jueves, 29 de diciembre de 2016

Santo Cristo agonizante de Juan B. Adsuara Ramos

El Santo Cristo de la agonía
de Juan Adsuara

José Fermín Garralda *
Dr. en Historia
Pamplona, 25-XII-2016

*Prohibida la reproducción total o parcial 
de este trabajo e imágenes 
sin permiso del autor
  
T
odas las inscripciones e imágenes de la basílica de la Santa Cruz y de la cripta, ambas del Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada, son religiosas y responden a la Cruzada de gran parte de Navarra en defensa de la Religión católica atacada en España por el anticlericalismo y el ateísmo. El ataque a la religión fue el elemento principal por el que más de cuarenta mil jóvenes y no tan jóvenes navarros se levantaron en armas. Dicho ataque fue sistemático y se sustanció como persecución religiosa en las leyes, en la agitación social y en los incendios de iglesias y conventos etc. desde 1931, con momentos álgidos y muy cruentos en 1934 y 1936-39. El motivo de la Cruz en dicho levantarse fue el central. El cristóforo iba por delante.
Pero eso no era todo, pues vinculado lo anterior -en España- al motivo principal o religioso, también se pretendía salvar la sociedad, amenazada en su existencia por el marxismo -casi dos décadas atrás había sido la revolución bolchevique en Rusia triunfante por dos golpes de Estado-, además de mantener su unidad política quebrada por los separatismos.
Hoy se hace necesario recordar esto debido a la actual desmemoria y manipulación mediática.
Así pues, el Santo Cristo de la agonía y de la paz, fue causa y detente frente a la persecución abierta que tantos mártires, beatos y santos dio a la Iglesia en España. Decían que las procesiones provocaban mientras arrancaban los crucifijos de las escuelas e imponían el ateísmo. Por eso, al grito de Viva Cristo Rey en la conciencia, en cada familia, la parroquia y sociedad inmediata, la Región y España misma -en España esto no era un imponer-, otros salían al frente.

* * *
1. La Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz y el culto al Santo Cristo.
Dicha Hermandad canónica celebró y celebra el culto católico ante el Santo Cristo de Adsuara. Lo hace mediante el ejercicio del Vía Crucis y la asistencia a la celebración de la Santa Misa.
Retrocedamos hasta el origen de la Hermandad erigida por mons. Olaechea Loizaga en el monasterio de Irache el 26-XII-1939. Antes que la Hermandad se trasladase a dicho monumento en 1960 y rezase ante el Santo Cristo de Adsuara, el culto establecido en sus Reglas era atendido por una capellanía que celebraba sufragios por los que murieron entregando su vida por Dios y por España, así como por los miembros fallecidos de la Hermandad. En lo universal, toda persona y cristiano debe respetar a los difuntos, y ofrecer por todos ellos oraciones sin acepción de personas, también por los contrarios y hasta por los enemigos si se tuvieren. En lo particular, la devoción comienza por los más próximos. Esto no lo deben olvidar quienes consideran que su labor pastoral debe ir dirigida a todos los navarros, y tampoco a quienes les hacen el juego hablando de partidismo.
El 18-I-1957 el vicario general del arzobispado Juan Ollo Irurzun -que será pater de la Hermandad-, aprobó una fundación y capellanía de Misas por los que murieron entregando su vida en la Cruzada, y por los miembros de la Hermandad fallecidos. Su decreto estipulaba que la capellanía residiese primero en la Capilla de San Martín de la calle Calderería de Pamplona, y luego en el monumento de Navarra una vez que fuese inaugurado. Algo después, en su decreto del 13-I-1960, mons. Delgado Gómez señalaba el monumento o “la iglesia Panteón de los Mártires de la Cruzada” como sede de la Hermandad y el lugar donde residirá la Fundación Perpetua “Memoria de Misas”. Así fue y así se hizo, quedando hoy testigos de juventud del culto religioso que la Hermandad rendía en la basílica y de sus actos anuales.
Así, desde el año 1960 hasta 1997, la Hermandad celebró sus actos religiosos en la Basílica del monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada. Desde 1997 a 2002 en la parroquia de Cristo Rey, aunque el Santo Cristo estaba arrinconado en la cripta a la espera de un destino mejor. Y desde 2002 hasta la actualidad, celebra el culto en dicha cripta, lo que esperamos ver muchos años. Ésta será reconocida como Sede de la Hermandad en sus  Reglas actualizadas y aprobadas por mons. Fernando Sebastián Aguilar en 2006.
Es muy de agradecer que exista al menos una institución en toda Navarra -tierra ayer de héroes y mártires- que se proponga dicho culto religioso y en tal lugar, aunque sea  lógico que lo realice una Hermandad que siempre estuvo muy unida a la génesis y mantenimiento del monumento de Navarra.
La escultura del Santo Cristo agonizante es del artista Juan Bautista Adsuara Ramos. Es la escultura del Cristo que suplica al Padre, y ha sido y es una de las joyas que residen en el  monumento. Ahí están también las pinturas de la cúpula del valenciano Stolz Viciano, todo ello cobijado bajo los volúmenes de gusto clasicista, imponentes y austeros de un edificio diseñado por los insignes arquitectos Víctor Eúsa y José Yárnoz Larrosa.

