lunes, 5 de septiembre de 2016

El primer voluntario fallecido reposa en la Cripta del Monumento. Representa a la merindad de Tudela.

Páginas de Historia... 
para la oración y el recuerdo


Jaime Munárriz  Escondrillas

“Fue el primero en dar su vida”, reza la inscripción de su sarcófago situado a la derecha nada más entrar en la CRIPTA del monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada, enclavado en el IIº Ensanche de la ciudad Pamplona (Navarra). Este voluntario representa a los que lo fueron de la Merindad de Tudela en la Cruzada de 1936. Porque para ellos lo fue.
Jaime nacía en Cascante el 18-VI-1915 y falleció con 21 años el 21-VII-1936 en el hospital de Navarra en Pamplona. Fue enterrado en el Camposanto de dicha ciudad de Cascante y desde el 17-VII-1961 reposa  en la cripta del Monumento.
Sus padres se llamaban Dámaso y María. Su familia fue siempre carlista. Así lo dice Carlos, el hermano de Jaime que informaba sobre éste al prior de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz: “mis padres, abuelos, bisabuelos etc etc todos y siempre carlistas, veteranos de guerra de 1873”.
Fueron tres hermanos varones: Ángel, Carlos y Jaime. Aunque sólo los dos primeros fueron voluntarios durante la guerra, lucharon los  tres, muriendo dos en el conflicto: Ángel y Jaime.
Sobre el hermano mayor, Ángel, decir que era arquitecto, y que en la guerra fue alférez del Tercio de Roncesvalles-Mola. Perteneció a la 1ª Compañía de las seis que salieron de Pamplona el 24 de febrero, mandada por el capitán Jesús Clemente Alonso. Según la carta de Carlos, fue herido por un cañonazo lanzado desde la peña Udala, falleciendo en Mondragón el 17-IV-1937. Aróstegui (2013) afirma que el 18 de abril un bombardeo produjo bajas de cierta gravedad en la plana mayor, hiriendo gravemente al comandante Ordóñez y resultando muertos los alféreces Ángel Munárriz y Pedro Martín Cruz, y que el 25 de abril entraron en Mondragón. 
Pero volvamos a Jaime. Estudiaba sexto curso de Medicina. Cursó sus estudios en Madrid y los últimos cursos en Zaragoza.

Sarcófago que contiene los restos mortales de Jaime Munárriz Escondrillas.
Representa a los voluntarios de la merindad de Tudela, "madrugadores" todos ellos.
Impresiona el anonimato de los voluntarios depositados en la cripta.
Exumar de la manera como se quiere hacer a Jaime,
 significa arrancar de la memoria de Navarra a todos sus compañeros.
Sobre él se encuentra el escudo de la Merindad. La Diputación de Navarra
fue el "primer voluntario" para los hombres de sus cinco Merindades del viejo Reino.
 A ambos lados están las cruces de  la Vª y Vª Estaciones del Via Crucis.
La oración alcanza a todos, empezando por los más cercanos. Foto:JFG2016
De muy joven –“de siempre”- Jaime Munárriz se afilió a la AET (Asociación Estudiantes Tradicionalistas). Estando en Madrid, en alguna ocasión fue detenido por la policía en jaleos con la FUE.
Para cuando estallase la guerra, Jaime “tenia hacia mucho tiempo guardado el uniforme de Requeté que no pudo usarlo”. En efecto, murió luchando contra los marxistas de entonces el mismo día de la sublevación. ¿Dónde fue? Fue en defensa de la casa Consistorial.
Días antes del Alzamiento se estableció una guardia permanente de requetés y otros elementos afines para custodiar el Ayuntamiento de Cascante, así como los locales de la Juventud Católica y del Círculo Católico de dicha ciudad.
La noche del 18 al 19 de julio, cascantinos pertenecientes a la Unión General de Trabajadores (UGT) realizaron  varios asaltos a la casa Consistorial, entablándose un intenso tableteo de pistolas. En la refriega, fueron heridos dos miembros de UGT en las puertas de la casa Consistorial y otro resultó muerto en sus escaleras.
¿Qué produjo la muerte a Jaime Munárriz? Lo narra su hermano Carlos Munárriz por carta el día 5-VIII-1961, a petición del prior de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz el 2 de agosto. El Prior solicitaba la  información, porque la Hermandad, respecto a los hechos de sus hijos navarros, quería “evitar en lo posible que ocurra aquello de ‘Navarra fue larga en facellos y parca en contallos’ (Carta, Pamplona 2-VIII-1961). El prior agradeció a don Carlos la valiosa información en su carta del día 16. El informante Carlos era doctor en medicina y cirujía en la ciudad Cascante.
Recogemos íntegro el testimonio de Carlos, que demuestra que Jaime murió fortuitamente pero en defensa de la casa Consistorial de su ciudad:

