IIº Ensanche o pamploneses en general.
A
los cuatro días, el grupo político Izquierda
Unida en Navarra -¡ahora toca a los comunistas, atrevidos como los de EH
Bildu para lavar su imagen, estos del presente y aquellos del pasado
estalinista…!- alucina cuando afirma
que el monumento se dedicó al fascismo. Para ellos fascistas son todos los que
no son ellos mismos. Estas ideas adquiridas que petrifican la conciencia, son
curiosas. Lo que ocurre es que quiere derribar el monumento y ya está. Los
fascistas serán ellos por totalitarios, aportando sus aliados nacionalistas
(aquí separatistas) el resto. El Fascismo fue un totalitarismo nacionalista y
violento; sólo les diferencia de los sectores de ultraizquierda que tenían
uniforme negro y correajes, pues nuestra época no es de uniformes sino de
apariencias festivas fácilmente convertidas, ya sin careta, en talibanescas. Es decir, aquí no hay peor
ciego que quien no quiere ver. Aquí, con imágenes falsas, demagogia y paradojas,
la ultraizquierda insulta a los demás con lo que ella es, y juega a ver quién
es más talibán para no desaparecer del mapa político. Pues miren: estamos en
2018. A los comunistas de 1936 todo les descalificaba. Por ejemplo, en febrero
de 1936, José Díaz -secretario general del P.C.- luchaba por la dictadura del
proletariado, era amigo de Stalin -que existió, ¿eh’- y animaba a destruir
totalmente la Iglesia. Perdieron la guerra y ahora IU, para llamar la atención
o algo peor, quiere su revancha. Van de progres
pero son talibanes, mentirosillos y con una elevada dosis de cinismo. Dejan la
violencia a los que son como ellos pero en separatistas.
Dice
el periodista: “En realidad, podría pensarse
que I-E resulta un tanto optimista creyendo que un Ayuntamiento dirigido por
Bildu pretende otra cosa que no sea el derribo, siendo todo el proceso de
“debate abierto” una pantomima para presentar la decisión final como
algo ampliamente estudiado y consensuado” (“Navarra Confidencial”,
16-III-2018).
II. Primero. Apoderarse del EDIFICIO.
Los
nueve hombres y mujeres del estrado estaban en contra hasta de la existencia material del edificio, alegando su
apariencia voluminosa -un feo “mamotreto”-, que divide o separa las zonas de la
ciudad, que es un “tapón”, que no aprovecha bien el espacio, que no revitaliza
el entorno... Pues sí que es mucho.
Si
hablar es gratis y fácil, y se agradece la voz suave y aún monótona de los ponentes, sin duda perdieron su
ocasión. ¿Por qué? Porque expresaron un concepto arquitectónico muy negativo
sobre el monumento, muy subjetivo, y con una explicación reducida a mínimos. Nada demostraron, a pesar de sus
respetables saberes. No presentaron estudios arquitectónicos ni urbanísticos.
Idear un guión es fácil, pero otra cosa es dar trigo. Sus consideraciones
generales carecieron de justificación. Las palabras, muy abundantes e
imprecisas. Dijeron: este edificio genera problemas, pero resulta que está; es
preciso que sea compatible con el beneficio global para la ciudad, y hay que
potenciar en ella los espacios urbanos; el monumento supone un vacío urbano y
de contenedor, de manera que es Pamplona la que debe resolver el “conflicto”
(todo es crear conflictos de razón o virtuales)… Sería bueno crear un museo,
pero… ¿qué tipo de museo?, y cosas por el estilo. Dixit. Creando un conflicto
con la mera palabra, lo remitieron el Ayuntamiento para que le de salida tronchando
el monumento.
Desde
luego, si de amor se trata, aman la
ciudad quienes la viven mucho más que el técnico o teórico foráneos que
discurren sobre ella y son elegidos por quien les paga. Miren: que los EH Bildu,
Geroa Bai (PNV) y amigos se vayan a otro sitio a destruir, lo mismo que los
foráneos que les jalean. Si unos actúan en tierra conquistada, que los otros
vayan a sus respectivas ciudades y hagan eso.
