jueves, 8 de julio de 2021

El silencio sobre la verdad del monumento de Navarra: Casado (PP) nos da un pista.

 Opinión

¿CÓMO se explica el silencio de los políticos conservadores en Navarra, y de las instituciones académicas que están en su onda social, sobre la verdad del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada?

Es difícil explicarlo. No convence decir que ya se hizo la Transición de 1978, y que debemos mantenerla, cuando los marxistas y separatistas quieren arruinarla volviendo a 1936. A algunos les parece que decir la verdad sería entrar en el juego guerracivilista, y caer en la trampa de quienes desean resucitar los fantasmas de la IIª República. 

Para ellos el silencio es una buena estrategia, pero ocurre que: a) las omisiones durante décadas siempre han favorecido a los marxistas y separatistas, a quienes desde hace mucho tiempo se les complace y entrega todo desde el brazo secular hasta el eclesial; b) decir la verdad no supone echar en cara a la otra parte, frontal y sistemáticamente, todas las burradas que  hizo en el pasado; c) como nadie hace la labor pedagógica de decir la verdad, la mentira ha calado en todos como calan los errores de bulto de Hollywood; d) al calar la mentira en las conciencias, la mentira puede institucionalizarse, y ya está el Gobierno PSOE en ello con la llamada Memoria Histórica y Democrática; e) se ignora que sólo la verdad, una gota de Verdad, desmonta las montañas de mentiras de los aberrantes.

Es difícil explicarlo, pero ésta omisión de los políticos conservadores en Navarra y Pamplona, se entiende algo si tenemos presente el sorprendente pecado de comisión de los actuales jefes del PP sobre la Guerra Civil o Cruzada en España. La desmemoria como táctica o como fin, y la caída en picado de la falsa derecha o centroderecha (filtrada de masonería como el PSOE) es alucinante. ¿Qué pensará la masa -que ya no pueblo- si sus jefes políticos piensan así? ¿Dónde están los flamantes historiadores imparciales, entre los que hay no pocos católicos? ¿Dónde sus flamantes universidades, por ejemplo las de la Iglesia? Por último, ¿cómo va a quedar a la larga la memoria de la Iglesia, con tantas enormes distorsiones y mentiras sobre el pasado? Afortunadamente, con Juan Pablo II hasta hoy muchos católicos han sido elevados a los altares. En ello, más que pensar en el pasado -en el que desde luego pensaba- parece que el Papa miraba al futuro frente a los maledicentes, injuriosos e ignorantes. 

No sabemos qué pretenden unos (el PP, PSOE…) hablando repetidamente sobre un pasado del que nosotros hablamos sólo cuando ellos dicen barbaridades. O bien, no sabemos qué pretenden otros (Navarra Suma con el PP, Cs, UNP), no queriendo hablar ni clarificar la verdad interna del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, que los amigos de ETA y separatistas quieren destruir a lo Talibán. 

Si no hablan los conservadores sobre la verdad del monumento de Navarra, ¿será porque han decidido destruirlo espiritualmente? ¿Es que no es buen argumento para declarar con libertad, el del agravio comparativo? ¿Qué dirían los aberrantes si fuese a la inversa, si el monumento se dedicase a los brigadistas, milicianos y gudaris, pues al soldado republicano lo olvidan sistemáticamente?

Navarra Suma cae en el silencio por convicción, estrategia o bien dudas históricas, mientras los jefes el PP han sacado el tema de la guerra civil sumándose al carro de la mentira. El PP lo hace de nuevo en 2021, 90 años después de la proclamación de la IIª República, y 85 años después del inicio de la guerra o, mejor, Cruzada, la última de Europa según señaló Javier Nagore. Están esquizofrénicos o bien calculan  perfectamente lo que plantean.

Esto es alucinante. Son todos tan “libres y progres” –o tan incapaces de gobernar, ya por ellos mismos ya por el sistema que se creó al efecto- que, en ellos, el pasado histórico determina el presente (?), ya para hablar ya para callar. 

