Opinión
El Monumento a los Caídos de Pamplona ante la demolición «talibán» de su
ayuntamiento
El consistorio se olvida de manera consciente no sólo
de los que murieron en combate por la libertad religiosa, sino también de los
38 civiles asesinados por los bombardeos republicanos
Tomado de "El Debate", 22-XI-2024
José Luis Orella. Dr. en Historia. Profesor universitario.
El Ayuntamiento
de Pamplona, en manos de Bildu, por el apoyo socialista que enajenó la alcaldía
a la primera fuerza política respaldada por los pamploneses que fue UPN, ha
alcanzado un acuerdo con los socialistas del PSN y los nacionalistas vascos de
Geroa Bai para la transformación del Monumento a los Caídos de Pamplona,
en un parque temático antifascista vinculado a la memoria democrática. El
Monumento a los Caídos que en la actualidad, después de su desacralización, es
una Sala de Exposiciones, es un edificio que fue erigido en 1952 en memoria de
los 4.500 combatientes navarros muertos en el bando nacional, en la guerra
civil española, por las libertades enajenadas por el ejecutivo del Frente
Popular en febrero de 1936.
La Guerra Civil
partió y ensangrentó terriblemente la sociedad española. Los fusilados
republicanos en Navarra, contabilizados a nivel documental fueron 1.160, y han
contado con el reconocimiento posterior de las 36 leyes, decretos y
órdenes de los diferentes ejecutivos democráticos centristas, socialistas y
populares aplicaron para la equiparación y reconocimiento de las víctimas.
La creación de
una comisión de la verdad nos recuerda al Ministerio de la Verdad, la
institución citada por George Orwell en su novela '1984'
En el momento actual, el actual ejecutivo nacional ha iniciado un nuevo periodo de interpretación histórica, ensalzando de forma idealizada la II República, como breve periodo democrático, mientras, por el contrario, el «franquismo» es valorado como un fenómeno similar al nazismo, que debe ser eliminado de la historia y usado a nivel pedagógico como elemento que encarna el mal, para recrear la base moral de una verdadera democracia española. Un discurso que supone la creación de una comisión de la verdad, cuyo nombre nos recuerda al Ministerio de la Verdad, la institución citada por George Orwell en su novela 1984.
El olvido selectivo
Sin embargo, se olvida de manera consciente, no sólo a los que
murieron en combate por la libertad religiosa, sino también a los 38
civiles asesinados por los bombardeos republicanos. El primer bombardeo fue en
Pamplona el 22 de mayo de 1937 con 11 muertos. El segundo bombardeo fue en
Tudela el 13 de agosto de 1937 con 12 muertes. El tercer bombardeo fue en
Lumbier el 25 de septiembre de 1937 con 7 muertos. El cuarto bombardeo de nuevo
en Pamplona el 11 de noviembre de 1937 con otros 7 muertos, y el quinto
bombardeo en Pamplona, una vez más, el 18 de enero de 1938, con un muerto y
varios heridos.
También habría
que recordar a los navarros asesinados en la zona frente populista, como Manuel Irurita Almandoz, obispo de Barcelona, o los siete sacerdotes
diocesanos navarros de la diócesis de Madrid: Juan Soria, Bernabé Francés,
Lorenzo Alduán, Alejo Fernández, pascual Sánchez, Valentín Luqui y Julio Pérez,
a los que hay que añadir las docenas de religiosos agustinos, capuchinos,
jesuitas y de otras órdenes con fuerte presencia navarra que murieron por odio
a la Fe, en el lado republicano.
Además de este
olvido consciente de una parte de los asesinados, también se ejerce olvido por
el valor artístico del monumento que se pretende mutilar. El Monumento a los
Caídos fue obra del arquitecto Víctor Eusa (pamplona, 1894-1990) gran
figura de la arquitectura en Navarra durante la mayor parte del siglo
XX y responsable de los principales edificios de la ciudad. Comparte autoría
con José Yarnoz Larrosa (Pamplona, 1884-1966) quién obtuvo la concesión del
proyecto de restauración del Palacio de Olite (1924), y la ampliación y reforma
del Palacio de la Diputación (1929).
José Yarnoz fue el principal arquitecto del Banco de España desde 1916, responsable de la realización de sus sucursales (Vitoria, Barcelona, Bilbao, Sevilla) y la ampliación de la sede central en Madrid (1935). También hay que añadir las pinturas al fresco del afamado pintor valenciano Ramón Stolz Viciano, considerado como el mejor muralista del siglo XX, y cuya obra se encuentra amenazada por los «talibanes» del ayuntamiento.
Exaltación del totalitarismo
El ayuntamiento
de Pamplona, en manos de los antiguos partidarios de ETA, se erige como
defensor de los principios democráticos, cuando todavía no han ejercido su
propio proceso de «transición democrática» reconociendo la
equivocación de la aplicación violenta de sus ideas y la petición de perdón por
las 27 personas asesinadas en 23 atentados en Pamplona, 42 en total, asesinados
en Navarra. La aplicación de tal medida, en línea con el espíritu de la ley de
memoria democrática, no deja de responder a una interpretación política similar
a la que se impuso en 1945 por el ejército soviético en la Europa del este,
y opuesta a las directrices del parlamento europeo contra la
exaltación de todo tipo de totalitarismos.
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