Siguiendo
su criterio podríamos estar toda la vida y en cada época quitando y poniendo edificios, y podemos justificar cualquier
decisión en todas las ciudades del viejo continente. Se me ocurre que una cosa
es trasladar de la plaza del Castillo una fuente de Paret y Alcázar del s.
XVIII, y otra cargarse un edificio
histórico como el monumento de Navarra, artístico, de tan enorme volumen, que
ocupa tan gran espacio, y que forma parte del paisaje urbano de todos los
pamploneses, con todo lo que significa, que no es precisamente lo que dicen
quienes hablan del respeto que no manifiestan.
Las
monótonas afirmaciones de los contertulios caían en el surrealismo al criticar
la altura de los edificios que estaban alrededor del monumento, lo que sin duda
alarmará a sus residentes y propietarios. Quizás les quieran expropiar algunos
pisos, castigados por vivir en una zona castigada como “facha”.
Ahí
está la talibanada de proponer que se quite la cúpula del
monumento, ya cargándose el
edificio, ya cargándose las pinturas narrativas que contienen sobre la historia
de Navarra. Con ello pasaríamos al segundo punto de estas consideraciones.
Estas pinturas sobresalientes del valenciano Stolz narran la historia desde San
Miguel de Aralar, pasando por las Cruzadas medievales y modernas, hasta plasmar
los misioneros que Navarra tiene por todo el mundo al estilo de San Francisco
Javier.
A
los amigos de ETA se les ha ocurrido. Va
más allá de lo tramposo e hipócrita
tirar la cúpula o desmochar el edificio, escudándose en los paisajes urbanos
ideados por el urbanista, en la crítica subjetiva de significados, y en afirmar
que hay muchos edificios neoclásicos (por ejemplo -añado- lo es propiamente la
fachada de la catedral de Pamplona que deja su huella en el monumento).
La
cúpula es al monumento de Navarra, lo que la gran Cruz a los Caídos es a
Cuelgamuros. Quisieran destruir la gran cúpula dedicada a la historia
espiritual de Navarra, y quisieran destruir también la gran Cruz del Valle en
la actual Comunidad de Madrid. Miren, aquí la Secta está por medio. Como un
pueblo no puede vivir sin símbolos, se deduce que nadie puede permanecer
callado ante esto. Eso sí, ya crearán ellos un símbolo invertido. Imagine Vd.
el monumento de Navarra sin su gran cúpula, convertido en algo así como la
puerta de Brandeburgo de Berlín, de resonancias históricas y desde luego
exótica para nosotros.
Algunos
intervinientes mostraron su sesgo iluminado,
subordinando la realidad a sus planteamientos personales que desde luego eran
totalmente opinables. A la pedantería y absolutismo
de la razón -la suya, claro- de la que hacían gala, se sumaba el creer
ellos que la voluntad del regidor
municipal o alcalde puede hacer cualquier cosa, por supuesto que oyendo
antes a “los sabios” -que una vez más son ellos-. Esto reproducía el antiguo despotismo ilustrado con el agravante de que, en este caso ni es ilustrado -carece
de lustre-, tiene las tinieblas del derribo, no ayuda y representa a la
sociedad, y ridiculiza a todos.
Otro
tema de profundo calado es el hecho
de dar vértigo tanto poder concentrado en
un Ayuntamiento que puede llegar hasta romper el espíritu de un acuerdo de
donación de un edificio, derribar un edificio histórico, y además semejante
edificio. Un detalle del maltrato y la apisonadora
municipal es lo que hoy están sufriendo los vecinos y comerciantes de la
avenida de Pío XII de Pamplona.
No
fue fácil seguir el discursear alterno y algo monótono de los siete ponentes y
dos personas más que se sentaron en el estrado durante la larga sesión. Ésta
Jornada de reflexión y participación vecinal ha sido una pantomima y en ella se destilaron no pocas patrañas dentro del
guión creado por el Ayuntamiento para cubrir las apariencias y cerrar la boca
al qué dirán. Aunque no convenzan a nadie.