“La noche de los tiroteos de Cascante lo encontré en el Ayuntamiento cuando yo llegué, me ayudó a curar heridos y cuando terminado al parecer todo me retiré yo a dormir el se quedó en el Ayuntamiento, no me habia acostado cuando me llamaron por telefono, me imaginé lo peor porque me indicaron que Jaime estaba herido. Había ocurrido lo siguiente, ante una alarma de nuevo asalto al Ayuntamiento al preparar las pistolas se escapó un tiro a un amigo que le hirió a Jaime en el vientre, con salida por cadera; Cuando me vió me dijo “Carlos no llores, ¡que mejor ocasion que esta para morir! Solo quiero que triunfe Cristo en España”. Inmediatamente organizamos un coche para ir a Pamplona, la cosa estaba incierta porque nada sabiamos de los pueblos que teniamos que pasar, se me ofrecieron para acompañarme, entre otros un sacerdote que le habia ya confesado a Jaime, al llegar a Tudela unos falangistas que patrullaban organizaron un coche de escolta hasta Pamplona... bueno perdone tanto detalle, termino; Fue operado en el Hospital Provincial, antes recibí(ó) el Santo Viatico, luego se agravó, la Santa Union y murió. Fue trasladado a nuestro Panteon de Cascante” (se respeta la grafía)·

Jaime Munárriz Escondrillas fue herido de gravedad y murió a consecuencia de su defensa de la casa Consistorial del Ayuntamiento cascantino realizada el 19-VII-1936
Hemos dicho que la respuesta de Carlos fue rápida y satisfactoria, y que el 16 de agosto, el prior le daba las gracias por “las noticias que me ha facilitado (…) que aunque renuevan recuerdos dolorosos, sin embargo proporcionan, también, grandes consuelos porque dieron sus vidas por Dios y por España, mártires de una causa santa”. Y añade el prior la coincidencia de parte de su  biografía: “También (yo) anduve cerca, muy cerca de la Peña de Udala, pues marchaba como voluntario requeté en el Tercio de Navarra que, juntamente con Lacar, Montejurra y San Miguel, principalmente, hicimos la campaña del Norte en la misma agrupación. Quedé herido la víspera de la toma de esa imponente roca en una operación en la que la rebasamos por detrás, y ya no pude volver al Tercio de Navarra hasta las vísperas del asalto al famoso cinturón de hierro” (Carta, 16-VIII-1961).
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La Diputación Foral acordó el 10-IV-1954 trasladar los restos mortales de Jaime Munáriz para inhumarlos en la cripta del Monumento. No lo hizo “a dedo”, con el “ordeno y mando”, o con el singular “presiono porque puedo”, sino siguiendo todos los cauces y con gusto de gran parte de los navarros. Las gestiones ante las familias y las autoridades para el traslado comenzaron en marzo de 1957. El traslado se hizo de forma solemne el 17-VII-1961, a los XXV años de iniciarse el conflicto civil.
El día del traslado, el féretro de Jaime Munárriz fue portado sus propios conciudadanos, esto es, cascantinos y veteranos de la guerra. Iba cubierto con las banderas Nacional y de Navarra. Llevaba cuatro cintas sostenidas por dos militares y dos veteranos de guerra. Doce fueron los portadores del féretro de Jaime: Joaquín Alonso Munárriz (en representación de los Tradicionalistas), Gonzalo Fernández Rubio (Falangistas), y del Ejército: Antonio Bartos Díaz, Claudio Gorrindo Ochoa, Antonio Ochoa Pérez, Cándido Jiménez Sánchez, Jesús Arrendó Fernández, Emilio Ruiz Martínez, Antonio Ruiz Irisarri, Antonio Cunchillos Baigorri, Luis Cunchillos Burgos, Martín García Jiménez. El cortejo fúnebre partió de la Catedral a las 6 de la tarde, después de permanecer en la capilla ardiente desde las 6 de la mañana.

El sarcófago de Jaime Munárriz es el primero a la derecha.
Descanse en paz.
 Foto:JFG2016

La comitiva del traslado o cortejo fúnebre salió del atrio de la catedral para llegar al Monumento de Navarra. En el  cortejo fúnebre el féretro de Jaime iba detrás de la cruz alzada con clero parroquial y cabildo catedralicio, flanqueado por los maceros de la Diputación y del Ayuntamiento, y delante de cada uno de los armones de artillería que llevaban cada féretro.
En el acto junto al palacio de la Diputación quedó detrás del vehículo de respeto, situándose a su izquierda el voluntario que representaba la merindad de Estella.

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Un amigo me dice que tuvo como alumnos a dos sobrinos de Jaime Munárriz, e hijos de Carlos, llamados Carlos y Jaime, hacia los años 1967-1973. Si eso es así, también podría conocer a cuatro hermanos varones más. Y si eso a su vez es así, que por parientes varones no quede, de suerte que la responsabilidad del posible traslado no sólo recae en la sobrina monja.

Rostro del Cristo agonizante por los pecados de todos los hombres esculpido por
Juan Bautista Adsuara. Es la preciosa imagen que preside la cripta. Foto:JFG2016
“Fue el primero en dar su vida”. Nadie se la quitó, todos quisieron a Jaime como persona, y confiamos que dejen descansar con justicia y honra sus restos mortales. En él están representados todos los de la merindad de Tudela que dieron su vida por Dios y por España, liderados por su Diputación Foral como “primer voluntario”  del viejo Reino de Navarra.

Pamplona, 5-IX-2016
José Fermín Garralda
Historiador

Fuente: archivo de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz.
P.D. Prohibido tomar texto o imágenes sin permiso del autor, que son de su propiedad. Mi agradecimiento a la HCVC por permitir el acceso a la cripta.  

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