Navarra Suma imita a Pilatos y el PP imita al PSOE, que tergiversa la Historia para ganar hoy el Gobierno. Todos colaboran en la destrucción del alma y del cuerpo de España y, en nuestro caso, de Navarra, destrucción ansiada y labrada por la Secta.

Vayamos a la muestra que ofrecemos. Según Pablo Casado, líder y exponente del Partido Popular, la guerra civil fue "un enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia". Y a decir Núñez Feijóo, presidente de Galicia por el PP: “La guerra civil fue un golpe de Estado”. ¿Qué decir de ello?

FdeM

Veamos:


Tomado de “Hispanidad” 4 y 7-VII-2021


https://www.hispanidad.com/opinion/tautologias-nunez-feijoo-la-guerra-civil-fue-golpe-estado_12027355_102.html

   

La respuesta del dr. Javier Paredes:

 “Señorías hablando de memoria histórica, la Guerra Civil fue un enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia”. Esto fue lo que dijo el miércoles pasado en el Congreso el jefe de la bancada del PP, Pablo Casado, con motivo del debate sobre los indultos concedidos a los separatistas catalanes.

Pablo Casado no es que tenga en su poder una lámpara con un genio dentro, que le concede títulos universitarios en un abrir y cerrar de ojos, es que a lo mejor es el genio de la lámpara, una lumbrera de la Historia, que ya están tardando las autoridades académicas universitarias en concederle un doctorado honoris causa, que es el único galardón que le debe faltar en su colección de títulos universitarios.

La definición que hace Pablo Casado de la Guerra Civil refleja la mentira habitualmente usada por un manipulador de la política, cuyo único horizonte es llegar al poder y mantenerse en él al precio que sea, estrategia en la que Pedro Sánchez le saca metros de ventaja.

La definición que hace Pablo Casado de la Guerra Civil es propia de un trilero de la historia, porque en modo alguno sirve para explicar el pasado, ya que su única finalidad es manipular la Historia para justificar su ascenso en el poder. Porque descartado el bando de las izquierdas, “los que quieren la democracia sin ley”, y desacreditado el bando de las derechas, “los que quieren la ley sin democracia”, ya solo queda el centro de Pablo Casado, que además de querer la democracia y la ley, lo que anhela sobre todo es ser presidente del Gobierno.

No, lo que ha dicho el líder de la oposición no tiene nada que ver con lo que pasó y es falso en todos sus términos. La Guerra Civil española fue algo más complejo que la melonada que ha soltado Pablo Casado en sede parlamentaria.

Y la frasecita en cuestión además de ser falsa es de una torpeza política de tamaño buque. La izquierda que gobierna España ha construido su prestigio con cimientos históricos falsos, sobre los que levanta una gran mentira, según una vieja táctica del comunismo, que solo puede descubrir el que quiere ser libre.

Esta situación de engaño la describió magistralmente Aleksandr Solzhenitsyn. Cuenta el escritor cómo uno de sus personajes se muestra abatido en el gulag, mientras con un palo hace dibujos escarbando en la nieve. Y como todo lo que tiene es ese palo, se angustia porque piensa que con ese palo es imposible derribar el edificio del comunismo. Pero al momento se le ilumina la cara, al darse cuenta de que con ese palo sí que puede derribar al comunismo, porque todo su edificio es falso, ya que es una imponente fachada, pero de cartón.

El centro y la derecha parlamentaria de España, es decir, el PP y Vox, tienen en la Historia su principal argumento contra la izquierda y no la están utilizando, no vaya a ser que alguien les tache de franquistas.

Es más, en el caso de Pablo Casado que nos ocupa, no solo se niega a utilizar la historia, sino que parte de la aceptación de la memoria histórica, que para no quedar de carcas su partido aceptó en su día.