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2.La imagen.
L
a talla del Santo Cristo fue  realizada a mediados del siglo XX. Hemos dichos que su autor fue Juan Adsuara, cuyo semblante y obra expondremos después.
La talla está trabajada en madera de pino procedente de Suecia. Era de color claro y sin policromar. Inicialmente era blanquecina. Sin embargo, y tras el traslado de la Hermandad de la basílica a su Cripta en el año 2002, un alma caritativa con muy buena voluntad pero con total desacierto, le aplicó una impregnación de tinte oscuro salvo a los brazos, que oscureció la madera, impidiendo contemplar con claridad la obra escultórica. Ello se solucionó - en parte y como veremos- en las restauraciones de los años 2004-2005 y 2014. No obstante, la madera se encuentra oscurecida de tal manera que una investigadora actual se extrañó al ver la talla comparándola con los datos encontrados en el Archivo General y Real de Navarra, que dicen era blanquecina. También se conservan fotografías, algunas de nuestra autoría, y ellas atestiguan su primitivo color.
La imagen tiene un gran tamaño de 3 metros de altura para atraer y fijar la atención de las miradas dispersas desde todos los puntos del gran espacio que abarca de la preciosa basílica de la Santa Cruz, con planta central en forma de cruz griega que inserta una inmensa cúpula -la segunda de España en tamaño-. El torso del crucificado tiene unas dimensiones proporcionalmente mayores a las piernas por tratarse de una escultura realizada para ser vista desde abajo y -sobre todo- desde  larga distancia. La talla del torso es anatómicamente exquisita.
Ésta fue la única imagen que podía venerarse en el monumento por ser un templo votivo a la Santa Cruz y, sobre todo, por cierta cláusula documental de la Diputación de Navarra que prohibía cualquier otra imagen en él. Es más, no se permitió la presencia en el monumento -ni siquiera para su bendición- de la imagen de la Piedad del imaginero valenciano don José López Furió, pensada para colocar en una capilla lateral de la entrada. La Hermandad había encargado La Piedad a dicho imaginero que residía en Pamplona, en homenaje al sacrificio de las mujeres navarras que ofrecieron a sus esposos, hijos y padres para el supremo esfuerzo en la Cruzada.

Primera Santa Misa a la que asiste la HCVC en el Monumento.
"El Pensamiento Navarro", 16-XII-1958

Así se exponía el Cristo de Adsuara en el presbiterio de
 la basílica de la Santa Cruz, diseñada como planta central. 
Imagen de una celebración de la HCVC en 1995.
El prior era por entonces don Joaquín Martínez Úbeda.
Foto:JFG1995

 En el presbiterio la basílica de la Santa Cruz, el Santo Cristo estaba sustentado sobre una obra de albañilería, a cuyos lados había dos inscripciones que rezaban así: "Viva Cristo Rey" y "Con este signo vencerás". Ignoramos donde se encuentran ambas inscripciones después del a modo de expolio que sufrió la basílica. 
Con este signo vencerás. Foto:JFG1993
Viva Cristo Rey. Foto:JFG1993

