lunes, 20 de julio de 2020

Anulación arbitraria de Actas al electorado carlista en 1936.

Página de Historia

Lo que se omite: hablemos de los políticos y diputados

ES HABITUAL OMITIR cómo anularon el Acta de diputado a 4 de los 16 carlistas elegidos en las elecciones de febrero de 1936.


Si estos aspectos electorales hoy se omiten, precisamente hay otros como los que implican violencia que están muy presentes en algunos historiadores profesionales. Tales son: la persecución religiosa y de clase desde 1931; los  levantamientos de Casas Viejas etc.; la Revolución de Cataluña y Asturias de 1934; el camino que siguió la Revolución frentepopulista desde febrero a julio de 1936; el conocimiento por parte del Gobierno de la conspiración militar, que dejó hacer para coparla una vez llegado el momento; la historia de las milicias populares de ambos bandos durante la guerra de 1936, las izquierdistas 
armadas por el Kerenski (Portela Valladares) del Frente Popular... 

No obstante, decimos que son pocos los historiadores profesionales que recogen estos seis u otros aspectos, pues hay otros historiadores que, influidos por ideologías izquierdistas y separatistas, los olvidan y silencian, desdiciendo mucho de su profesión. 



Mucho se habló en su día de los frentes de batalla, desgraciados y terribles para todos, y del desgarro de la persecución religiosa. Hoy no se habla de aquellos. Pues bien, hoy algunos están incidiendo  sobre todo en la represión realizada por los otros, con omisión de la realizada por el  bando revolucionario (que no republicano). Así, lo que podían completar como represión de retaguardias, lo malogran por los desenfoques y la concepción de la historia como herramienta.

Hablar de la llamada violencia estructural de los sublevados, debe ir de la mano de explicar la violencia callejera y estructural que les precedió por inacción consciente del Gobierno frentepopulista, así como la violencia que las milicias populares revolucionarias y las chekas impusieron, después y durante años, en vanguardias y retaguardias. 


A lo que vamos: no debiera incidirse exclusivamente en los medios expeditivos de los sublevados, que argumentaban el derecho a la defensa propia, sino que  debieran recordarse las palabras de justicia, paz y posibles soluciones, que iban a pronunciar los diputados tradicionalistas y que no llegaron a hacerse oír. Las Cortes españolas eran todo menos un parlamento, y todo menos un freno a las convulsiones y la canalla callejera. 

Nada del anterior ejercicio de la violencia debiera hacernos olvidar a los políticos elegidos por el pueblo en febrero de 1936 y que fueron expulsados de sus merecidos escaños por los partidos del Frente Popular.


Es conocido el libro de Manuel Alvarez Tadío y Roberto Villa García, 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular, Madrid, Espasa Calpe, 5 ed., 2017 pp. 

A él añadimos aquí a los 16 diputados tradicionalistas o carlistas electos, y los 4 expulsados mediante la anulación de Actas, siempre según el Boletín de Orientación Tradicionalista.


Hablemos pues de los políticos y diputados.







De "El Pensamiento Navarro" extraemos dos significativos documentos, uno que explica el camino de la Revolución que provocó la sublevación, y otro que refleja los ideales de los combatientes carlistas. Una imagen vale más que cientos de palabras. 



Fermín de  Musquilda





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