Sólo hablaron ellos. El público no pudo
intervenir sino mediante preguntas escritas y pasando por el filtro del
moderador, que en una ocasión mostró un evidente pánico cuando alguien empezó a
intervenir verbalmente –“no puede, no puede hablar, pues hemos diseñado otra
forma de intervenir”, se dijo a un señor que tan sólo deseaba aclarar y aclaró
su pregunta escrita-. Censura sin luces. No, no pudimos participar como queríamos, y lo mismo pasó a al menos
otra persona según pude comprobar después.
Repetimos
que ante estos gestos en los que el “dadaísmo” se queda corto, sólo había 75
personas entre el público, más -eso sí- una gran cámara de grabación. Esto es
un derroche de medios y en un tema que no apoyan los vecinos. Al margen de la
verdad de las cosas, ¿no son importantes los vecinos en un proceso de
participación bajo el signo de lo irreal? ¿No es lo importante la voluntad de
los concejales del cuatripartito?
Sumemos
a ello -amable lector-, la pasión actual por ser noticiable y por llamar la
atención tanto en los medios de comunicación como entre el público. “Diario de
Navarra” dedica dos páginas enteras a destilar lo que pontificaron. Si creen
que diciendo la mayor “machada” se les escuchará, el buen Quevedo tomaría su
pluma, el pobre “Fígaro” tendría suficiente materia prima para sus artículos, y
hasta Umbral se desharía en su breve columna.
El
hipocritón sr. Asirón EH Bildu, enmascara
el destino del edificio en la voluntad de revitalización del entorno. Es como
criticar la ciudadela de Pamplona y su glacis, el edificio del Parlamento de
Navarra que algunos hablaron de tirar, el jardín botánico de Madrid o la casa
de Campo. A los organizadores de esta jornada de “reflexión” todo son excusas
para desfigurar el monumento, resignificarlo, y someterlo a una remodelación
profunda, es decir, para cargárselo.
Por
lo que se ve, los organizadores, modernos talibanes
-ya amigos del Partido Nacionalista Vasco ya amigos de ETA-, no se pueden bajar
del tobogán de gran pendiente que
ellos mismos han creado. Tienen que dar carnaza a los suyos, seguramente para
vengar su derrota de allá por 1939. Que los amigos de ETA hagan esto en
comprensible, pero que los educados y civilizados del PNV les sigan es
incomprensible; ya les pasará factura, porque como venga Stalin les va a quitar
los dineros y hasta el refugio de la sacristía. Por su parte, IU quiere
mostrarse más radical que sus socios para arañarles votos y por sus propios
complejos comunistas y estalinistas en esta gran revancha colectiva, donde lo que menos les importa es gestionar y
administrar bien la ciudad, la paz y el bien común de los vecinos.
En
conclusión: todo indica que no
soportan la Navarra de siempre y que desean destruir todo lo que pudiera
recordar el alma de Navarra. Hay que castigar a la que tanto se atrevió en
1936. A sus héroes y mártires. Y no mezclen esto con desgraciadas y condenables
represiones de retaguardia, que el conflicto se ganó en el frente.
¡Ay
si el monumento estuviera dedicado a los gudaris -en Navarra y Álava el PNV se
fueron con los nacionales por motivos religiosos y evitar el comunismo-, los
brigadistas internacionales o comunistas -que se cargaron a los del POUM
trotskista-, milicianos, y anarquistas!
¿Qué
no oiríamos?
¿Qué
no se organizaría?
¿Qué
dirían todos los que ahora se callan por miedo, por no querer que te señalen, por
evitar el qué dirán, proteger la propia universidad, mantener subvenciones, por
la conveniencia del condumio, ponerse de lado por creer que el tema no va con ellos, o lo que sea?
Tanto
hablar de las humanidades, de ciencia histórica, del arte, de Navarra, de
respeto y tolerancia, de progreso, espíritu cívico y servicio…, que sin embargo
hemos convertido los saberes, las ciencias, el patrimonio, el servicio al bien
común, y hasta las instituciones sociales, culturales y educativas, en una gran
inutilidad, en un coto utilitarista
para los intereses personales o de grupo, en algo estéril.
III.
Segundo. A por
el SIGNIFICADO.