Detrás del Santo Cristo había unas vidrieras artísticas de vivos colores, elaboradas por artífices de Munich, en las que se reproducen los temas del Calvario con María -la Madre-, San Juan o el apóstol predilecto, y, sobre ellos, allá en lo Alto, una representación del Padre Eterno y el Espíritu Santo. Estas vidrieras fueron parcialmente rotas en su parte inferior por el vandalismo fruto del odio.
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3.El autor.
E
l autor de esta magnífica escultura fue Juan Bautista Adsuara Ramos (Castellón de la Plana 1891 - Castellón 1973). Este imaginero estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando gracias a una pensión del Ayuntamiento de su ciudad natal. Llegó a ser catedrático de Bellas Artes, y Académico de la Real de San Fernando. Sus composiciones preferidas son las de gran formato. Destacó como tallista de la madera. Participó en numerosas exposiciones nacionales e internacionales. Obtuvo importantes premios nacionales: Tercera medalla en 1912, segunda siendo muy joven con la talla de un “San Juan Bautista”(1920), y primera medalla con la imagen de “La Piedad” (1924) para la exposición Nacional de Bellas Artes, que impresionó por el estudio del cuerpo humano yacente. Recibió el Premio del Concurso Nacional Extraordinario (1929) representando el tema “Maternidad”. Entre sus obras destacan al músico Tárrega en Castellón, las alegorías de la Ciencia y las Artes (1929), bajorrelieves de La Anunciación, La Creación, y el Bautismo de Jesucristo en la Capilla del Espíritu Santo del Instituto de Investigaciones Científicas situado en Madrid.
Imagen enviada por Adsuara a la Hermandad. Foto: Archivo de la HCVC
En la entrevista que Emilio Forner de Asensi realizó al artista sobre el Santo Cristo agonizante del monumento de Navarra en Pamplona, Adsuara dijo:

“Lo he tallado con el mayor fervor, y estoy seguro de haber sido inspirado por un hálito misterioso y divino. Mi arte, siempre, desde muy joven, estuvo al servicio, en sus mejores momentos, del Catolicismo”. Según Adsuara, “Ahora, en esta ocasión que se me presentaba de expresar en una imagen del Crucificado toda la grandeza de sacrificio y de gloria de los navarros muertos por Dios y por España, he procurado que la escultura hablase a la poesía del alma de todo un pueblo, objetivando una idea: la del triunfo tras de la Muerte”.

No hay suntuosidad en el Santo Cristo ni en la basílica que éste presidía, sino una solemne sobriedad, una austera elegancia “tan de Navarra en todos los actos de su historia. La emoción resaltando, precisamente, de la sencillez”. FORNER DE ASENSI, Emilio, “El Cristo de Adsuara”, Pamplona, Rev. “Pregón” nº 41 (otoño 1956).
Esta imagen ha estado y sigue estrechamente vinculada al Monumento de Navarra. 

* * *
4.Donación de la basílica de la Santa Cruz al Ayuntamiento y abandono temporal del Santo Cristo.