De manera que Pablo Casado se ha creído la trola de que la Segunda República fue una fiesta alegre y juvenil hasta que vino el lobo y se comió a los inocentes y democráticos cabritillos. Pero… ¿Qué creencia en la democracia es esa que consiste en utilizar a la policía para asaltar el domicilio de Calvo Sotelo, jefe la oposición parlamentaria, secuestrarle de noche y asesinarle de un tiro en la nuca?

Bien distinta a la idea de una “democracia feliz” de la Segunda República de Pablo Casado era la que tenían los protagonistas del momento, como la de una alta dirigente del PSOE, Regina García, que nos trasmite esta versión: “La República seguía sus línea de incongruencias, y titulándose de trabajadores y aspirando a ser de las más avanzadas del mundo, estaba presidida por un terrateniente [Niceto Alcalá-Zamora] que había sido, además, ministro de la monarquía, y que ejercía en Priego su pueblo, un verdadero cacicato rural.

Siempre a las órdenes de Moscú, la Juventud Socialista Unificada comenzó a jalear a Largo Caballero. Yo asistí a varios actos organizados por la dicha Juventud Socialista Unificada, uno de ellos en las Escuelas de Verano organizadas en Campamento, y escuché de labios de Caballero los discursos, más subversivos y comunizantes. En uno de ellos dijo, entre otras cosas, que 'confiaba en la Juventud como impulsora de la República hacia su verdadero destino, que para nosotros era la República Social, pues si la burguesa era un meta para los republicanos, para los socialistas no podía ser más que un medio'.

Al final del acto los jóvenes vitorearon a Largo Caballero, llamándole el Lenin español, cosa que se repitió en actos sucesivos".

Tan poca fe tenían en la democracia los socialistas, que cuando perdieron el poder, organizaron un golpe de Estado en 1934, es lo que algunos llaman revolución de Asturias, denominación esta que falsea la realidad, porque podría ofrecer una idea de que todo consistió en una benéfica acción para liberar a los oprimidos de los opresores. Nada más lejos de la realidad, porque fue un intento fallido de golpe de Estado, donde aparece el sectarismo antirreligioso, ya que los revolucionaros destruyeron 58 edificios religiosos y asesinaron a 34 sacerdotes, religiosos, seminaristas y novicios, preludio de lo que sucederá durante la Guerra Civil, en la que los “creyentes de la democracia” —según Pablo Casado— llevaron a cabo la mayor persecución de la Iglesia Católica de todos los tiempos.

Tanto creían en la democracia que en las elecciones de febrero de 1936 el Frente Popular llegó al poder mediante un pucherazo, que falsificó el resultado electoral. Había que reparar el fracaso de 1934 y por eso la campaña electoral de esas elecciones se convirtió en una vendetta contra sus adversarios, cuando todavía no se habían liquidado las consecuencias judiciales de 1934.

Marcelino Valentín Gamazo, fiscal General de la Segunda República, que había solicitado para Largo Caballero 30 años de prisión por un delito de rebelión, se sintió amenazado desde la celebración del juicio. Por su parte, Largo Caballero, por presiones políticas, en muy pocas sesiones quedó en libertad.

Y pocos días después, una crisis de gobierno aupó al poder a Manuel Portela Valladares, grado 33 de la Masonería, en la que se había iniciado en el año 1920 en la Logia Fénix nº 381 de Barcelona. Así es que tres días después de tomar posesión de su cargo como presidente de Gobierno, Marcelino Valentín Gamazo, presentó su dimisión como fiscal general de la República.

Desde entonces, Marcelino Valentín Gamazo se sintió perseguido, por eso pocos días antes de que estallara la guerra Civil, Valentín Gamazo huyó de Madrid con su familia al pueblo de Rubielos Altos en la Mancha. Y allí se presentaron el 4 de agosto de 1936 unos pistoleros de la UGT para vengar lo ocurrido en el juicio de Largo Caballero: asesinaron al exfiscal general de la Segunda República, junto a sus tres hijos, Francisco Javier, José Antonio y Luis Gonzaga, de 21, 20 y 17 años respectivamente. 

Javier Paredes

Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá


FdeM

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