para la oración y el recuerdo
(Este texto está corregido y ampliado
en la entrada del 25-X-2016)
Los hermanos Joaquín y Dimas Aznar Zozaya
“Hermanos
en vida y en muerte”. Justa expresión ésta que en pocas palabras refleja la
grandeza y paralelismo de ambos hermanos. Algún móvil muy elevado tuvieron como
para que ambos dejasen todo con muy pocas palabras. Fueron mozos de hechos, que obras
son amores y no buenas razones.
Nacieron
en el pueblo de Javier, situado entonces enfrente del castillo y su actual
explanada.
Joaquín
nació el 18-VIII-1913 y Dimas –casi año y medio más joven- el 25-III-1915.
Sus
padres se llamaban Celestino Aznar Pascual y Clarencia Zozaya Villanueva. Un
hermano suyo –ignoramos cuándo nació- se llamaba Victorio. Eran labradores y seguramente sus brazos eran
necesarios en las labores del campo.
Joaquín
sirvió en el Tercio de Lácar como alférez, ascendiendo por méritos de guerra.
Murió en el frente de Levante el 2-VII-1938. Tenía casi 25 años y no 22 como alguien
ha escrito.
Dimas
sirvió en la primera Bandera, primera centuria, llamada “La Calavera”, en
calidad de sargento, ascendiendo también por méritos de guerra. Se incorporó a
ella el 26-VII-1936. Murió en el frente de Alfambra el 14-V-1938. Tenía 23 y no
21 años.
Ambos
fueron enterrados en el cementerio de Javier.
El sarcófago con los restos de los dos hermanos se encuentra entre la 1ª y 2ª Estaciones del Vía Crucis. Foto:JFG2016 |
El prior de la Hermandad solicitó información a P. José María Recondo -famoso jesuita
del colegio-seminario de Javier- el 2 de agosto de 1961, quien le informaba por
carta el día 14. En sus pesquisas, el P. Recondo obtuvo muy pocos datos. Los
padres poco sabían de la actuación de sus hijos, pues dice aquel:
“Las
indagaciones acerca de los voluntarios de Javier han sido de poco resultado.
Pertenecen a un medio muy rudo, del que es difícil extraer datos. Sus padres
poco saben de los dias en que salieron al frente y de las respectivas
actuaciones. Hasta ignoran las unidades en que sirvieron y ha habido que
recurrir al Ayuntamiento” (P. Recondo al prior el 14-VIII-1961).
Los
antecedentes políticos del padre los fija el informante como dudosos aunque no se den más pistas.
Y se añade: “Se sabe que al ser enterrados sus hijos en Javier lejos de asistir
al sepelio, a la misma hora de la conducción y delante de todo el duelo y con
ostentación salió de casa con la azada al hombro camino del huerto”. No sabemos
a qué se debe ésta extraña actitud ante dos hijos voluntarios muertos en la flor de la vida.
Ambos
eran valientes pues ascendieron por méritos de guerra.
El
Prior comunica al P. Recondo , lo siguiente:
“Finalmente
me permito rogarle diga al padre de esos mártires que tengo en mi poder el
gorro que llevó el féretro que transportó los restos de sus hijos y que si
quisiera se los enviaría a Javier o de lo contrario lo guardaré para que
permanezca durante las fechas sobresalientes en las cuales esta Hermandad
celebre actos especiales sobre el mausoleo que encierra los restos de sus hijos
juntamente con la boina que compraremos para esas ocasiones” (Prior al P.
Recondo, Pamplona 2-VIII-1961).
Se
refería al emblema colocado sobre su ataúd el día del traslado al Monumento
realizado 17-VII-1961. Los restos mortales de ambos hermanos reposan desde
entonces en él. Portaron el féretro: Victorio Aznar Zozaya (hermano de los
voluntarios), Félix Estremaz Molina, Antonio Estremaz Redín, Cándido Villanueva
Braco, vecinos de Javier y veteranos de la guerra –no creemos que también
Victorino-. Iba cubierto con las banderas Nacional y de Navarra. Llevaba cuatro
cintas sostenidas por dos militares y dos veteranos de guerra. El cortejo
fúnebre partió de la Catedral a las 6 de la tarde, después de permanecer en la
capilla ardiente desde las 6 de la mañana.
Tambor, cúpula y linterna, más torre de la derecha de dimensiones colosales. Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. Foto:JFG2016 |
En
el cortejo, el féretro iba sobre un armón de artillería, que se situaba en el tercer
puesto de la fila de restos mortales que representaban las cinco merindades, pero
delante del voluntario de Estella, de Mola
y Sanjurjo. En el acto realizado enfrente del palacio de la Diputación estaba a
su vez en el último puesto de la segunda fila y a la derecha del general Sanjurjo.
“Hermanos
en vida y en muerte”. Quienes entraron en la cripta con honra no pueden salir del
monumento deshonrados. Dicen que el tiempo cura las heridas, pero hoy algunos
quieren reabrir las cicatrices: de ello debieran tomar nota los actuales talibanes occidentales. Navarra distinguió a ambos hermanos y a su merindad, pero
también se distinguió a sí misma en ellos. ¿Por qué no se va a respetar a estos
héroes y mártires, y la situación consolidada durante más de cinco décadas? Ambos
eran de Javier; pues bien, el precedente directo de la Javierada diocesana creada por el sr. Obispo mons. Olaechea en
1941, fue el encargo que éste hizo a la Hermandad de Caballeros de la Cruz a
modo de ensayo en marzo de 1940, y, el de ésta última, la Javierada espontánea de la Hermandad en diciembre de 1939.
Foto:JFG2016 |
Pamplona,
9-IX-2016
José
Fermín Garralda
Historiador
Fuente: archivo de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz
P.D. Prohibido tomar texto o imágenes sin permiso del autor
Fuente: archivo de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz
P.D. Prohibido tomar texto o imágenes sin permiso del autor
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