A
llí estuvo el Santo Cristo, plenamente vinculado al significado de  la basílica de la Santa Cruz, a su origen y construcción, y a la pública devoción de los fieles.
Así fue hasta que el Sr. Arzobispo don Fernando Sebastián Aguilar desacralizó la basílica en 1997-1998. Con ello, el Santo Cristo por un lado y la parte principal del edificio o basílica por otro, se desligaron para en adelante y confiamos que no para siempre. De forma temporal en 1997 (21-VII y 12-IX) y definitiva en la escritura notarial firmada el 19-V-1998, la Diócesis donó el Monumento al Ayuntamiento de Pamplona, dejando la Cripta en usufructo para el arzobispado. Por aquel entonces el consistorio era gobernado por gente discreta, aunque ¿y si llegaba al sillón de la alcaldía un desalmado o bien sectario beneficiado con los cambalaches de una ejemplar -ya nadie se lo cree-  democracia?
Decimos que la donación definitiva de 1998 se hizo con importantes condiciones, por ejemplo: 1º) que la Iglesia mantuviese el usufructo de la cripta mientras el edificio siguiese en pie, así como del corredor del sótano que comunica con el templo parroquial de Cristo Rey; 2º) que se pudiesen celebrar en ella actos religiosos; 3º) que los actos públicos a realizar en la antigua basílica del monumento estuviesen de acuerdo con la dignidad del lugar; 4º) respetar las lápidas, inscripciones y símbolos, pudiéndose tapar pero sin perjudicar en ningún caso su  contenido, etc. 
Repasemos estas condiciones.
1º) La Iglesia mantuvo el usufructo y poder utilizar la cripta para el culto religioso, que la Hermandad ha mantenido fielmente hasta la actualidad con perspectivas de mantenerlo en adelante. En adelante será sin los ocho restos mortales, exhumados -seis inicua y forzadamente- por el Ayuntamiento EH Bildu el 16-XI-2016.
2º) A finales de 2016, la Diócesis y el alcalde de EH Bildu de la ciudad firmaron un acuerdo -que salió en prensa-, en el que incomprensiblemente el Arzobispado legalizaba  la decisión municipal de las exhumaciones de ocho restos mortales a pesar de haberlas recurrido antes mediante importantes alegaciones. Por contrapartida,  el Ayuntamiento reconocía al Arzobispado lo que por otra parte éste ya tenía: el usufructo de la cripta y poder celebrar actos religiosos en ella, lo que quizás se quiso recordar porque la legalización de las  exhumaciones -por absurda que fuere- podían poner en entredicho dicho usufructo mientras el edificio siguiese en pie.
3º) El respeto a la dignidad del monumento -desacralizada la basílica el ayuntamiento la convirtió en sala de exposiciones-, fue infringido frontalmente por la exposición escandalosa y sacrílega de un tal Abel Azcona, que aprovechando la modalidad de la performance celebró entre noviembre de 2015 y enero de 2016. El arzobispado, que hizo un desagravio concurridísimo en una catedral pletórica de fieles, y que muchos pamploneses continuaron civilmente en la calle aunque fueron llamados a palacio para ver qué hacían, perdió así una gran ocasión para hacerse valer y retomar el monumento, cuyos gastos en tal caso podrían ser cubiertos por cuestaciones populares, por ayudas al mantenimiento del arte y las obras protegidas etc. Si se podía reclamar el monumento y recordar públicamente las condiciones de donación, lamentablemente no se hizo.
El respeto exigido al monumento en las escrituras de 1997-1998 también fue infringido en otras ocasiones, de menor pero suficiente calado, dentro y fuera del edificio, ya antes o bien en nuestros días.
4º) Se taparon las inscripciones del exterior y sobre todo del interior que recogían los nombres de los más de 4.600 de navarros muertos en el frente de batalla, así como las significativas inscripciones de Pío XII y del cardenal Gomá. Todo esto, realizado por el Ayuntamiento, supuso una enorme indignidad hacia los constructores del monumento y, sobre todo, lo que éste significa. Mientras varios alcaldes -quizás acomplejados y contrarios a mantener los monumentos de su pueblo y su significado- taparon el nombre de  miles de navarros del monumento, hoy otros -los que se dicen contrarios- han levantado numerosos monumentos conmemorativos y de parte en otros lugares. Que no se hable de que el monumento de Navarra hería sensibilidades, porque lo hecho hubiera sido impensable de tener el signo de los que perdieron la guerra; dejen la hipocresía de lado, asuman la historia, respeten los edificios y monumentos y no hagan agravios comparativos.
Hemos dicho que la basílica de la Santa Cruz sufrió un modo de expolio -término que conlleva una crítica a su desacralización y entrega al Ayuntamiento- cuando se desmontaron los Altares antiguo (de espaldas a los fieles) o nuevo (de cara al pueblo) tras la donación definitiva del año 1998. Las piezas laterales del lugar donde se colocaba la Cruz  desaparecieron de vistas  -arriba recogemos su fotografía-. Se retiró la barandilla circular con diseño de Víctor Eúsa en la planta de la basílica, desde donde se veía la cripta, que quedó cerrada al exterior y por ello sin ventilación. Con este cierre, se condenó la cripta al abandono y la humedad.
Cuando el Santo Cristo fue retirado del lugar preeminente de la basílica, se depositó en dicha cripta quizás antes o seguramente después de ser cerrada al exterior. Hasta entonces la cripta participaba del culto por estar  abierta o comunicada con la basílica. Debido a su gran tamaño, al Santo Cristo se le separaron o cortaron los brazos, quizás porque ya se había aislado la cripta de la basílica. A continuación esta pieza artística, de incalculable valor, se depositó en un rincón del corredor o pasillo de acceso a la cripta en el lado de la parroquia de Cristo Rey. Al encontrarse ésta, como hemos dicho, cerrada al exterior, quedó sin ventilación salvo algunas rejillas inapreciables, de modo que los daños de los xilófagos y la humedad producidos en la madera de pino han sido incalculables. Ahí yacía el Santo Cristo, como abandonado y esperando ser acogido por manos piadosas. Esta es la sensibilidad religiosa y artística de los que intervinieron en todo este affaire; quizás esperaban tiempos mejores pero sin adelantarlos ni atender la imagen. De mantenerse arrinconado, ello supondría una enorme torpeza e injusticia hacia la obra, el artista, sus mecenas y hacia todos los admiradores. Además de un intenso dolor espiritual inherente a cualquier amante.
El 4-V-2002, y tras el fallecimiento de don Joaquín Martínez Úbeda, prior de la Hermandad durante cinco lustros o algo así, ésta se reconstituyó con la admisión de una docena de nuevos miembros, realizando su juramento en el presbiterio de la parroquia de Cristo Rey. El prior en funciones fue don José Ángel Zubiaur -al que tuvimos el gusto de conocer y fue amigo de aita Teodoro-, uno de los miembros de la primera Junta elegida por don Marcelino Olaechea en 1936. 
La cripta es el núcleo, como cimiento y piedra viva, que expresa lo que es el resto del monumento, y alberga el Santo Cristo de Adsuara que comentamos, que antes se encontraba en su basílica. Si se debe ser justos hacia los padres y abuelos, y hacia los que ofrecieron su vida en la Cruzada contra el anticlericalismo y el marxismo antiteo, si hay que respetar y mantener la memoria histórica…. es preciso -añadimos- que la Diócesis mantenga con firmeza el usufructo de la cripta y que mantenga su culto privado con posibilidad de abrirse al público.