Incluida
la moderadora -que tomó parte en el debate y marcó cuál era el discurso
correcto-, los presentes estaban contra
el significado del edificio. Lo extraño es que éste edificio ya nada
significa oficialmente. Así lo han conseguido y ahora se niegan haberlo
conseguido.
No
hubo voz matizada ni discordante, lo que mucho indica sabiendo quien ha elegido
a los siete peritos, esto es, el collage
de partidos de ideología de todos conocida, que formando un cuatripartito excluye a gran parte de la
ciudadanía. Incluso puede dudarse que en este gran tema la apisonadora municipal represente a sus votantes, pues resulta tan
serio y costoso su proyecto talibanesco
que no estaba en sus programas electorales.
Por
mucho que desacralicen un edificio, exhumen ocho restos mortales de héroes y
mártires, tapen símbolos (el escudo laureado de Navarra o el del Estado
español, las dos proclamas de la entrada)… personalmente creo que el edificio no puede separarse psicológica y
moralmente de su significado originario, aunque a una mala tampoco hay que
exagerar las cosas, porque la mente puede forzar
su propio destino. Este es el sentir natural. Los 40.000 navarros que fueron al
frente lo hicieron contra el caos que conducía a la dictadura del proletariado,
contra la persecución religiosa in
crescendo, y contra el comunismo estalinista a las puertas. Lo hicieron por Dios y por España. Por eso, los
comunistas de IU reaccionan exigiendo la demolición; los separatistas y amigos
de ETA, más listos, quieren parte del edificio una vez que se lo hayan cargado.
Unos será para poner un monumento al ya pasado de moda Sabino Arana, otros a
Stalin, y sobre todo EH Bildu a los etarras como defensores de la Libertad. Estos
últimos son los más actuales. ¡Un edificio en lucha permanente!
Sin
embargo, a los que van de racionalistas y simbolistas la vinculación
psicológica y moral del significado originario del edificio, con éste mismo, les debería de traer sin cuidado. ¿Por
qué? Un racionalista puede separar significante y significado, y un simbolista
crear su propio símbolo subjetivo. Si no pueden controlar su imaginación -sería
su problema-, tengan presente el respeto
que tanto cacarean ahora quizás con mala conciencia. Sean coherentes.
Pero
he aquí que el sentido natural de las cosas se impone por sí mismo,
reflejándose un poco en las algo torcidas e intencionadas palabras que la
prensa recoge de Capdevilla, para quien “escondida
en una falsa austeridad, ahora es una
arquitectura muy fuerte, muy pensante en la que no se ha solucionado su carga simbólica” (DdN, 11-III-201, p.
37). En efecto, un racionalista y
simbolista coherente no caería en el ridículo de decir algo así como: “su mera existencia (el monumento que me
recuerda subjetivamente a esto y lo otro) hace
que no me controle los nervios (aunque haya remedios para eso) y quiero su derribo”. Por lo visto, para
Capdevilla la austeridad es falsa, el volumen arquitectónico es muy fuerte, los
edificios piensan, y el arquitecto se reserva el monopolio de decir lo que hay
que pensar sobre el objeto. Por otra parte, Capdevilla debiera saber que
-aunque quiera y como hemos dicho- no puede vincular la Navarra de siempre con
un régimen concreto, pero sí con la Cruzada frente a la persecución religiosa y
a estalinismo en ciernes.
Unos y otros parten como
primera tesis
en la ilegitimidad del alzamiento de 1936. Pero eso lo piensan ellos. Su
postura ya no se enmascara, sino que es de tesis, de principios. Ahora los
políticos del “cuatripartito” nos dicen cómo se debe pensar sobre un hecho de
hace ochenta años. Este sentido tiene la nueva ley de memoria (desmemoria)
histórica (o represión del presente) que propone el PSOE. Toda otra cosa que se
diga es para ellos condenable y cae por su base. Hasta hubo quien en la mesa
redonda criticó con cierto aire de superioridad la Causa General formada en su día sobre la persecución religiosa en
España. Pues responda: ¿hubo o no hubo persecución religiosa antes y después de
1936, ésta última una de las más terribles que han existido?
