miércoles, 20 de noviembre de 2024

El suicidio del pueblo, si consiente

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Encontramos en el archivo un recorte de prensa de plena actualidad por lo que respecta a lo que se llama una "paz verdadera". 

Los actuales agresores contra el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada no buscan una verdadera paz, sino vencer a la Navarra histórica, victoria que en sí misma es una tontería por imposible y una cobardía manifiesta. 

Esto es un aviso de navegantes ante eso de una "paz verdadera". Marxistas y separatistas harán lo contrario que dicen -su boca es falaz- o mejor se les atribuye por  ingenuidad o cobardía. ¿Paz la de quienes nunca han repugnado lo malo que hicieron los revolucionarios por aquellas fechas? ¿Paz los amigos de etarras y que no condenan el terrorismo? ¿Paz los separatistas que han provocado la emigración de miles de familias de su propio hogar y tierra? Luego que nadie llore en Navarra ni en la Iglesia. 

Hablamos del suicidio del pueblo navarro si consiente renunciar al monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada . Marxistas y separatistas estarán encantados de esta renuncia, destrucción o mutilación, porque quieren uncir el viejo Reino de Navarra a eso que llaman Euzcadi, entidad que por otra parte quedará anulada por el postcomunismo. 

Alcanzarán su sueño hecho realidad: por el momento se macarán la "muesca" de la utopía alcanzada. Ahora bien, finalmente, lo que me decía un amigo hace 50 años: de lo "vasco" sólo quedará la bandera y el tamboril. Por haberlo politizado y expulsarlo de la familia que han destruido. 

¿Por qué decimos esto? Porque una Navarra descuajada de su raíz histórica, que olvide su mayor hecho en la Historia, mayor que las Navas de Tolosa de 1212, como es la liberación de España del comunismo en momentos de Stalin, quedará desnortada, despersonalizada, y ocupada por sus enemigos que harán con ella lo que deseen. Como lo están haciendo amparados por las trampas de un sistema que ellos mismos degradan.

Esta es la gran importancia de la memoria histórica, la verdadera, claro.

F. de M. 

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