"Inclinamos nuestra frente/ a la santa memoria/ de la mártires/ que
sellaron con sangre/ su Fe en Cristo/ Pío XII".
Así reza la inscripción de la parte superior del brazo izquierdo
de la cruz griega de la planta central. Hoy se encuentra tapada.
Foto: JFG1993


"Aquí se han enfrentado/ las dos civilizaciones./ Las dos formas
antitéticas/ de la vida social: Cristo/ y el anticristo se dan la/ batalla en nuestro suelo"/
Cardenal Gomá, Primado de España/"
Así reza la inscripción de la parte superior del brazo derecho
 
de la cruz griega de la planta central. Hoy se encuentra tapada.
Foto: JFG1993


Una valoración. 
Hemos indicado que el traslado del Santo Cristo de la basílica hasta la cripta se hizo con descuido y muy mal, lo que refleja el abandono en el que había caído el Monumento de Navarra a los Muertos de la Cruzada ya con mons. Cirarda Lachiondo, que todos sabían cómo pensaba en cuestiones temporales y fue agente de conflictivas actuaciones, alguna de las cuales manipula en sus Memorias (PPC, 2011). Seguramente por entonces estaban presentes las sombras de la tristemente famosa Asamblea Conjunta de sacerdotes y obispos de 1971, que negó el carácter de Cruzada a la de 1936, originada por la legítima defensa y provocada lógicamente por los agresores y el tipo y perfil de estos. Aita Teodoro se alistó al requeté sólo por Dios Jaungoikoa.
Desde luego, un abandono así sería impensable si se tratase de un monumento a las brigadas internacionales, a los milicianos, o a los gudaris (que ninguno de ambos hubo en Navarra, pues se omite que los nacionalistas que había se fueron con los carlistas). Hoy día la Navarra de siempre está sufriendo una singular revancha por parte de aquellos que no le aman.
Durante décadas y también hoy día, todo acto de minusvalorar, olvidar y hasta agredir al monumento, encierra un propósito ideológico que se circunscribe en lo que antes se llamaba "guerra psicológica revolucionaria" y hoy adquiere diversos eufemismos. Una gran parte de nuestra sociedad y de sus dirigentes, cae en el error de omisión y de creerse la propaganda de sus contrarios,  ya por repetición de ciertos mensajes, ya por complejos bien explotados, o bien por ignorancia y dejación de lo propio. Los contrarios parecen ser coherentes con lo que piensan aunque todo lo ideologizan al estilo de Michael Hardt y Antonio Negri Imperio (2002) y Multitud (2004); en estas minorías ideologizadas, el error de comisión no está exento de hipocresía y de una malevolencia utilizada como herramienta de lucha. 