Y
si a dicha ilegitimidad se suma la represión de las retaguardias
-desgraciadamente las hubo en muchos los lugares de España-, miel sobre
hojuelas como recurso retórico. La verdad es que mezclar a los 40.000 navarros
que lucharon en el frente con crímenes de retaguardia puede ser astuto pero es absolutamente
mentiroso.
No
sé si los presentes eran muy expertos en urbanismo, pero de historia dieron
muestras de saber muy poco. Idealizar la IIª República es ignorarla, y decir
que era democrática responde a un esquema ideológico fuera de la realidad.
¿Hubo o no hubo camino hacia la revolución? ¿Hubo o no un golpe de Estado, una Revolución
y una guerra en Cataluña y Asturias en 1934? ¿Hubo o no un gran pufo en las
elecciones de febrero de 1936? Hubo un largo etcétera en una época donde lo de
menos era la legalidad y los marxistas -Largo Caballero, Díaz, Carrillo…- iban
al asalto del poder como fuese.
Otra
cuestión. La Diputación Foral de Navarra hizo que el monumento no tuviese
símbolos de regímenes o partidos. No en vano el esfuerzo de la generalidad de
Navarra en la guerra -Cruzada- sobrepasa cualquier coyuntura. Así pues, decir
que en el edificio hay vestigios de franquismo,
de dictadura -no me la comparen con la de Stalin, ¿eh?-, es una fértil
capacidad inventiva, una patraña o
buscar excusas.
La segunda tesis de los oradores fue vincular
caprichosamente la arquitectura del
monumento de Navarra a sus muertos de la
Cruzada a los muertos del bando franquista y al régimen político concreto
de la dictadura, en realidad para quedárselo
para su uso. Pues bien, los organizadores del contradictorio evento (los
del cuatripartito salvo IU) sí tienen su régimen político y no es precisamente
la democracia representativa. Quieren el monumento de Navarra para su propio
uso patidario, pero no como fue, es y está, sino desmochado, sin cúpula,
transformado radicalmente y arruinado, y los comunistas de IU destruido desde
sus cimientos. Si los de EH Bildu no quieren que se les llame del todo talibán,
a los de IU no les importa, porque al fin y al cabo el comunismo se ha
derribado a sí mismo. Talibanes o talibanes enteros, qué más da.
La
sublevación de miles y miles de requetés con su boina roja en la plaza del
Castillo fue anterior a la llamada dictadura y al mismo Franco. ¿Saben que los
carlistas pactaron con Sanjurjo y no con Franco, y que 60.000 requetés en
España se sublevaron por orden del rey Alfonso Carlos I? El esfuerzo de los
40.000 navarros en armas no dependió de Franco, está desligado de la posterior
política, y desde luego del Régimen de partido único, enemigo de los carlistas
victoriosos en la guerra, que impuso a Juan Carlos I, un régimen éste que se
sentaba en la ONU y tenía el apoyo de los más importantes países.
Ante
el decreto de Unificación de 1937 muchos requetés pensaron regresar a sus
casas, aunque un bien mayor les contuvo e hizo dar lo mejor de sí mismos. Luego
volvieron a sus casas mientras no pocos socialistas etc. se metieron en Falange
para huir o medrar. Hasta Urmeneta que tanto exaltan ahora fue alcalde de
Pamplona en tiempos de Franco. ¿Por qué los organizadores no afirman lisa y
llanamente que los carlistas se sublevaron por Dios-Patria-Rey, contra la
persecución religiosa, el caos y el comunismo en ciernes?
Lo
que hubo fue un bando nacional -no
nacionalista- con sectores internos muy diferentes pero, en ese momento, con el
único propósito común de ganar la guerra y evitar la revolución marxista y el
separatismo. Recordemos que Stalin fue ministro de nacionalidades y que Rusia
se transformó en la URSS en la que a cada república le quedaba su banderita y
el txistu si lo hubiere.
Por
otra parte, de la fachada del monumento, ¿no han tapado el símbolo franquista que llaman, es decir, el
escudo de un Estado aceptado por la ONU? Llamar franquista a la laureada del escudo de Navarra es una bobada más,
pues sabemos que fue otorgado por al esfuerzo heroico de una Región como
Navarra. También Valladolid recibió laureada y no la ha quitado. Más todavía;
¿no han exhumado seis restos mortales (no siete como insiste la redactora M.
