jueves, 27 de octubre de 2016

Un alcalde increible (no creíble). HCVC

NOTA DE PRENSA



                   26 de octubre 2016. En “Navarra Confidencial” aparece esta Nota de la HCVC relativa a las declaraciones de Asirón:

La Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, pone en conocimiento del público en general, que en el expediente Administrativo del Ayuntamiento de Pamplona denominado: de Clausura del Cementerio situado en el Monumento a los Caídos, se recoge la siguiente información.
Se dice en el Dossier por la sociedad de estudios e iniciativas ITURRALDE – azterlan eta Ekimenetarako Elkartea – a la que encargó el ayuntamiento la investigación en noviembre del 2015, que el objetivo, era recabar información para localizar y hablar con los familiares para sondear su posición. Para establecer estos contactos se apoyó en grupos memorialistas a los que agradece su colaboración.
Pues bien, nadie contactó a pesar de lo dicho con la familia de los Hermanos Aznar.
Dice en su parte final, el informe al que aludimos: Por lo demás, no hay rastro de esta familia en la zona. Nadie. De este modo nos sugieren que la decisión, en lo que concierne a estos dos personajes corresponde al Arzobispado. O no. Quizá sencillamente al ayuntamiento.
Juzgará el lector el rigor y respeto mostrado en su contenido.
Pues bien, acompañamos la carta enviada al Obispado por la sobrina mayor de los hermanos Aznar Zozaya. En cuya sepultura reza la inscripción: “Hermanos en vida y en muerte”.
Y que viene a significar lo siguiente: 
Los hermanos Joaquín y Dimas Aznar Zozaya, de 22 y 21 años de edad, eran labradores, naturales de Javier. Salieron voluntarios al frente. El primero murió en Levante, el 2 de julio de 1938, siendo alférez por méritos de guerra. Al funeral de su hermano en Javier asistió su hermano Dimas, y realizó un comentario “quizá la próxima vez que vuelva al pueblo sea en un ataúd como el de Joaquín”, pese a lo cual tuvo el valor de volver al frente. Y tristemente así ocurrió. Dimas falleció el 14 de mayo del mismo año, en el frente de Alfambra, por heridas de metralla que le desgarraron el abdomen, siendo sargento igualmente por méritos de guerra. Ambos fueron enterrados en el cementerio de Javier. Entre 1957 y 1958 llegó una propuesta de la Diputación Foral de Navarra, en la que ofrecían a sus padres trasladar los restos mortales de sus hijos a reposaren la cripta del Monumento en representación de los miles de voluntarios de la Merindad de Sangüesa. La respuesta no fue inmediata, ya que suponía tener los restos de sus hijos lejos de su pueblo, lo que dificultaba visitarles y rezar ante sus tumbas, pero finalmente valoraron más el deseo que los propios fallecidos hubieran tenido y el honor que suponía el ofrecimiento, por lo que aceptaron con orgullo su traslado, que finalmente se produjo en el verano de 1961.
La memoria histórica anida en el seno de cada familia y debe respetarse para todos.

Por la HCVC Su Cronista – Secretario

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