* * *
5.El Santo Cristo levantado de nuevo cuando la Hermandad se afinca en la cripta.

L
legó el momento en el que finalizadas las obras etc. se dio permiso a la Hermandad para dejar la parroquia de Cristo Rey y trasladarse a la cripta, justo debajo de la antigua basílica de la Santa Cruz. Fue en el año 2002.
Así, el 19-XI-2002 se celebró la primera Santa Misa en la cripta mantenida hasta hoy en el uso de su libertad civil y religiosa. De dicha celebración hasta hoy existe un aparato gráfico en el archivo privado del que esto suscribe.
En dicha celebración del 19 de noviembre, el prior saliente José Ángel Zubiaur Alegre -uno de los fundadores y pilar de la HCVC desde su origen y durante décadas- traspasó los poderes al nuevo prior don Javier Garisoain Otero. Así, a partir del año 2002, la cripta está atendida como lugar sagrado, cuidada y mantenida por la Hermandad. Se le han quitados las humedades, y no como dice cierta periodista en “Diario de Navarra” en su reportaje de redacción ciertamente sectaria. De no ser la cripta Sede de la Hermandad, hasta la parte superior del edificio se vería afectada por un seguro descuido y humedad. Y también se vería afectado su Santo Cristo. No, no es verdad que haya humedades en la cripta, y además muchas veces se está a mejor temperatura que en el exterior.
En los estatutos actualizados por el arzobispo don Fernando Sebastián Aguilar el 9-I-2006, se indica que la Hermandad “tiene actualmente su sede en la cripta” y además que cualquier cambio de domicilio deberá ser notificado al Arzobispado de Pamplona (Art. 2).

La restauración del Santo Cristo.
La Hermandad lo es de la Cruz, cuida la imagen del Santo Cristo a la que rinde culto,  y la ha restaurado dos veces a sus expensas. 
Hasta la restauración de la imagen del Santo Cristo en el año 2005, los brazos estaban separados de la obra.
Recordamos cuando el Santo Cristo fue colocado verticalmente sobre un soporte metálico por unas seis personas. Creíamos que iba a ser imposible levantarlo, pero entre todos… fue hasta fácil. Actualmente se encuentra sustentado sobre un perfil metálico vertical, y para ocultar éste a efectos visuales se ha colocado una cruz de pino.
Esta gesto muestran el último grito,
en un rostro que

visto frontalmente 
 recoge la íntima comunicación
entre el Hijo y el Padre. 
Foto:JFG2014
La imagen ha sido restaurada en dos ocasiones. La primera en el año 2004 y después en 2014. En ambos casos el maestro restaurador fue don Luis Tovar, del Taller de Arte y Restauración TAR de Pamplona, y el coste lo sufragó la Hermandad. El resultado de la restauración fue espectacular y dejó a la imagen en su mejor estado.
En la restauración del año 2004-2005 se consolidaron las extremidades superiores, con refuerzo a base de pernios metálicos incrustados en el interior. Se encolaron piezas, tanto de los brazos como dedos de manos y pies, y operación que requirió el traslado de los brazos al taller para su preparación. Se efectuó una reintegración volumétrica del hombro izquierdo, paño de pureza, corona y pelo. Se procedió a una limpieza superficial para aclarar la madera en la medida de lo posible, consiguiendo a la vista un aspecto más claro. Se realizó un tratamiento doble insecticida y fungicida para impedir el progreso del ataque de insectos y hongos. Por último, se colocó  una cruz de madera de nueva ejecución que, además de completar el  crucifijo, ocultaría el soporte metálico. Aunque se pensó acabar la cruz con un tratamiento sencillo, pintada en un tono patinado con una pequeña cenefa dorada en el borde, sin embargo, fue oscurecida en tono marrón.
Rostro de la agonía de Nuestro Señor.
"Padre, en Tus manos encomiendo mi espíritu".