Munárriz) el 16-XI-2016, más los restos mortales de dos sobresalientes
generales en jefe? Si los actuales regidores iruñenses ya han actuado de esta manera, ¿seguirán diciendo que el monumento
está al servicio de lo que sólo ellos afirman e imaginan? Ni la desacralización,
ni la profanación de 2015-2016, ni las inicuas exhumaciones de 2016 les es
suficiente…. ¡Nada es suficiente, se enteran los señores de la política y el
clero!
Es
llamativo que el Dr. Martín defienda reconvertir el edificio al bando
contrario. (En eso se queda un poco corto, porque puestos a fantasear algunos
meterán a los etarras en el monumento por aquello de su paz). Desde luego
mostró ignorancias cuando, según “Diario de Navarra” (11-III-2018), creyó que
el monumento se llama a “los Caídos”, término que lógicamente utiliza para
arremeter contra el llamado franquismo.
Ya hemos aclarado aquí cómo se llama el edificio.
También
tenía que meter su baza un tanto surrealista otro artista -lo de menos es que
sea alemán- de nombre más bien sonoro, al establecer algún paralelismo entre el
tratamiento que puede recibir la simbología del monumento de Navarra con el
tratamiento dado a la simbología nazi, aunque sabemos que nada tienen en común.
Ya decía Lenin que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
Lo
que es un insulto frontal es la boutade
de Muñoz-Rojas: “Y si se desacraliza la cripta, sería interesante poner allí
una cafetería. Pero que sirviera como lugar de encuentro y reflexión” (DdN,
11-III-2018). Pues mire, no lo veo técnicamente porque conozco la cripta, y sí
observo mucho desprecio en esta “brillante” idea. Allá tal señora, pero la
barbarie de sus palabras quedará para la historia. Claro es que si le gusta,
todos contentos.
¿Quieren
estas grandes lumbreras que los demás hagan una lista de lo que no les gusta de
calles, plazas, edificios… para “purificarlos” en otro momento? Por lo que sabe
la ciudadanía, los actuales regidores de Pamplona no saben administrar, ni
gestionar, ni buscar el bien común, sino autoposeerse y autoposeer a todos, y
arremeter contra la realidad histórica en su ciudad.
Sería
fácil responder al ponente que se adornó con la memoria de la libertad y la
libertad de la memoria.
Otro
nos dejó más preocupado, cuando criticó la consideración de la paz que dice que
trajo Franco, diciendo gratuitamente y pontificando sin pruebas que la paz es
el reconocimiento de un conflicto, que la paz no es una conquista, y que sin
embargo la libertad es un valor democrático permanente. Ante esto, identifiquen
el contenido de las palabras, expliquen por qué contraponen paz y libertad, o
bien cómo se resuelven las generalizaciones literarias.
A
modo de conclusión, la moderadora
destacó que la palabra derribar
apenas había salido en el coloquio, que no se podía negar el pasado, y que la
idea de empezar de cero era la que precisamente estaba en el significado del
edificio que precisamente querían transformar. No derribarán todo el edificio,
pero sí proponen derribar la cúpula,
lo que es casi lo mismo. Por lo visto, la cúpula del monumento es tan pequeña
-es la segunda más grande de España- que se puede prescindir de ella y
hundirla, sin que ello pueda calificarse de derribar el edificio.
Mas
todavía, parece que quieren hacer ver que la Navarra del edificio no existió, que fue un invento de la élite llamada
dominante, y que machacó la utopía de la libertad identificada con la IIª
República. Este cuento beneficia al comunismo y al nacionalismo separatista
sabiniano (PNV…) que rinde tributo a aquel, como lo hizo en 1936, aunque los
nacionalistas de Álava y Navarra (Arturo Campión, ¿se entera el PNV?) se
uniesen a los nacionales sublevados para defender la religión católica de la
persecución mayor de la historia. Es por eso por lo que quieren mantener algo
del actual edificio, lo necesario para que precisamente indique que la Navarra
de siempre ha sido un error, una figuración, un mito.