Es el último grito de una larga agonía,
 de Quien sabe por qué, para qué y 
por quiénes entrega su vida.
A pesar de sentirse abandonado por el Padre,
es obediente hasta el final. Foto:JFG2014
En la segunda restauración de 2014, se recompuso una parte del hombro izquierdo, se fijaron varias piezas, y se procedió a un nuevo tratamiento contra los insectos y hongos.
Más tarde, se abrió una ventana  que posteriormente fue ocultada con una rejilla, para así lograr la ventilación de la cripta. Para ello se quitaron algunos ladrillos de una de las dos puertas tapiadas en la pequeña capilla con altar donde aquella se abre. El éxito fue rotundo ya que, en adelante, desaparecieron las humedades en beneficio del lugar -bautizado familiarmente como gratas catacumbas de la Hermandad-, de la zona noble o superior -la antigua basílica-, del artístico Santo Cristo, de los objetos litúrgicos, y sobre todo de los asistentes a los actos religiosos.
Ahora necesita una nueva revisión de la talla al desprenderse algunas piezas y advertirse algunos xilófagos.

* * *
En Pamplona también hay otro bellísimo Cristo pendiente de la cruz, en este caso de estilo barroco, obra del artista granadino Alonso Cano (+1667). Lógicamente, las tallas del maestro granadino se estudian en historia del Arte. Fue esculpido por el imaginero Alonso Cano, por encargo de la reina Mariana de Austria para el monasterio benedictino de Montserrat en Madrid. Se puede contemplar en la capilla penitencial del convento de la iglesia de San Antonio de los PP. Capuchinos de Carlos III. Es el llamado por algunos el Cristo de Lekaroz, porque en 1891 fue donado al Colegio de los PP. Capuchinos de Lekaroz (valle de Baztán). Representa a Cristo muerto. Dicen los comentarios que el cuerpo de este Cristo está tratado con una gran naturalidad, destacando por sus proporciones exactas y el perfecto tratamiento de la anatomía.
Ambas imágenes de Cristo en la cruz, la de Cano y Adsuara, Cristo muerto y en la agonía suplicante respectivamente, están próximas y son una muestra bellísima en el ámbito de la iconografía.

José Fermín Garralda
Dr. en Historia
Pamplona, 29 de diciembre de 2016


Fuentes:

Archivo histórico de la HCVC; aparato fotográfico del autor tomado del Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada y de su  Cripta; FORNER DE ASENSI, Emilio, “El Cristo de Adsuara”, Pamplona, Rev. “Pregón” nº 41 (otoño 1956); “El Pensamiento Navarro”; varias entradas sobre el monumento, la Hermandad y el Santo Cristo en el blog del autor titulado: historiadenavarraacuba.blogspot.com; trabajo inédito de Javier Baleztena sobre el monumento de Navarra depositado en el archivo histórico de la HCVC; SALAS LARRAZÁBAL, Ramón, "Cómo ganó Navarra la cruz Laureada de San Fernando", Madrid, 1980, 47 pp.; CASAS DE LA VEGA Rafael, "La guerra de España. El Requeté", Madrid, 1988, 40 pp. LIZARZA INDA, Fco. Javier de, "Navarra, julio de 1936. Selección de textos", Madrid, 1980, 31 pp.; NAGORE YÁRNOZ, Javier, "¡Cantan siempre al avanzar" (Historia breve de los Tercios de Lácar y Montejurra", Madrid (s.f.), 56 pp.; Ídem. "Espíritu y vida en los Tercios de requetés (1936-1939)" Madrid, (1990), 36 pp. y diferentes libros y folletos del mismo autor Nagore, como experiencia directa de los acontecimientos; Visita a la iglesia de San Antonio de los PP. Capuchinos de Pamplona. 

José Fermín Garralda
Dr. en Historia
Pamplona, 29 de diciembre de 2016


L a u s    D e o

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