Aunque
su bla bla bla está fuera de la
realidad de la vida e imitan a los talibanes
de Oriente, no quieren que se les califique de tales y sí mantener el dedo de la acusación. Esto no resulta
rebuscado, sino que es muy real cuando sueñan convertir su ideología en
realidad. Esto es tener inquina salvo
que las palabras hayan perdido su valor. La posición comunista de IU de
derribar todo el edificio, es menos efectiva y menos engañosa, más radical, y
hace el juego a EH Bildu que queda como la hermanita
de la caridad. Repetimos: talibanes o talibanes enteros, qué más da.
Claro
que “Diario de Navarra” ante todo esto, ni
mu. Dedica dos páginas enteras (DdN, 1-III) para informar de ello como si
fuese la representación de La Verbena de
la Paloma, como si no fuese una barbaridad, como si no fuese un acto
talibán. Querrá llevarse bien con la élite socialista, no perder publicidad
oficial, y sobre todo desdecirse de su propio pasado. Luego no se presenten
como “los ecuánimes”, los objetivos y defensores de algo. Que la palabra formación esta dentro de información.
IV.
Colofón.
Asistimos
a una revancha, a la que se suma la tergiversación del ayer, fruto de ideas
adquiridas y petrificadas.
Los
que se proponen ejercer de talibanes tienen necesidad de una catarsis que sólo
se cura con la verdad, la ecuanimidad, y el autoexamen, en vez de desmelenarse mostrando
PODER y DOMINIO (de carácter absoluto según les da el sistema liberal aunque
los liberales sean algo más moderados) sobre lo que se odia. Su calentura
ideológica ni siquiera es constructivista deconstruyendo antes, sino literaria,
pasional, o estratégica para hacerse perdonar los propios errores como el
estalinismo y el terrorismo etarra. ¿Los malos?: los otros. Para ello de nuevo
quieren sacrificar a víctimas inocentes que ya no tienen ni voz ni voto, como
los casi cinco mil navarros -muchísimos de alpargata y del pueblo llano-
muertos en el frente por Dios y por España. No hay derecho a esta estulticia y
necedad.
Los
historiadores tienen mucho trabajo por delante. Pero ya es tarde. Ya han dejado
el campo libre a las ideologías y al voluntarismo. Hoy en Navarra los
historiadores del arte y generalistas, los arquitectos, la gente de cultura, la
gente de Iglesia etc. están prefiriendo con su silencio no servir a la sociedad -que es a la que se deben incluso
para pagar impuestos- en lo que ésta realmente le interesa. Vemos a un hombre
ahogándose y miramos a otra parte, vemos unas ocurrencias talibanescas de gente con mucho PODER y DOMINIO aunque no sirvan al
bien común, y callamos. Por eso no me hablen de libertades, ni de justicia, ni
de tantas otras cosas.
El
ayuntamiento más que absolutista
dice: “Pamplona soy super-yo”. El más que déspota
ilustrado y pedante declara: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Y el
simple y llanamente ideólogo busca quien estando muy convencido le adula y
justifica sus proyectos ideológico-políticos.
Todas
sus actuaciones sobre el monumento de Navarra son para ellos la praxis de una literatura experimental,
que deconstruye la realidad para dar vida a otra realidad nueva e inventada.
Aquí hay dinero a gastar, fama que conquistar y huella que dejar, aunque sea la
del hormiguero.
El
Acto o puesta en escena ha terminado. Aquí paz y allá gloria.
El
IIº Ensanche de Pamplona trae sin cuidado a los proyectistas presentes y al
mismo Ayuntamiento iruñense EH Bildu. La responsabilidad es de quienes dejaron
llegar a las instituciones a quienes no condenan el terrorismo. Hablan de
generalidades que además dependen de un fortísimo sustrato ideológico.
Importa que el edificio se haya levantado a los navarros que no sólo a los de Pamplona. Unos y otros, así como las instituciones sociales, religiosas y culturales de veras, tienen la palabra y sobre todo la acción: les va la justicia, salvar su propio ser, la dignidad y hasta la decencia en ello.
José Fermín de Musquilda
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